Escultura en recuerdo de los catalanes fusilados tras la guerra
Una escultura de Ferran Ventura ser¨¢ instalada en la pr¨®xima primavera en el Fossar de la Pedrera, del cementerio de Montju?c de Barcelona. Esculpida directamente en piedra, tiene un peso de casi ocho toneladas y su autor le ha dedicado tres a?os. Est¨¢ proyectada como un homenaje a los hombres y mujeres fusilados desde 1939, por iniciativa de la Asociaci¨®n pro Memoria de los Inmolados por la Libertad en Catalu?a, y se han adherido la pr¨¢ctica totalidad de las instituciones catalanas.Hay un proyecto para que el original vaya al Parlamento catal¨¢n, instalando en el Fossar una reproduci¨®n id¨¦ntica fundida en bronce que soportara mejor las inclemencias del tiempo.
Ferran Ventura naci¨® el 13 de Agosto de 1927, en la Garriga (Barcelona). Dice no haber pasado por un per¨ªodo de formaci¨®n. "Cuando digo que soy autodidacta, no lo hago con orgullo. Hoy hay quien presume de ello. A m¨ª me pesa. Pienso en la cantidad de tiempo perdido en aprender cosas elementales. Si hubiera tenido un maestro, hubiera sido m¨¢s sencillo. Yo he tenido que aprender mirando l¨¢minas. Las de Miguel Angel me las s¨¦ de memoria".
Trato con la piedra
En 1945 entr¨® en un taller de escultura. "Era el taller de Monjo, por ese taller pasaron Rebull, Casanoves, Gargallo. Se ense?aba el trato con la piedra. Era lo m¨¢s parecido a lo que debieron ser los talleres renacentistas, con una ¨²nica pero important¨ªsima diferencia: no hab¨ªa un maestro". Tras una breve estancia de apenas nueve meses, pas¨® al taller de Mart¨ª Llaurad¨®. "Estuve en ¨¦l tres a?os y medio y aprend¨ª mucha anatom¨ªa. Compaginaba el trabajo con la asistencia a Bellas Artes". En 1952 viaja a Par¨ªs. Trabaja con Apel.les Fenosa y con Hjdu. "Pero lo que m¨¢s hice, lo que m¨¢s me ense?¨®, fueron las visitas a los museos. El Louvre. Las secciones egipcia, siria y griega, especialmente la griega. Fidias es el escultor m¨¢s grande de toda la historia. Miguel Angel tambi¨¦n, pero cuando se llega a esos niveles de perfecci¨®n la comparaci¨®n pierde todo sentido".La segunda mitad de los a?os cincuenta la pas¨® en Estocolmo trabajando con diversos encargos. Despu¨¦s Espa?a, de donde no se ha movido, salvo para exposiciones y visitas de aprendizaje.
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