Washington y Buenos Aires mantienen conversaciones secretas sobre las Malvinas
Mientras crece la exigencia de la oposici¨®n civil para que se instaure la democracia y de la entrega del poder -no s¨®lo del Gobierno- no m¨¢s all¨¢ del 12 de octubre pr¨®ximo, el r¨¦gimen militar argentino sigue sin definir exactamente el calendario electoral y persiste en su pol¨ªtica interior y exterior, que es rechazada por amplios sectores civiles. "Las conversaciones secretas con Washington sobre las Malvinas son un hecho", ha afirmado una fuente diplom¨¢tica, "en el estricto nivel militar Buenos Aires-Pent¨¢gono. Ni el presidente Ronald Reagan informa al Departamento de Estado ni la Junta Militar a su ministro de Exteriores, Juan Aguirre Lanari". La situaci¨®n ha provocado ya roces internos en sectores gubernamentales de ambos pa¨ªses.
El comandante del Ej¨¦rcito, general Cristino Nicolaides, el de la Marina, almirante Rub¨¦n Franco -antiguo hu¨¦sped en Washington-, y el de la Fuerza A¨¦rea, brigadier Augusto Hughes, "utilizan los mismos contactos norteamericanos cultivados por el agregado militar, general Miguel Mallea Gil, y que en realidad lo cultivaron a ¨¦l, como se vio en el desastre diplom¨¢tico y militar de las Malvinas, y mostr¨® el doble juego de Estados Unidos en el conflicto", aseg¨²n ha afirmado una fuente diplom¨¢tica.La inteligencia brit¨¢nica, "que en cuanto al Este se ha revelado como un queso muy penetrable, es m¨¢s sagaz en cuanto a asuntos norteamericanos, y ya est¨¢ al tanto del di¨¢logo clandestino entre el n¨²mero uno de su arco de alianzas y su enemigo austral", detallan las fuentes de toda solvencia.
En ese contexto, el reciente viaje a las Malvinas de la primera ministra Margaret Thatcher fue evaluado por el brain trust de asesores de Reagan como un recordatorio de sus conversaciones, durante el pasado est¨ªo boreal, acerca de una superbase militar en el archipi¨¦lago en disputa secular con Argentina.
Aspiraciones de Washington
La aspiraci¨®n de Washington en ese sentido -aparte de los intereses petrol¨ªferos multinacionales- ha sido detectada hace unos tres lustros, y en base a ella, los militares argentinos, en un primer momento la Marina y despu¨¦s el resto, elaboraron su t¨¢ctica de "apoyarse en el t¨ªo Sam para comerse al le¨®n", frase que todo observador atento en Buenos Aires escuch¨® en boca de tales cerebros. "Entre todos nos almorzaron como a una masita en Puerto Argentino", dijo despu¨¦s uno de los militares m¨¢s cr¨ªticos contra "el regalo extra?¨ªsimo que les hicieron Galtieri y compa?¨ªa".
M¨¢s all¨¢ de la perspectiva electoral brit¨¢nica, la primera ministra "pueder querer ofrendar antes de esos comicios alg¨²n ¨¦xito de su estilo, comprometiendo a Washington en las Malvinas", indic¨® una fuente diplom¨¢tica que conoce los entresijos del Foreign Office.
Pero para la primera ministra "no hay motivo alguno para que alquilemos las islas Diego Garc¨ªa y Ascensi¨®n (oc¨¦anos Indico y Atl¨¢ntico) para que Washington instalara all¨ª bases militares y no obtengamos r¨¦ditos similares en las Malvinas, cuyo mantenimiento administrativo es muy costoso, como todos ustedes saben", dijo Thatcher a sus asesores, seg¨²n las fuentes. Para el caso del archipi¨¦lago, instalado en una zona clave del Atl¨¢ntico sur, no se proceder¨ªa a una expulsi¨®n total de habitantes civiles (como en Diego Garc¨ªa, 1974), sino que quedar¨ªa dividido en dos zonas absolutamente incomunicadas: una estrictamente militar y otra econ¨®mica, militarmente utilizable en caso necesario, seg¨²n el proyecto trascendido.
El reciente voto positivo de Washington en la ONU en favor de la reanudaci¨®n de negociaciones Londres-Buenos Aires sobre la soberan¨ªa en las Malvinas -que el Reino Unido torpede¨® sistem¨¢ticamente desde la resoluci¨®n original de la ONU de 1965 cay¨® muy mal sobre la mesa de trabajo" de la primera ministra. La jefa conservadora, "celosa de su prerrogativa carism¨¢tica, declin¨® ser acompa?ada a Port Stanley por un amplio conjunto de altos mandos castrenses, como era deseo de ¨¦stos, y s¨®lo admiti¨® a uno de la Royal Navy para que no le robaran imagen", aseguran las fuentes.
El 'viejo imperio'
Lo cierto es que la tentaci¨®n de resucitar el viejo imperio cobr¨® fuerza en Londres con la explotaci¨®n del petr¨®leo del mar del Norte, de cuyo r¨¦dito los nost¨¢lgicos de la Union Jack aspiraban a apoyar, en esta d¨¦cada, un gran despegue nacional. Mientras crecen las denunclas sobre la existencia de armamento nuclear en el dispositivo militar brit¨¢nico en las Malvinas, dirigentes democr¨¢ticos argentinos, despu¨¦s de aludir a la "vergonzosa fanfarronada y obsequio militar al enemigo", afirman con denso laconismo: "Hasta ahora, Londres no tuvo que enfrentarse jam¨¢s con un pueblo argentino libre, y lo m¨¢s sensato para cualquier Gobierno brit¨¢nico es reconocer nuestra soberan¨ªa y negociar".
Un traslado radical de la ubicaci¨®n de Argentina en el contexto internacional y un nuevo proyecto de progreso nacional aparece en todas las expresiones del espectro pol¨ªtico mayoritario. Tal intenci¨®n anida en el centro populista (peronismo) como en el centro radical, con mayor acento en las alas progresistas de ambas fuerzas populares, am¨¦n del Partido Intransigente, la Democracia Cristiana y las izquierdas cl¨¢sicas.
La activaci¨®n del papel no alineado del pa¨ªs apareci¨® por separado, tanto en boca del dirigente radical Hip¨®lito Solari Yrigoyen (impedido, por decreto militar, de regresar al pa¨ªs) como del peronista Juan Jos¨¦ Taccone (uno de los precandidatos de su partido a la vicepresidencia). "El radicalismo entiende", afirm¨® Solari Yrigoyen, "que Argentina debe estrechar su relaci¨®n con los no alineados y con todo el llamado Tercer Mundo para coordinar una pol¨ªtica que derrote los proteccionismos, que en la crisis econ¨®mica somos los que m¨¢s sufrimos. En este sentido, planteamos el desarrollo del comercio Sur-Sur, especialmente en el ¨¢mbito de Am¨¦rica Latina, y en lo interno, afianzar la democracia plural¨ªsta, la vigencia de los derechos humanos y el nacionalismo econ¨®mico".
Por su parte, seg¨²n Taccone, el peron¨ªsmo quiere "conformar en todos los campos un bloque latinoamericano (por alusi¨®n a Brasil), incluso en el campo militar, y que hasta el mismo Tratado Interamericano de Asistencia Rec¨ªproca con Estados Unidos se convierta en un TIAR exclusivamente latinoamericano".
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