Jaime Salinas plantea las bases para una pol¨ªtica coherente del fomento de la lectura

Desarrollar el h¨¢bito de lectura, "uno de los m¨¢s bajos de Europa", es la principal tarea que se ha impuesto Jaime Salinas, director general del Libro y Bibliotecas. Para ello, a los escasos cincuenta d¨ªas de gobierno socialista, hace un avance de las medidas previstas: una ley de bibliotecas, sensibilizada hacia las populares -es significativo el nombramiento de Alicia Gir¨®n para la Subdirecci¨®n General-, un plan de formaci¨®n de bibliotecarios, una escuela de libreros, un plan de coordinaci¨®n con otros departamentos.

"Estoy aqu¨ª", dice Jaime Salinas "porque, como llevaba tantos a?os quej¨¢ndome de que tanto los gobiernos como los partidos de la oposici¨®n ten¨ªan marginado y olvidado el tema cultural, cuando me lo propuso el ministro, no pude negarme a intentarlo. Tengo que decir" dice bromeando un poco, "que no sab¨ªa lo que me esperaba, tan complejo y tan dif¨ªcil"."A mi modo de ver", comienza "la aspiraci¨®n y el problema cultural fundamental es, hoy, desarrollar el h¨¢bito de lectura, uno de los m¨¢s bajos de Europa. Y ¨¦sto, no s¨®lo por los cuarenta a?os de franquismo, que contribuyeron notablemente a inhibirlo, sino porque tradicionalmente, y por razones que se remontan al siglo XVII, el libro es visto en Espa?a como un instrumento peligroso".

"Tenemos que estimular la costumbre y el placer de leer desde la infancia, favoreciendo el contacto del ni?o con los libros de creaci¨®n. Y para eso son b¨¢sicas las bibliotecas escolares". Prev¨¦ un plan de colaboraci¨®n con Educaci¨®n, a medio plazo, dentro del plan de coordinaci¨®n con otros ministerios. Adem¨¢s, el de Cultura cuidar¨¢ con el de Defensa las bibliotecas de los cuarteles; con el de Interior, las de las c¨¢rceles; con el de Sanidad, las de los hospitales y centros de la Tercera Edad, y con el de Trabajo, las de los sindicatos.

"Habr¨¢ que llevar adelante una campa?a de promoci¨®n que informe de qu¨¦ son y para qu¨¦ pueden servir las bibliotecas". "De todas las formas de expresi¨®n creativa, el libro, exige una actitud menos pasiva, un esfuerzo solitario, que va un poco contra la corriente consumista. Pero yo espero que la gente vaya descubriendo el placer y el conocimiento que se derivan de la lectura".

Este plan se complementa con "el apoyo a las bibliotecas p¨²blicas. Al margen de problemas presupuestarios, tenemos uno urgent¨ªsimo, el de personal. El t¨ªtulo de bibliotecario no existe. No hay una escuela, s¨®lo un curso de posgrado. Hasta el momento, hay 185 personas en el cuerpo de Archivos y Bibliotecas, y 145 en el de ayudantes. Y el problema es c¨®mo montar una buena red de bibliotecas sin personal para apoyarla". Este problema "va a necesitar de grandes dosis de imaginaci¨®n, porque no tenemos tiempo". "Y es un tema absolutamente prioritario, sin contar con que las bibliotecas tienen que convertirse en centros vivos, en funci¨®n de esa pol¨ªtica de fomento del h¨¢bito lector".

Una ley de bibliotecas

Del Ministerio de Cultura dependen en este momento 102 bibliotecas. "No hay", dice, "una Ley de Bibliotecas. Hubo un proyecto, el de Mar¨ªa Moliner, en 1937. M¨¢s tarde, se estudiaron algunos anteproyectos, que nunca se desarrollaron. En este momento estamos en la alternativa entre hacer una Ley de Bibliotecas o irla desarrollando por decretos-ley". Una primera medida concreta es el nombramiento de Alicia Gir¨®n, que viene de Bibliotecas Populares, para la subdirecci¨®n general.Entre la reforma de las bibliotecas est¨¢ previsto un proceso de mecanizaci¨®n, que incluye, todav¨ªa en estudio, un banco de informaci¨®n del INLE para librer¨ªas y bibliotecas, por un sistema de videoterminales.

El tema de las transferencias a las autonom¨ªas tiene vital importancia en las bibliotecas. "Yo creo", dice Jaime Salinas, "que el Ministerio de Cultura debe mantener una Biblioteca Nacional en cada autonom¨ªa, que represente la cultura espa?ola global. Yo, que me he criado en un estado federal sin ese sistema, los Estados Unidos, he comprobado las diferencias de nivel y de posibilidades del que nac¨ªa en Nueva Inglaterra o en Louisiana... Creo que el Ministerio de Cultura tendr¨¢ que equilibrar las diferencias de desarrollo cultural de las distintas comunidades aut¨®nomas, y al mismo tiempo, apoyar todas las iniciativas que vayan surgiendo. En este sentido tengo previsto contactar con los consejeros culturales y con las concejal¨ªas de los ayuntamientos".

En cuanto a las compras de libros y a la ayuda al sector editorial, Jaime Salinas deja pendiente el tema de los presupuestos. "Todav¨ªa no sabemos", dice, "si efectivamente van a aumentar y en cu¨¢nto". "No quiero dar falsas ilusiones", a?ade. "Pero lo principal del tema del sector, lo tendr¨¢n que resolver Comercio, Industria y Hacienda. Nosotros haremos de puente". En este sentido, dice Salinas, "daremos una vida especial al INLE, que tiene un historial precario y contradictorio, y que convertiremos en instrumento de coordinaci¨®n de las C¨¢maras con la Administraci¨®n. Asimismo estudiamos la posibilidad de crear en su sede misma una escuela de libreros, que no existe, y que puede ser un eslab¨®n fundamental en la pol¨ªtica de preparaci¨®n de personal para el fomento de la lectura".

Por fin, sobre la pol¨ªtica de premios y ayudas, Jaime Salinas es consciente de que "en este momento su mec¨¢nica produce insatisfacci¨®n, para empezar, por el hecho de que a los Nacionales haya que presentarse. El escritor es un animal muy propio, y el editor tambi¨¦n. El resultado, con mayor o menor justicia, lo conocemos. Se impone un cambio en el m¨¦todo. Hemos pensado en la constituci¨®n de un jurado previo, de los cr¨ªticos de los principales peri¨®dicos de las autonom¨ªas, que hagan una selecci¨®n previa".

"En cuanto a las ayudas, est¨¢ claro que la cantidad y el plazo fijo abocan a la picaresca. Lo que me gustar¨ªa es fijar cantidades variables, con un tope m¨¢ximo, que se fueran concediendo en funci¨®n de las espectativas fiables y de la experiencia anterior, y tambi¨¦n, de la capacidad econ¨®mica de quienes la piden. Y luego, otro tipo de ayudas, que yo llamo de vivencia o de experiencia, por las que el Estado ayudar¨ªa a sus escritores en esperiencias concretas, un poco en espera de resultados. Este es un problema dif¨ªcil. En todos los pa¨ªses se quejan, y eso est¨¢ dentro de la naturaleza del ser creativo".