El c¨ªrculo vicioso
Que estamos en el centro de una crisis mundial profunda es algo fuera de duda. Que esta crisis puede, como la del a?o 1929, forzar una situaci¨®n dram¨¢tica es m¨¢s dudoso, porque las condiciones econ¨®micas de hoy son diametralmente distintas a las de hace medio siglo.No es cosa de glosar aqu¨ª las razones de tipo estructural que. dan a la situaci¨®n actual una consistencia muy superior a la de la econom¨ªa americana de entonces. El desarrollo de los ¨²ltimos cincuenta a?os ha puesto de manifiesto contradicciones del sistema, principalmente en su aspecto internacional, pero no resultan tan graves como pudieran parecer, y en cierto modo se hallan bajo control. Por lo dem¨¢s, son mucho m¨¢s eficaces que en los a?os treinta las medidas que pueden tomarse en la lucha contra la crisis, y al mismo tiempo las fuerzas internas del sistema est¨¢n muy analizadas, y las funciones que enlazan las distintas variables econ¨®micas son bien conocidas. De hecho existen muchos m¨¢s resortes a accionar y muchos m¨¢s botones a pulsar que los existentes aquella aciaga ma?ana en Wall Street, cuando unas ¨®rdenes de venta desataron la confusi¨®n m¨¢s grande que registra la historia econ¨®mica reciente, y abrieron una etapa dram¨¢tica para la econom¨ªa americana y para la econom¨ªa mundial.
Pero aunque sobre un s¨²bito desfondamiento del sistema econ¨®mico no seamos pesimistas, s¨ª es preciso se?alar en la situaci¨®n actual un factor externo muy negativo con el que no se cont¨® en la anterior, y e la existencia de unas pol¨ªticas no aptas para la soluci¨®n de la crisis. De persistir, va a hacer que se prolongue la actual situaci¨®n, con el peligro de su empeoramiento progresivo y aun acelerado por variables de car¨¢cter pol¨ªtico.
La mayor r¨¦mora
Esta responsabilidad hay que apunt¨¢rsela en exclusiva a la pol¨ªtica socialista, porque las innovaciones que el socialismo preconiza introducir hoy en la econom¨ªa resultan la mayor r¨¦mora para salir del bache en que aqu¨¦lla se encuentra. De modo que se configura as¨ª un c¨ªrculo vicioso en el que los pretendidos cambios alargan un proceso que genera de nuevo el descontento nada propicio para vencer la crisis. Y as¨ª, al tiempo que las recetas socialistas se mantengan, o amenacen con imponerse al sistema, ser¨¢ el obst¨¢culo m¨¢s duro para romper el c¨ªrculo vicioso y superar la situaci¨®n. Por supuesto que nos referimos al problema internacional, del cual Espa?a es s¨®lo una peque?a parte, aunque en ella se produzca el mismo fen¨®meno con virtualidad quiz¨¢ mayor o m¨¢s evidente por nuestra subjetiva proximidad al problema.
La crisis econ¨®mica actual no puede resolverse con medidas socialistas, que comportan siempre, en todos los pa¨ªses y circunstancias, un aumento del protagonismo estatal, con mayor presupuesto oficial; mayores reivindicaciones laborales, con menor rendimiento productivo; mayor presi¨®n fiscal, con menor esperanza de beneficios en la producci¨®n; mayor desconfianza en el futuro del ahorro, con menor tasa de inversi¨®n; mayores cr¨ªticas a la gesti¨®n empresarial, con menor deseo del empresario a correr un riesgo in¨²til... La historia analizar¨¢ en su d¨ªa c¨®mo la teor¨ªa marxista cristaliz¨® a lo largo del siglo XX en dictaduras absolutas que oscurecieron no s¨®lo la existencia de la libertad econ¨®mica, sino tambi¨¦n de la individual en aquellos pa¨ªses en los que triunf¨® el sistema, pero constatar¨¢ tambi¨¦n que en otros muchos en los que no lo hizo, la semilla fructific¨® en partidos socialistas que, aunque rompieron con el marxismo, formal, mantuvieron esquemas econ¨®micos profundamente contrarios al liberalismo, porque en funci¨®n de esta lucha nacieron, y en funci¨®n de las cr¨ªticas al capitalismo se mantiene, todav¨ªa, en esquemas incapaces de forzar los resortes de salida a la crisis econ¨®mica internacional.
Los programas socialistas en Espa?a, en Alemania o en Francia, por citar s¨®lo tres naciones que nos ata?en m¨¢s directamente o que tienen m¨¢s peso en la econom¨ªa europea, no podr¨¢n lograr una reactivaci¨®n del sistema, sino que reforzar¨¢n los aspectos negativos de la crisis actual.
Pueden ser buenas las alternancias en el poder pol¨ªtico, pero por mucho que se edulcoren los programas socialistas, por mucho que se vayan conculcando las ideas que inspiraron estos partidos en su nacimiento, y por mucho que se intente restar importancia a los objetivos b¨¢sicos de cualquier idea socialista, los m¨ªnimos objetivos que exige su programa son contradictorios con las necesidades del momento actual.
Volver a pol¨ªticas tradicionales
La crisis econ¨®mica mundial no se resuelve con recetas socialistas. Ni el protagonismo estatal, ni el endurecimiento de impuestos, ni la primac¨ªa de la pol¨ªtica social sobre la de los restantes sectores econ¨®micos son las medidas adecuadas a la crisis existente. La pol¨ªtica socialista ha aprovechado una situaci¨®n penosa para postular que en el cambio protagonizado por ella se halla la soluci¨®n. No es as¨ª, y los socialistas lo saben. La apertura se ha de conseguir con las pol¨ªticas tradicionales de la econom¨ªa, y mientras esto no se reconozca nos mantendremos en el c¨ªrculo vicioso de unas medidas correctoras que agravan los males del sistema, y estaremos prorrogando la situaci¨®n cr¨ªtica con el riesgo de una situaci¨®n l¨ªmite.
Posiblemente se est¨¢n convenciendo de ello muchos pa¨ªses democr¨¢ticos que sucumbieron accidentalmente al encanto socialista. Pero en tanto este convencimiento no lleve al descr¨¦dito total de su pol¨ªtica, el c¨ªrculo vicioso ir¨¢ haciendo cada vez m¨¢s permanente y cada vez m¨¢s peligrosa la crisis econ¨®mica actual.
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