Frialdad de los empresarios hacia el Gobierno en el primer encuentro de APD

Las setecientas personas asistentes anoche al primer encuentro masivo entre empresarios y Gobierno socialista, organizado en Madrid por la Asociaci¨®n para el Progreso de la Direcci¨®n (APD), recibieron con frialdad las palabras de apertura del ministro de Industria y Energ¨ªa, Carlos Solchaga. A juzgar por los comentarios recogidos despu¨¦s, ¨¦ste no aport¨® novedades contra el escepticismo imperante de cara a un a?o, 1983, que algunos empresarios dan por perdido, como lo refleja la extendida expresi¨®n feliz 1984.Sin embargo, la concurrencia al acto, nutrida en gran parte por t¨¦cnicos y altos cargos de empresas p¨²blicas, fue superior en un centenar de personas a la esperada inicialmente y ha superado a otras convocatorias (en total veinticuatro) realizadas al principio de cada a?o por APD bajo el tema gen¨¦rico C¨®mo ven nuestros hombres de empresa la econom¨ªa espa?ola.

Para los empresarios consultados, el ministro no despej¨® ninguna de las inc¨®gnitas que persisten, como las macroecon¨®micas o el futuro del programa nuclear. Seg¨²n la apreciaci¨®n de estos empresarios, el ministro les acus¨® veladamente de no haberse adaptado a los tiempos, y no prometi¨® medid.as sustanciales de cara a las peque?as y medianas empresas, preocupadas por el aumento de presi¨®n fiscal y el marco laboral.

Intervenci¨®n del ministro

El ministro de Industria y Energ¨ªa se disculp¨® de no poder revelar las previsiones macroecon¨®micas ni de pol¨ªtica industrial, por reservarlas a los m¨¢ximos responsables del Gobierno y al Congreso de los Diputados. Asimismo reiter¨® el criterio de que, si en 1983 no puede haber grandes avances, la econom¨ªa espa?ola puede aprovechar para ponerse en mejores condiciones y engancharse a la recuperaci¨®n internacional que se espera de cara a 1984.

Tras diagnosticar la ineficacia de la pol¨ªtica econ¨®mica seguida contra la crisis desde 1974, as¨ª como de sus consecuencias en el terreno industrial, Solchaga subray¨® que "es prop¨®sito del Gobierno socialista luchar denodadamente contra la desindustrializaci¨®n". El camino no ser¨¢ oponerse a que prosiga la sustituci¨®n del trabajo por capital, frente a la que s¨®lo ve una pol¨ªtica humanista y un consenso social sobre la reducci¨®n de jornada y la flexibilidad, sino afrontar el abandonismo, pedir colaboraci¨®n, reclamar el cumplimiento del deber de informar y recabar ayuda a la opini¨®n p¨²blica.

Para encarar la desindustrializaci¨®n de la ¨²ltima d¨¦cada, que describi¨® en duros t¨¦rminos, hablando de abandono de responsabilidades y del deber del trabajo, el ministro de Industria y Energ¨ªa esboz¨® una serie de acciones en tres campos prioritarios: reconversi¨®n industrial, ajuste energ¨¦tico y peque?as y medianas empresas. Sobre el primero, inform¨® que su departamento finaliza un balance de resultados de planes aplicados y presentar¨¢ este semestre al Parlamento una nueva ley.

Tras agilizar administrativamente la tramitaci¨®n de cr¨¦ditos y avales, defecto observado en planes anteriores, la nueva ley ayudar¨¢ a sectores y empresas con arreglo a cuatro criterios: car¨¢cter prioritario, potencial exportador, potencial de empleo y adaptaci¨®n a la estrategia econ¨®mica mundial. "La mayor vigilancia del Gobierno", agreg¨®, "redundar¨¢ en beneficio de empresas y sectores".

Las exposiciones a cargo de empresarios sobre el presente y perspectivas de los sectores econ¨®micos -automoci¨®n, construcci¨®n, agricultura y peque?as y medianas empresas-, coincidieron en afirmar que 1982 ha sido menos malo que 1981, con algunos matices para la construcci¨®n, pero que no se esperan mejoras globales para el presente. Por el contrario, los cuatro oradores dejaron entrever que muchos de los resultados de 1983 depender¨¢n de decisiones del Gobierno y se mostraron preocupados por las perspectivas de aumento de la presi¨®n fiscal.