El jefe de la oposici¨®n

El PSOE, triunfador absoluto de las ¨²ltimas elecciones, tuvo el gesto magn¨¢nimo de prometer una valoraci¨®n especial del jefe de la oposici¨®n, tomando ejemplo de lo que se hace en otros pa¨ªses, e incluso de lo que ocurr¨ªa de alg¨²n modo aqu¨ª en las legislaturas pasadas, cuando Felipe Gonz¨¢lez era indudablemente el jefe de la oposici¨®n, y como tal era tratado.Si el Gobierno piensa conceder a Fraga el estatuto de jefe de la oposici¨®n, no es, desde luego, por ser quien es, sino por el incontrovertible hecho de que los espa?oles le dieron 106 esca?os. Ante ello, es l¨®gico que los dem¨¢s grupos parlamentarios reclamen tambi¨¦n su parcela de protagonismo, pero la reuni¨®n de minor¨ªas celebrada en el Congreso entre UCD, PCE, Minor¨ªa Catalana, Minor¨ªa Vasca y CDS para presentar un frente com¨²n a la institucionalizaci¨®n de la figura de jefe de la oposici¨®n tiene m¨¢s valor de actitud defensiva de intereses propios, que de voluntad institucional. Carrillo ha dicho que se pusieron de acuerdo en oponerse a que Fraga se convierta en el l¨ªder de la oposici¨®n con estatuto propio. Pero quien lo ha ofrecido ha sido el PSOE, poco sospechoso de fraguismo, y quien ha puesto un nombre propio a la figura que los socialistas quieren institucionalizar no es otro que el pueblo espa?ol. Parece natural que lo tengan en cuenta los cinco partidos pol¨ªticos que tienen en total 46 esca?os parlamentarios.

29 de enero