Jap¨®n se aproxima a Estados Unidos
APENAS DESIGNADO primer ministro de Jap¨®n, Yasuhiro Nakassone ha enviado a su ministro de Asuntos Exteriores a una gira por Europa y se ha ido personalmente a Washington a visitar al presidente Reagan. Jap¨®n vive desde hace a?os en una considerable ansiedad producida por varias causas concomitantes: la crisis de la energ¨ªa y el rearme est¨¢n en la base. De la primera se desprende, al mismo tiempo que un cierto encarecimiento de sus productos, una disminuci¨®n de sus mercados. Las dificultades de disponibilidad de divisas y del sostenimiento de las industrias europeas levantan barreras de proteccionismo. En cuanto al rearme, Jap¨®n teme que su relativo para¨ªso de posguerra se acabe. Alemania y Jap¨®n debieron gran parte de su milagro a la prohibici¨®n de fabricar material militar, que les produjo parad¨®jicamente un adelanto industrial cuando los vencedores estaban ya ocupados en su guerra fr¨ªa; las presiones giraron despu¨¦s en sentido inverso, y hoy la Administraci¨®n Reagan insiste en que debe hacer un esfuerzo mayor que el actual: Jap¨®n s¨®lo consagra un 1% del producto nacional bruto a los gastos militares, cuando en Estados Unidos se dedica el 6% (y puede que m¨¢s, amparado en otras cifras invisibles del presupuesto), en el cual se incluye la defensa misma de Jap¨®n, donde tiene estacionados 60.000 soldados (la cuarta parte de la totalidad del Ej¨¦rcito nip¨®n).Nakassone ha ido a ver a Reagan para ofrecerle algo a cambio de algo: el regalo de la venta de material militar electr¨®nico y de aumentar sus gastos militares seriamente a cambio de que disminuya la guerra comercial y las dificultades que Estados Unidos pone a las exportaciones japonesas (principalmente los autom¨®viles). Jap¨®n fabrica un cierto material microelectr¨®nico de gran utilidad para las armas autom¨¢ticas modernas, pero el pacifismo japon¨¦s consigui¨® ya hace a?os que ese tipo de material no se vendiera a nadie, incluyendo en ese nadie a Estados Unidos, por una ley de 1967 en la que se prohib¨ªa su exportaci¨®n a los pa¨ªses "que pudieran estar implicados en un conflicto armado": estaba definido Estados Unidos. Aunque hay industriales y militares en Washington que se oponen a ese tipo de importaci¨®n, por el riesgo de hacer depender sus armas de los diminutos y certeros cerebros japoneses, las ventajas son considerables.
Claramente la pol¨ªtica del nuevo primer ministro japon¨¦s se inclina hacia una mejora de relaciones con Estados Unidos, no sin la inquietud, ya manifiesta, de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y con el malestar de los amplios sectores pacifistas de Jap¨®n. Los pacifistas japoneses no tienen s¨®lo los resquemores, prudencias y miedos de los europeos, sino el recuerdo indeleble de Hirosima y Nagasaki y la decisi¨®n suficientemente clara de no aproximarse en ning¨²n momento a lo nuclear. Al ofrecer la venta de material electr¨®nico, al hablar -como lo ha hecho Nakassone- de alianza con Estados Unidos, se pone en marcha un movimiento de repulsa que quiz¨¢ pueda ser frenado con el miedo a la quiebra industrial y comercial, al espectro del paro -que en Jap¨®n apenas existe u ofrece cifras rid¨ªculas en comparaci¨®n con el resto del mundo-, que creen la mentalidad de que hay que aumentar el sentido de compromiso con la defensa de Occidente -palabra curiosamente contradictoria con la geograf¨ªa japonesa- si se quiere participar de algunas de sus ventajas.
Shultz, secretario de Estado, va ahora a Jap¨®n para continuar etas negociaciones. No sin pasar por China, donde trata tambi¨¦n de vencer un enfriamiento de relaciones que se ha marcado, sobre todo -desde el punto de vista global-, por las nuevas aproximaciones con la URSS. Tampoco Jap¨®n, a pesar de las nuevas relaciones con el r¨¦gimen posmao¨ªsta de China, tiene demasiado inter¨¦s en ver que Estados Unidos favorece a China en lugar de a Jap¨®n: hay una vieja rivalidad hist¨®rica, una pol¨ªtica asi¨¢tica muy inscrita en los siglos, que juega a¨²n m¨¢s de lo que se puede suponer desde fuera.
La venta de tecnolog¨ªa, el viaje a Corea del Sur -que para muchos tiene el car¨¢cter de un principio de ayuda millar a Se¨²l- la seria advertencia a Andropov de que su propuesta de desviar los misiles SS hacia Asia -para reducir el dramatismo en Europa- ser¨ªa considerada como una amenaza, definen esta veloz aproximaci¨®n a Estados Unidos del nuevo Gobierno japon¨¦s. Puede costarle a Nakassone su puesto, a menos que consiga un consenso nacional para esta pol¨ªtica arriesgada. Y s¨®lo lo conseguir¨¢ si ofrece frutos r¨¢pidos: en forma de exportaciones.
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