Un ardor lejano
En 1834, a los veinti¨²n a?os de edad, el estudiante Georg B¨¹chner escribi¨® Der Hessische Landbote, el emisario (o correo) de Hessen: un manifiesto de agitaci¨®n pol¨ªtica, mezcla de cr¨ªtica del presupuesto del Ducado, de ecos de la Revoluci¨®n Francesa que impregnaba con su ideolog¨ªa a los revolucionarios europeos, de preocupaciones nacionalistas (creaci¨®n de una Alemania unida) y del estilo literario de la generaci¨®n de la joven Alemania. Fallaron los movimientos revolucionarios, huy¨® a Suiza y muri¨® en el exilio tres a?os despu¨¦s: le han sobrevivido tres obras de teatro producidas en ese exilio, dos de las cuales -La muerte de Danton y Woyzech; la tercera es Leoncio y Lena- son recurrentes en la escena moderna -desde hace sesenta o setenta a?os-, y tentaci¨®n continua de directores de escena, m¨²sicos, directores de cine: por su romanticismo calmado y sereno, sobre todo. Un equipo compuesto por Justo P¨¦rez, Jos¨¦ Luis G¨®mez, Carla Matteini y Jos¨¦ Carlos Plaza y ¨¦ste como director de escena, ha hecho un intento de dramatizaci¨®n del emotivo manifiesto.Entra en el ciclo de Escena ins¨®lita programado por el Espa?ol, y es, en efecto, algo ins¨®lito. Un gran tablado ocupa todo el patio de butacas: los espectadores est¨¢n en los palcos. Pero no es tan ins¨®lita esta disposici¨®n o aprovechamiento de la sala (que, a fin de cuentas, es la adaptaci¨®n a un tipo de espacio esc¨¦nico conocido) como el texto mismo. Su inter¨¦s es hist¨®rico para el estudio de los movim¨ªentos europeos pol¨ªticos de la ¨¦poca, para la breve y atormentada biograrla de B¨¹chner: no traspasa su tiempo, est¨¢ demasiado adherido a su circunstancia, los planteamientos pol¨ªticos no entran m¨¢s que de una manera muy general en nuestro tiempo y su valor teatral es nulo.
El correo de Hessen, de Georg B¨¹chner y Ludwig Weidig
Versi¨®n castellana de Justo P¨¦rez, con supervisi¨®n de Jos¨¦ Luis G¨®mez. Interpretaci¨®n: Emilio Guti¨¦rrez Caba. Dramaturgia, Carla Matteini y Jos¨¦ Carlos Plaza. M¨²sica de Mariano D¨ªaz. Vestuario y ambientaci¨®n: Pedro Moreno. Direcci¨®n: Jos¨¦ Carlos Plaza. Local de estreno: teatro Espa?ol (del Ayuntamiento de Madrid), ciclo "Escena ins¨®lita", 27 de enero de 1983.
Conste que todos los que intervinieron en ¨¦l han trabajado con la gran altura de su profesionalidad, comenzando por el int¨¦rprete Emilio Guti¨¦rrez Caba, que est¨¢ just¨ªsimo en el papel ¨²nico -es un mon¨®logo, con alguna voz de fondo-; en la t¨¦cnica -dicci¨®n, movimiento- como en la emoci¨®n -arrebato, iron¨ªa o desesperaci¨®n-, y con Plaza en la direcci¨®n creativa. La dramaturgia consiste en situar previamente al personaje un a?o despu¨¦s de su texto, exiliado y hundido, escribiendo algunas cartas, para crear el conocido efecto teatral de melancol¨ªa, que consiste en que conozcamos antes el fracaso que la ilusi¨®n (Priestley), el efecto del espacio enorme pero despojado y limpio; el contraste entre una m¨²sica serena (de Mariano D¨ªaz, que la interpreta con Ferm¨ªn Aldaz: piano y viol¨ªn) con la pasi¨®n presente, la justa sensaci¨®n del tr¨¢nsito del romanticismo al realismo que estuvo presente en B¨¹chner, el juego de los silencios en la primera escena son logros de buen director. El texto castellano de Justo P¨¦rez y Jos¨¦ Luis G¨®mez est¨¢ bien.
Todo ello, sin embargo, no prende. Entrar ahora en la pol¨¦mica del para qu¨¦, o en la discusi¨®n del por qu¨¦ s¨ª, o por qu¨¦ no, ser¨ªa teorizar: el problema est¨¢ en la pr¨¢ctica. El texto no sobrepasa su car¨¢cter de inter¨¦s libresco y todo el importante esfuerzo de sus buenos creadores se advierte como superpuesto, como una especie de lucha contra su ateatralidad.
No hay que negar la validez de la experiencia de la escena ins¨®lita como parte de la programaci¨®n de un gran teatro institucional, y se puede pensar que la pasi¨®n erudita-pol¨ªtica haya podido ilusionar a los creadores de este intento. Pero el resultado es insuficiente en esta ocasi¨®n. No se justifica.
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