Rembrandt, biograf¨ªa inglesa

Es probable que una de las mejores aportaciones del cine ingl¨¦s se localice en las pel¨ªculas de g¨¦nero hist¨®rico. Pocas veces otras cinematograf¨ªas han logrado su rigor sin abandonar por ello la necesaria capacidad de espect¨¢culo que atraiga masivamente al p¨²blico. Rembrandt, dirigida en 1936 por Alexander Korda, est¨¢ considerada como una prueba indiscutible de la habilidad de director, int¨¦rpretes y ambientadores para reflejar en la pantalla sucesos del pasado.En este caso, la biograf¨ªa del famoso pintor que se sit¨²a a mediados del siglo XVII en Holanda, sirvi¨® para reflejar las intrigas de la Guardia Noble de la casa de Orange que utilizaban la obra del pintor como forma de intrigar con su pol¨ªtica oculta. Tal como la pel¨ªcula cuenta, la actitud cr¨ªtica de Rembrandt respecto a los principales personajes de la ¨¦poca no fue bien recibida por ¨¦stos. De ah¨ª, que el pintor muriese en la miseria sin el reconocimiento que su talento hubiera merecido.

Charles Laughton

Imposible es concebir esta pel¨ªcula sin su actor principal, Charles Laughton, int¨¦rprete de asombrosa ductilidad que supo encarnar a lo largo de su carrera los m¨¢s variopintos personajes utilizando siempre con sabidur¨ªa su excesiva obesidad.Laughton la aplicaba a caracteres tiernos, repulsivos o desp¨®ticos, haciendo veros¨ªmil en cada momento la disposici¨®n de su personaje. En cualquier antolog¨ªa del cine debe figurar su encarnaci¨®n de Enrique VIII, del jorobado de Notre Dame o del fantasma de Canterville por s¨®lo citar algunas, pero en cada uno de sus trabajos consigui¨® Charles Laughton rozar la genialidad, cuando no la alcanzaba plenamente.

Dicen los historiadores que su trabajo de Rembrandt figura entre los mejores de su carrera. Es posible que as¨ª sea toda vez que rodar en Inglaterra le permit¨ªa disfrutar del tradicional respeto que existe en ese pa¨ªs hacia la labor de los int¨¦rpretes, raz¨®n que justifica la excelente calidad media que en este sentido tienen todos sus productos.

La inteligencia de Laughton se hizo palpable incluso en las obras que acometi¨® como director. Televisi¨®n espa?ola nos sorprendi¨® hace algunos a?os con la emision de la fascinante pel¨ªcula

La noche del cazador, en la que no interven¨ªa como int¨¦rprete, pero a la que transmiti¨® su exquisita sensibilidad para traducir a im¨¢genes el atormentado mundo de sus protagonistas. Parece que en la vida privada del actor existieron tambi¨¦n, momentos confusos y dolorosos debidos al represivo ambiente social que le toc¨® vivir. Algunas de esas inquietudes fueron narradas por su viuda, Elsa Lanchester, que compart¨ªa con ¨¦l los honores es telares de Rembrandt.

Elsa Lanchester pasar¨¢ a la historia por su ejemplar interpretaci¨®n de La novia de Frankenstein, aquella ex¨®tica mujer que nac¨ªa artificialmente a petici¨®n del desolado monstruo.