Una teor¨ªa musical en torno a Pablo Iglesias
Con motivo del homenaje a Pablo Iglesias quisiera avivar una vieja teor¨ªa m¨ªa. En clases, libros y art¨ªculos he querido separar lo m¨¢s claramente posible la zarzuela grande del sainete. La llamada zarzuela grande, con trozos muy bellos, no responde, seg¨²n el repetido t¨®pico quiere, al llamado g¨¦nero nacional como respuesta a la invasi¨®n del italianismo. El nacionalismo, en m¨²sica y en todo, se basa hist¨®ricamente, como tantas veces se?al¨® Maragall, en la primac¨ªa de la lengua, lengua que va de lo vivo a lo culto y viceversa. Pues bien: el lenguaje de nuestra zarzuela grande no resiste a la menor prueba de autenticidad. Recordemos c¨®mo se presenta el tenor de La tempestad, de Chap¨ª: "Salve, costas de Breta?a donde nac¨ª". Mu?oz Seca hizo cr¨ªtica aguda s¨®lo con dar una especie de libreto sin m¨²sica. Nuestro gran Gerardo Diego sufri¨® casi un ataque de nervios al o¨ªr aquello de: "Me da mucho que pensar el hermano Rafael". Musicalmente, la dependencia de lo italiano es clar¨ªsima e incluso reaccionaria: Marina, que primero fue zarzuela, que puede gustar bien cantada porque es obra para divos, mira hacia atr¨¢s y no hacia Verdi, visto entonces como vanguardia. Salvo muy bellas excepciones -de aqu¨ª el ¨¦xito l¨®gico de las antolog¨ªas- ancladas especialmente en las jotas -La Dolores, de Bret¨®n; La bruja, de Chap¨ª- el reflejo de lo racialmente popular es muy tenue.Distinto, casi contrario, es el mundo del sainete, del g¨¦nero chico. Su nombre indica, s¨ª, una cierta rebaja de ambici¨®n, pero viene bien compensada por el lenguaje: castizo, agudo, resueltamente teatral y que empuja a sus compositores a una m¨²sica directa, viva. Ese mismo lenguaje ayuda tambi¨¦n a que el g¨¦nero chico retrate y critique la realidad social y pol¨ªtica de la ¨¦poca: critica a los ministros en El rey que rabi¨®, al urbanismo ostentoso en La Gran V¨ªa. Ejemplos los hay a granel; el g¨¦nero chico fue periodismo cantado.
Pero bueno, ?esto tiene algo que ver con Pablo Iglesias? Pues yo lo creo. El protagonista de La verbena de la Paloma, Juli¨¢n, es, como Pablo Iglesias, cajista de imprenta, tipo de obrero que por saber leer y tener que leer mucho resaltaba por encima del analfabetismo general, ganando -"cuatro pesetas sin deber n¨¢"- m¨¢s que algunos empleados. A Pablo Iglesias, lo dicen sus bi¨®grafos, le gustaba mucho el g¨¦nero chico. Ese Juli¨¢n de La verbena de la Paloma es, a su modo, contestatario; y lo es a trav¨¦s de su derecho a amar. En el epistolario de Prieto con Mara?¨®n cuenta aqu¨¦l -gustos¨ªsimo del g¨¦nero chico, amigo ¨ªntimo de Arniches- c¨®mo Pablo Iglesias en un mitin cit¨® la gran frase de Juli¨¢n, contestataria y amorosa a la vez: "Tambi¨¦n la gente del pueblo tiene su corazoncito y l¨¢grimas en los ojos y celos mal reprirnidos". Es l¨¢stima que el rival de Juli¨¢n, segu¨ªa comentando, sea un boticario vejestorio y no un se?orito como el de Agua, azucarillos y aguardiente, que espera la llegada de su pap¨¢ al poder para que su novia llegue a ser gobernadora. Los socialistas seguir¨¢n luego v¨ªas distintas con esa constante human¨ªsima de Prieto, al que, sin embargo, Aza?a reprender¨¢ festiva mente por poner en una proclama que ¨¦l deb¨ªa firmar la palabra hogare?o porque es, dec¨ªa, de zarzuela grande. Tambi¨¦n se mete con Ossorio y Gallardo por creer que Curro Vargas es una obra cumbre.
La verbena de la Paloma se estrena cuando todav¨ªa Pablo Iglesias ten¨ªa algo de tiempo para ir al teatro. Insisto en lo de contestatario y amoroso: una elemental sociolog¨ªa de la expresi¨®n amorosa aplicada al g¨¦nero l¨ªrico nos dir¨¢ que la clave est¨¢ en el d¨²o de amor. Los que est¨¢n en la memoria del coraz¨®n no son los de la zarzuela grande, sino los que pudo o¨ªr y tararear Pablo Iglesias, el de La Revoltosa y el de La verbena de la Paloma. Si el g¨¦nero chico nace junto a las zarzuelas grandes de Barbieri es porque all¨ª el lenguaje comienza a ser castizo, lo popular tiene garbo y la intenci¨®n liberal est¨¢ bien clara. Siendo yo ni?o grande o¨ª c¨®mo en plena dictadura se aplaud¨ªa a rabiar aquello de: "No hay bien m¨¢s hermoso que la libertad", de La calesera. Y las zarzuelas grandes que de verdad quedan, las de Soroz¨¢bal en la cima, son las que incorporan esa herencia castiza de lo contestatario y amoroso. Volvemos a lo de Pablo Iglesias cajista de imprenta y colocando como cita lo del corazoncito de la gente del pueblo. Pueden polemizar las diversas formas de humanismo, pero sean cristianos, liberales o socialistas deber¨¢n contar con el amor como cap¨ªtulo clave...
Babelia
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