Las relaciones Estado-Iglesia

No va a estallar una guerra de religi¨®n por el aborto. La Comisi¨®n Permanente de nuestro Episcopado -algo as¨ª como la ejecutiva de los obispos- promulg¨® el s¨¢bado un documento transaccional, en el que, por supuesto, se lanzan ju¨ªcios de valor muy duros contra la despenalizaci¨®n parcial del aborto, aunque se areng¨¢ a la feligres¨ªa para que act¨²e dentro de los l¨ªmites de la Constituci¨®n. Tres d¨ªas y tres noches tard¨® el presidente D¨ªaz Merch¨¢n en conducir a las jerarqu¨ªas ecles¨ªales hacia posiciones asumibles por los sectores laicos de la sociedad. Mientras los cat¨®licos, seg¨²n los obispos, deben negar su colaboraci¨®n a toda clase de pr¨¢cticas abortivas, su desacuerdo debe expresarse por las v¨ªas legales que aut¨®riza la Constituci¨®n y con atenci¨®n muy especial al esp¨ªritu c¨ªvico. La Iglesia no recurre a una nueva cruzada, lo que revela el alto sentido de responsabilidad civil que alienta a monse?or D¨ªaz Merch¨¢n.El comit¨¦ federal del PSOE no estudi¨® el documento de los obispos al menos, el portavoz socialista, Galeote, se neg¨® a hacer comentarios sobre el asunto. Galeote se limit¨® a decir que el poder civil legisla tanto para los cat¨®licos como para los no cat¨®licos, pero no intenta obligar a nadie a actuar en contra de su conciencia. En este sentido, el aborto no va a ser obligatorio, como no lo es'e1 divorcio, sino que va a limitarse a reconocer una parcela de realidad social.

, 8 de febrero