'Julieta de los esp¨ªritus', una pel¨ªcula fascinante
No tuvo buen ¨¦xito de cr¨ªtica cuando en 1967 se estren¨® en Espa?a Julieta de los esp¨ªritus: la mayor parte de los cr¨ªticos independientes (en aquella ¨¦poca se defin¨ªa as¨ª a quienes no alternaban la cr¨ªtica con la censura ni realizaban trabajos remunerados para distribuidoras) pensaron que esta pel¨ªcula de Federico Fellini era una mala copia de su obra anterior 8 y medio, donde ya hab¨ªa descubierto ese fascinante mundo de im¨¢genes que constituye desde entonces el toque del autor. En la revista Nuestro Cine se dec¨ªa, por ejemplo, que "la estructura narrativa del filme es un recurso que no corresponde a una profundizaci¨®n en el personaje principal y por ello se transforma en una investigaci¨®n est¨¦tica de dudoso alcance". Ricardo Mu?¨®z Suay, por su parte, consideraba que Julieta de los esp¨ªritus "se diluye en un esfuerzo psicoanal¨ªt¨ªco de excesivo significado moralizante".Es probable que as¨ª fuera, pero el paso del tiempo ha devuelto a Julieta de los esp¨ªritus una independencia que la fortalece. Al margen de cualquier comparaci¨®n con 8 y medio, Fellini desarrolla en esta pel¨ªcula su barroquismo formal en una lluvia inces¨¢nte de enloquecedoras fantasias que no permiten el menor descanso; es conveniente que quienes se dispongan a contemplarla hoy en la peque?a pantalla eviten toda distracci¨®n, en cada parpadeo se pierde una imagen irrepetible.
Julieta de los esp¨ªritus se emite hoy a las 21
35 horas por la primera cadena.
La historia es simple. Julieta, mujer menuda, t¨ªmida e insatisfecha, descubre que el marido la enga?a. En su obligada soledad deja libres sus fantasmas, sus recuerdos de infancia, sus atormentadas represiones, tratando de encontrar por s¨ª misma un camino a su futuro. La invita a ello su encuentro con un extra?o ganadero espa?ol (Jos¨¦ Luis de Vilallonga), que prepara ritualmente una sangr¨ªa, "la bebida del olvido"; pero la provoca con m¨¢s insistencia su alucinante vecina (Sandra Milo, mal doblada al castellano), que organiza las fiestas m¨¢s sensuales y m¨¢gicas del cine de Fellini. En ellas, la pobre Julieta deja que sus at¨®nitos ojos se paseen por un mundo que ignoraba; en su miedo, la acompa?an insistentes y lejanos mitos de infancia, sobre todo el del abuelo, un en¨¦rgico anciano barbudo que liberaba a la nieta de las absurdas man¨ªas de las monjas, empe?adas en transformarla en una santa achicharrada en la parrilla. (En la secuencia de esa representaci¨®n teatral aparecen, probablemente, los momentos m¨¢s bellos de este filme).
Juego de espejos
Si la pel¨ªcula comienza con un juego de espejos, en espejos deformados vemos el resto. La imaginaci¨®n de Julieta transforma en seres vivos lo que s¨®lo es parte de su subjetivismo. Las voces que la atormentan, al principio enemigas, m¨¢s tarde solidarias acompa?antes, adquieren cuerpo seg¨²n Julieta avanza en su libertad. Descubre que esos fantasmas no le pertenecen a ella s¨®lo, sino tambi¨¦n a la infidelidad del esposo, a la est¨²pida educaci¨®n recibida, a su repres¨ª¨®n, en suma. Quiz¨¢ al final, reencontrada con su propia entidad, alcance la libertad ansiada y pierda el miedo a ser f¨¦liz.Se dice que Fellini escribi¨® esta pel¨ªcula como homenaje a su esposa, Giulietta Massina, con quien ya hab¨ªa trabajado en La strada y Las noches de Cabiria: "No es s¨®lo un rostro, sino una verdadera alma dentro de la pel¨ªcula", dice el autor de su protagonista. Si realmente el filme se inspira en la vida de la actriz, ¨¦sta tuvo que desvelar sus emociones m¨¢s ¨ªntimas, sus secretos m¨¢s ocultos. Lejana ya de los tics que prodig¨® en las pel¨ªculas anteriores, Giulietta Massina realiza en esta posible autobiograf¨ªa uno de los trabajos m¨¢s importantes de su carrera.
La utilizaci¨®n del color es tambi¨¦n protagonista de la obra. Con Gianni di Venanzo como fot¨®grafo, Fellini crea en Julieta de los esp¨ªritus un mundo ins¨®lito, producto del ensue?o y la mistificaci¨®n; pero justo es se?alar tambi¨¦n el trabajo de Piero Gherardi en los decorados y vestuarios, sin los que Fellini no tendr¨ªa punto de apoyo. Nino Rota, frecuente compositor en las obras de este cineasta, escribe una pegadiza partitura que reafirma el tono circense que florece a lo largo de la narraci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.