El otro Israel

EL DICTAMEN de la comisi¨®n de encuesta sobre las matanzas de Chatila y Sabra -que ha encabezado el presidente del Tribunal Supremo de Israel, Isaac Kahane- es, sin duda, un documento de alcance hist¨®rico. No tiene precedente.Cuando en septiembre pasado el mundo conoci¨® los asesinatos en masa, cometidos por las milicias libanesas falangistas, de hombres, mujeres, ni?os, ancianos, palestinos indefensos encerrados en campos de refugiados despu¨¦s de la evacuaci¨®n de Beirut de las fuerzas de la OLP, se levant¨® un sentimiento un¨¢nime de horror e indignaci¨®n. En Israel mismo se produjeron manifestaciones de masas -unas 300.000 personas en Tel Aviv- exigiendo responsabilidades. Y en gran medida fue gracias a esa actitud de una parte de la poblaci¨®n israel¨ª por lo que el Gobierno Beguin tuvo que aceptar la formaci¨®n de una comisi¨®n integrada por magistrados.

Estos han dado un ejemplo de aut¨¦ntica independecia y de valent¨ªa al emitir sus conclusiones: si en ellos matizan diversos grados de complicidad por parte unos u otros jefes militares y ministros, el rasgo esencial del dictamen consiste en que establece la responsabilidad, como tales, del Gobierno y del Ej¨¦rcito de Israel. Con una actitud diferente por parte de algunos de los principales jefes militares y dirigentes pol¨ªticos, el genocidio no se hubiese podido cometer. Eso que intu¨ªa la opini¨®n internacional ha sido establecido ahora por una comisi¨®n de altos magistrados israel¨ªes. La actitud de la comisi¨®n pone de relieve, por lo dem¨¢s, la existencia de una amplia democracia interna en Israel no siempre bien valorado por los sectores progresistas occidentales.

A¨²n no se conocen las consecuencias a largo plazo del dictamen en el plano gubernamental. La comisi¨®n ha podido y conseguido que el ministro de Defensa, Sharon dimita. Este adopt¨® inicialmente una primera actitud de rechazo de la demanda de los jueces, que rectific¨® tras un voto adverso del Consejo de Ministros y una larga conversaci¨®n privada con el primer ministro Men¨¢jem Beguin. Pero ha estallado un esc¨¢ndalo de tales proporciones, con manifestaciones y choques en las calles, que no parece f¨¢cil que Beguin pueda evitar realizar m¨¢s cambios en su Gobierno. En cualquier caso, lo que el in forme sobre las matanzas de Chatila y Sabr¨¢ pone sobre la mesa es mucho m¨¢s que un reajuste de Gobierno.

Simult¨¢neamente, la actitud de Israel en las negociaciones sobre la retirada de las tropas extranjeras de L¨ªbano es un permanente dar largas, por no decir un sabotaje de cualquier soluci¨®n, lo que provoca el disgusto evidente de la Administraci¨®n norteamericana.

El fondo de la cuesti¨®n estriba en que la estrategia de Beguin tiende a establecer la hegemon¨ªa militar de Israel en toda la regi¨®n. S¨®lo a partir de ese objetivo se comprende la agresi¨®n contra L¨ªbano el verano pasado. Eso mismo explica el sabotaje de las actuales negociaciones, sobre la retirada de las tropas: se trata de someter L¨ªbano a una especie de protectorado de hecho.

Estados Unidos ha ayudado, y ayuda, a Israel en lo terrenos militar, econ¨®mico y pol¨ªtico; lo considera como la principal palanca, sobre todo desde que desapareci¨® el r¨¦gimen del sha en Ir¨¢n, de su pol¨ªtica de potencia en esa parte del mundo. Pero necesitan, a la vez, un Israel que no sea incompatible con los pa¨ªses conserva dores del mundo ¨¢rabe. Tal era el sentido de la pol¨ªtica de Camp David. Hoy ese proyecto ha perdido viabilidad e incluso el Egipto de Mubarak tiende al acercamiento con el resto de los pa¨ªses ¨¢rabes.

Una serie de factores objetivos del puzzle de Oriente Pr¨®ximo se han modificado profundamente en los ¨²ltimos tiempos. Negarse ahora a reconocer a la OLF (como, en el caso espa?ol, negarse a reconocer a Israel), es una torpeza. Significa ignorar que la organizaci¨®n d la resistencia palestina ha superado en gran parte el extremismo de otras etapas y que preconiza y defiende soluciones que permiten garantizar las fronteras de Israel Concretamente, el plan elaborado en la conferencia de Fez por el conjunto de los Estados ¨¢rabes, incluida la OLP, ofrece bases serias en ese sentido.

La posici¨®n constructiva de Yasir Arafat en favor de las soluciones indicadas m¨¢s arriba ha sido criticada dentro de la OLP; se perfilan maniobras, sin duda de or¨ªgenes muy dispares, para debilitarle. Pero todo indica que en el pr¨®ximo Consejo Nacional Palestino, convocado a mediados de mes en Argel, su posici¨®n saldr¨¢ fortalecida.

El desarrollo y la conclusi¨®n de la encuesta confiada a los tres jueces israel¨ªes, la conmoci¨®n que est¨¢ provocando dentro de la propia clase pol¨ªtica de ese pa¨ªs, son el reflejo de un fen¨®meno cuya importancia no se puede desconocer: la creciente influencia de sectores que no se someten a la din¨¢mica militar, hegem¨®nica, de la estrategia de Beguin. Aunque sea dif¨ªcil medir el peso que puede tener ese otro Israel dispuesto a propiciar hoy v¨ªas de di¨¢logo y a aceptar soluciones de coexistencia. Que esta tendencia se fortalezca es fundamental para que puedan cobrar eficacia soluciones de paz en Oriente Pr¨®ximo.