El n¨²mero de abortos supera al de nacimientos en la URSS
La mortalidad femenina en la Uni¨®n Sovi¨¦tica como consecuencia de abortos provocados descendi¨® de un 4% a un 0,28% desde que se despenaliz¨® la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. Es muy posible que en la URSS el n¨²mero de abortos supere al de nacimientos, ya que hay un alto ¨ªndice de los primeros, debido a los problemas de la vivienda, la falta de anticonceptivos, el trabajo de la mujer fuera de casa y la escasez de guarderias. mientras toco esto incluye en la Rusia blanca, carece de incidencia en Asia Central o el C¨¢ucaso, donde las formas tradicionales de vida y las ideas religiosas siguen teniendo relevancia.
El aborto libre y gratuito es en la URSS algo m¨¢s que un derecho: es el anticonceptivo m¨¢s com¨²n. Los embarazos son escasos e ineficaces: la p¨ªldora -casi siempre de fabricaci¨®n h¨²ngara- s¨®lo aparece en los mercados muy de cuando en cuando, y los preservativos nacionales reciben en el argot moscovita un nombre muy significativo: galoshka, que podr¨ªa traducirse por alpargata.
Cierto es que las mujeres sovi¨¦ticas pueden decidirse por el DIU (dispositivo intrauterino), pero las dificultades que encuentran a la hora de controlar m¨¦dicamente sus efectos las lleva a rechazarlo.
As¨ª, es muy frecuente encontrarse con mujeres que han sufrido ya su media docena de abortos, si bien hay algunas que han llegado a sobrepasar las dos decenas. El sistema utilizado m¨¢s corrientemente para provocar interrupciones de embarazo es el raspado, aunque en algunos centros se usa la aspiraci¨®n. El problema de la vivienda, la falta de anticonceptivos, el trabajo de la mujer fuera de casa y la escasez de guarder¨ªas son las causas principales del alto ¨ªndice de abortos en la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Cierto es que este es un problema que se circunscribe pr¨¢cticamente a los pueblos blancos (Rusia, Bielorrusia, Ucrania, rep¨²blicas b¨¢lticas ... ), mientras en el C¨¢ucaso o, sobre todo, en Asia Central la vigencia de formas tradicionales de vida y el peso de la religi¨®n obvian casi por completo la cuesti¨®n de los anticonceptivos y, por tanto, del aborto.
Previniendo el problema demogr¨¢fico que se les avecina (la poblaci¨®n rusa ser¨¢ minor¨ªa dentro de la URSS a finales del presente siglo, si las cosas siguen a este ritmo), se han ido dictando numerosas medidas protectoras de la maternidad: dos meses antes del embarazo, la mujer recibe vacaciones con el sueldo ¨ªntegro y durante el a?o siguiente puede optar por una excedencia, recibiendo mientras tanto una suma mensual de 35 rubios (algo m¨¢s de 6.000 pesetas), lo que equivale a la quinta parte del salario medio en la URSS.
Al d¨¦cimo hijo, 'madre hero¨ªna'
Al d¨¦cimo hijo, la madre recibe el t¨ªtulo de madre hero¨ªna, lo que le da derecho a un carn¨¦ con el que puede comprar en los establecimientos sin guardar turno en la cola. Este tipo de incentivos no parece haber cuajado mucho, y el aborto -a falta de anticonceptivos- sigue siendo la soluci¨®n para muchas sovi¨¦ticas. Este tipo de incentivos no ha cuajado mucho.Es dif¨ªcil de calcular el n¨²mero de abortos que se realizan anualmente en la URSS, pero es muy probable que supere, en mucho, al n¨²mero de nacimientos. Seg¨²n los testimonios de algunas mujeres que han abortado en este pa¨ªs, buen n¨²mero de intervenciones se hacen sin anestesia o, en el mejor de los casos, con auxilio de un calmante o de anestesia local. Sin embargo, el tema de interrupci¨®n del embarazo no parece que sea muy traum¨¢tico en este pa¨ªs: preguntarle a una mujer sobre esta cuesti¨®n no causa rubores, y se habla al respecto con toda naturalidad.
La legislaci¨®n sobre el aborto ha sufrido, en cambio, grandes vaivenes. Antes de la revoluci¨®n estaba completamente prohibida la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, que fue legalizada por una ley del 18 de noviembre de 1920.
Esta norma institucion¨¢lizaba el aborto libre y, seg¨²n La gran enc¨ªclopedia sovi¨¦tica, sus efectos fueron fulminantes: suprimida la clandestinidad, la mortalidad femenina a causa de los abortos descendi¨® de un 4% a un 0,28%. Jos¨¦ Stalin -que, no hay que olvidarlo, hab¨ªa sido seminarista- dict¨® una ley el 27 de junio de 1936 por la que se prohib¨ªa el aborto, excepto en aquellos casos en los que s¨®lo la interrupci¨®n del embarazo pod¨ªa salvar la vida de la madre. Significativamente, en la misma ley se limitaba el divorcio y se dictaban ayudas econ¨®micas a la maternidad y a la familia numerosa. Por fin, el 23 de noviembre de 1955 -ya con Nikita Jruschov en el poder-, se volv¨ªa a introducir de nuevo el aborto libre. Desde entonces, s¨®lo la mujer pod¨ªa decidir a favor o en contra de su embarazo, siempre que lo haga antes de que finalice el tercer mes.
A pesar de que para provocar un aborto s¨®lo es necesario un certificado m¨¦dico que acredite el embarazo, en la URSS siguen existiendo abortos clandestinos. Hace s¨®lo una semana, el diario del partido comunista de la Rep¨²blica de Georgia, Zaria Vostoka, informaba sobre la condena de un ginec¨®logo que hab¨ªa realizado cl¨¢ndestinamente una operaci¨®n de este tipo. Se consideraba atenuante que el m¨¦dico hubiera cobrado a sus clientes s¨®lo seiscientos rubios (unas 110.000 pesetas) en lugar de los mil rubios que se perciben habitualmente en el mercado negro por estas intervenciones.
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