Ram¨®n Boixad¨®s 'escandaliza' al personal con su rara forma de ejercer la autoridad
Dif¨ªcilmente podr¨ªa haber empezado Ramon Boixad¨®s con peor pie el desempe?o de su nuevo cargo como presidente de Renfe. Pocos d¨ªas despu¨¦s de su nombramiento, el pasado 29 de diciembre, hizo temblar los m¨¢s s¨®lidos cimientos de la compa?¨ªa, cuando un modesto empleado ferroviario, a cuyo cargo se encontraba la expedici¨®n de billetes de la estaci¨®n de Nuevos Ministerios, contempl¨® con una mezcla de, asombro e incredulidad un flamante pase ferroviario que un paciente viajero colocaba sobre su mostrador, y cuyo titular era, precisamente, Ramon Boixad¨®s Male. Los esquemas de este funcionario estuvieron a punto de venirse por tierra, pues en su vida se pod¨ªa imaginar que el presidente de la compa?¨ªa aguardase turno ante una ventanilla como el resto de los mortales y amablemente fuese capaz de solicitar un billete de primera clase para el electrotr¨¦n de Valladolid.
Claro que el estupor del funcionario de la taquilla no debi¨® ser nada en comparaci¨®n con la sorpresa del honrado maquinista del electrotr¨¦n cuando, respondiendo a los gestos de quien aparentemente era un vulgar pasajero encorbatado, se asom¨® a la ventanilla de su m¨¢quina y fue informado de que estaba hablando con el presidente de su compa?¨ªa, quien le solicitaba permiso para visitar el interior del amasijo de hierros, generadores y cables que compone las tripas de una m¨¢quina ferroviaria el¨¦ctrica.Posiblemente el interventor de la unidad ferroviaria se quedara casi tan estupefacto como sus compa?eros anteriores, y por ello se sintiera obligado a invitar a un caf¨¦ a Ramon Boixad¨®s en el coche restaurante del propio tren. Los tiempos, evidentemente, est¨¢n cambiando, pues, cuando los presidentes de Renfe hac¨ªan un viaje sobre los carriles de hierro de la compa?¨ªa, era tradicional que se rodeasen de toda una parafernalia de directores generales, subdirectores, jefes de estaci¨®n, encargados de tr¨¢fico y todo ese complejo mundo de autoridades que tiene la vida ferroviaria.
Y lo m¨¢s curioso del caso es que no se puede decir que Ramon Boixad¨®s sea un populista en el m¨¢s literal de los sentidos. Nacido en Gerona, el 31 de diciembre d¨¦ 1927, dentro de una familia con un nivel cultural aceptable -sus padres eran maestros nacionales-, vivi¨® la mayor parte de su vida en Barcelona, adonde lleg¨® a los tres a?os de edad. Curs¨® sus estudios iniciales en el Grup Escolar Rosell¨®, integrado en el Instituto Escuela Pi y Margall, donde su padre impart¨ªa clases. Terminada la guerra civil, concluye sus estudios de bachillerato en el Instituto Nacional Men¨¦ndez y Pelayo, como consecuencia del cierre por los vencedores de la instituci¨®n donde ven¨ªa cursando sus estudios.Ingres¨¦ en 1947 en la Escuela T¨¦cnica, Superior de Ingenieros Industriales, de donde sale cinco a?os despu¨¦s con su flamante t¨ªtulo de licenciado debajo del brazo, pero sin saber muy bien hacia d¨®nde encaminar sus pasos. Una oferta de trabajo de la compa?¨ªa francesa especializada en tratamiento de aguas Phihps et Pain le llev¨® durante un a?o a Par¨ªs, de donde regresar¨ªa para incorporarse a la filial espa?ola de aquella empresa.
No obstante, el trabajo no deb¨ªa satisfacerle demasiado, y un a?o despu¨¦s, en 1955, entra a formar parte del equipo de j¨®venes t¨¦cnicos que Bedeaux Espa?ola est¨¢ reclutando para realizar las primeras funciones de asesoramiento y organiaci¨®n a las incipientes industrias espa?olas. Trece a?os despu¨¦s ocupaba el puesto de consejero delegado de esta empresa, tras haber comprado una importante participaci¨®n de la misma, en compa?¨ªa de su inseparable amigo Pedro Mas¨®.
Abandonar consejos
Bedeaux se convirti¨® en una de las empresas punteras en los asuntos de asesoramiento industrial, y como tal, pasan por sus despachos m¨¢s de 4.000 empresas a lo largo de los ¨²ltimos a?os. Recientemente ha trabajado para el Instituto Nacional de Industria (INI), el Ayuntamiento de Barcelona y el Ministerio de Industria.Cuando Ramon Boixad¨®s fue llamado por la nueva Administraci¨®n para ocupar el puesto de presidente y delegado del Gobierno en Renfe, lo consider¨® como un nuevo reto en su carrera profesional. Abandon¨® sus consejos de administraci¨®n, entre los que se encontraba el del hotel Palace de Madrid, y la presidencia de una de las principales empresas de distribuci¨®n de productos de alimentaci¨®n constituida por Codorn¨ªu, Riera-Mars¨¢ y Cola-Cao, y se integr¨® en su nuevo puesto, a pesar de tener que hacer -una renuncia que sus allegados califican de dolorosa: sus clases en la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid.
Actualmente mantiene la presidencia de la Federaci¨®n de Asociaciones de Ingenieros Industriales de Espa?a, le contin¨²a sentando mal que hagan referencia al los viejos refranes de "pasar m¨¢s hambre que un maestro de escuela. o "estudiar enfrente de un colegio de pago", sigue manteniendo un curioso biling¨¹ismo en su hogar -¨¦l se dirige en catal¨¢n a sus tres hijos y a su esposa- y mata los ratos de ocio leyendo libros sobre historia espa?ola contempor¨¢nea.
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