Especulaciones sobre el eventual relevo del embajador sovi¨¦tico en EE UU
"Rumores, simplemente rumores", dicen en los servicios de Prensa de la Embajada sovi¨¦tica en EE UU a prop¨®sito de las especulaciones sobre un eventual cambio al frente de la delegaci¨®n diplom¨¢tica de la URSS en Washington, dirigida desde hace casi veinti¨²n a?os por el veterano embajador Anatoly Dobrynin. En t¨¦rminos an¨¢logos se expresan en el Departamento de Estado, mientras la Prensa norteamericana apunta la probable sustituci¨®n del ministro sovi¨¦tico de Asuntos Exteriores, Andrei Groinyko, de 73 a?os de edad, por Anatoly Dobrynin, de 63.Desde la llegada a la Casa Blanca de la Administraci¨®n Reagan, la influencia de Dobrynin parece haber deca¨ªdo en los medios de poder norteamericanos, como un s¨ªmbolo m¨¢s de las tensas relaciones entre Washington y Mosc¨².
El primer gesto de que la situaci¨®n se endurec¨ªa lleg¨® a finales de enero de 1981, momento de la primera entrevista entre Dobrynin y el entonces secretario de Estado, general Alexander Haig. El embajador sovi¨¦tico vio rechazado el privilegio que contaba desde la ¨¦poca del presidente Richard Nixon, que permit¨ªa al embajador de la URSS entrar con su autom¨®vil en el aparcamiento subterr¨¢neo y subir por el ascensor directo al despacho del secretario de Estado norteamericano. "El embajador de EE UU en Mosc¨² no tiene ning¨²n privilegio especial", comentaron lac¨®nicamente los portavoces del Departamento de Estado.
Fin de un privilegio
La invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n y la situaci¨®n en Polonia contribuyeron a la radicalizaci¨®n de las relaciones entre la Administraci¨®n norteamericana y la Embajada sovi¨¦tica en Washington. Tambi¨¦n se dice que el car¨¢cter afable y humor¨ªstico de Dobrynin no encaja con el esp¨ªritu cort¨¦s, pero fr¨ªo, del actual secretario de Estado, George Shultz. Pero, hasta ah¨ª, oficialmente s¨®lo se trata de especulaciones period¨ªsticas.Lo cierto es que para Dobrynin las cosas cambiaron con la presidencia de Ronald Reagan. No logr¨® establecer los v¨ªnculos de intimidad que tuvo el embajador ruso en EE UU con los cinco anteriores presidentes (en particular con Richard Nixon y Jimmy Carter) o con sus secretarios de Estado.
Dobrynin lleg¨® a EE UU en el momento de la crisis de los misiles en Cuba, que puso al borde de la guerra nuclear a norteamericanos y sovi¨¦ticos. Jug¨® un papel importante en la moderaci¨®n del conflicto. Pero su protagonismo como canal directo en las relaciones entre Washington y Mosc¨² lleg¨® en ¨¦poca del presidente Nixon, cuando Dobrynin celebraba encuentros casi semanales con el secretario de Estado, Henry Kissinger, con quien viaj¨® en secreto a Mosc¨² para preparar los primeros acuerdos sobre limitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas. Kissinger lo define en sus memorias como "un profesional fuera de serie".
El importante grado de intimidad con los principales mandatarios estadounidenses continu¨® durante la Administraci¨®n Ford y Carter. En cada uno de los momentos dif¨ªciles de tensi¨®n entre el Este y el Oeste, Dobrynin intervino decisivamente, a veces incluso como invitado en el mismo despacho oval del presidente de Estados Unidos. Pero la familiaridad entre la Embajada sovi¨¦tica y la Casa Blanca durante cinco Administraciones (Kennedy, Johnson, Nixon, Ford y Carter) parece haber acabado con la actual del presidente Reagan. Sin embargo, el portavoz del Departamento de Estado calific¨® de rid¨ªcula la opini¨®n de que, EE UU pide el cese del embajador Dobrynin. El posible cambio del veterano embajador, que cumplir¨¢ veinti¨²n a?os en su puesto el pr¨®ximo 26 de marzo, podr¨ªa venir m¨¢s bien marcado por motivos de pol¨ªtica interior sovi¨¦tica. El nuevo jefe del Gobierno sovi¨¦tico, Yuri Andropov, podr¨ªa considerar necesaria la presencia en Mosc¨² del experto negociador Dobrynin, a quien muchos soviet¨®logos dan como el eventual sucesor de ?ndrei Groinyko al frente de la diplomacia sovi¨¦tica.
Perfil de Dobrynin en la ¨²ltima p¨¢gina
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.