'Las truchas', premio en Berl¨ªn

Es frecuente que el Festival de Cine de Berl¨ªn (que precisamente hoy inicia su 331 convocatoria) premie al cine espa?ol. Tras La caza, de Saura, en 1966, otras pel¨ªculas espa?olas recibieron el Oso de Oro: Las largas vacaciones del 36, de Camino (1976); Caudillo, de Patino, y Camada negra, de Guti¨¦rrez Arag¨®n (1977); Las truchas, de Garc¨ªa S¨¢nchez; Las palabras de Max de Mart¨ªnez L¨¢zaro (1978), y Deprisa, deprisa, de Saura (1981).En 1978 exist¨ªa en los festiva les extranjeros un inter¨¦s especial por conocer la producci¨®n del cine espa?ol en su nuevo r¨¦gimen de libertades. Y fue su calidad media lo que el jurado que presid¨ªa la novelista Patricia Highsmith premi¨® en aquella ocasi¨®n. Aunque s¨®lo las pel¨ªculas que hab¨ªan participado en la competici¨®n ten¨ªan derecho al premio oficial, qued¨® claro que aquel Oso de Oro tambi¨¦n se hab¨ªa concedido a In memoriam, de Bras¨®; El desencanto y A un dios desconocido, de Ch¨¢varri; Elisa, vida m¨ªa, de Saura; Nunca es tarde, de Armi?¨¢n, y Raza, el esp¨ªritu de Franco, de Herralde, que hab¨ªan sido presentadas en secciones no competitivas.

Las truchas, que hoy emite televisi¨®n, fue la tercera pel¨ªcula dirigida por Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, joven diplomado en la Escuela Oficial de Cine y habitual colaborador en las pel¨ªculas de montaje de Basilio Mart¨ªn Patino. Hab¨ªa obtenido tan buen ¨¦xito con su primera pel¨ªcula, El love feroz, que se prepar¨® r¨¢pidamente una segunda parte, Color¨ªn, colorado, de menor impacto popular. Las truchas ten¨ªa, con respecto a ellas, una estructura m¨¢s ambiciosa. Con cuarenta personajes presentes siempre en la acci¨®n, un director poco experimentado arriesgaba demasiado. El premio de Berl¨ªn mostr¨® claramente que Garc¨ªa S¨¢nchez hab¨ªa triunfado en su manera de dirigir a tan. amplio colectivo.

La pel¨ªcula, sin embargo, pod¨ªa recordar algunos t¨ªtulos corales de Berlanga y aquel extraordinario Angel exterminador, de Bu?uel: como en ella, Garc¨ªa S¨¢nchez encerraba a sus personajes en un gran sal¨®n, vi¨¦ndoles descomponerse con sus propias miserias. Aqu¨ª son las truchas que ellos mismos han pescado y que se disponen a devorar haciendo caso omiso de las demandas de quienes desde la calle reivindican su derecho a participar en la comida. La alegr¨ªa de la fiesta es s¨®lo aparente, ya que las discutidas truchas est¨¢n podridas, ante el esc¨¢ndalo de los cocineros, que deben protegerse con m¨¢scaras anti-gas para poder cocinarlas. La par¨¢bola es obvia: estos comensales satisfechos de s¨ª mismos, al tiempo que ignoran la realidad del pueblo llano que pide su comida, ignoran tambi¨¦n su propia descomposici¨®n. La pel¨ªcula les observa en sus vicios y man¨ªas, en sus complejos y ambiciones, con un claro sentido del humor, a veces rancio y otras poco ingenioso, pero siempre cr¨ªtico y claro.

Las truchas se emite hoy a las 20.00 por la segunda cadena.