Nace muerto

El f¨²tbol espa?ol, que no ten¨ªa mejor entretenimiento con el que distraer al personal, invent¨® un congreso. El f¨²tbol espa?ol, que es conservador en grado sumo, se ama?¨® una autocr¨ªtica edulcorada. Y adem¨¢s, con el cintur¨®n de seguridad puesto: los acuerdos no ser¨¢n vinculantes. La primera medida que se tom¨®, cuando se plante¨® la posibilidad de una asamblea medio formalista, fue que previamente todo estuviera atado y bien atado. A Porta es dif¨ªcil que se le escapen los gatos por la gatera.Al ex presidente del Espa?ol, Manuel Meler, amigo del alma y correligionario de Porta, le ha correspondido la misi¨®n de manejar la aguja de marear. Pero, eso s¨ª, con el capit¨¢n del barco en el camarote presto a variar el rumbo si surgen tormentas. Como siempre, el colectivo profesional de este deporte estar¨¢ en precario. Como siempre, su voto ser¨¢ ese porcentaje despreciable que se adjudica a otros. Los protagonistas de la fiesta, como es tradicional, se quedar¨¢n en nada y menos.

El congreso del f¨²tbol nace muerto, porque as¨ª se ha querido. No se ha conseguido entusiasmar con la idea a modestos y poderosos. El congreso ser¨ªa un ¨¦xito si de ¨¦l se extrajera la conclusi¨®n de que la liga profesional es una necesidad ineludible. Mas no caer¨¢ esa breva. La efectividad, al congreso, no se le supone.