Intelectuales y cient¨ªficos buscan f¨®rmulas para un futuro m¨¢s libre
Aparece una obra colectiva sobre el tema
La presentaci¨®n del libro Expectativas sobre el futuro, una obra colectiva editada por el Centro de Estudios y Difusi¨®n de los Derechos del Hombre, de la Cruz Roja Espa?ola, tuvo efecto en Madrid en medio de un ambiente de cierta ansiedad. El futuro es, para muchos, una fiera agazapada en cualquier revuelta del camino. Con todo, en la mesa redonda, en la que participaron varios de los autores, supuso algo m¨¢s que una visi¨®n desolada de la realidad: fue tambi¨¦n un acto de esperanza en lo que somos y podemos hacer.
Integraban la mesa Rafael Gonz¨¢lez Mas, director del Centro, Jos¨¦ Luis Aranguren, Luis de Pablo, J.M. Rodr¨ªguez Delgado y Antonio Tovar. Los aplausos m¨¢s sentidos de un p¨²blico que parec¨ªa esperar algo as¨ª como el secreto de un ma?ana feliz, se los llev¨® el profesor Rodr¨ªguez Delgado, que supo hablar de la ciencia en t¨¦rminos humanistas llenos de esperanza, a pesar del fracaso de la tecnolog¨ªa y la biolog¨ªa.Dijo Aranguren, para empezar, que somos las personas quienes hacemos el futuro, y que lo hacemos con nuestra inteligencia imaginante, pero tambi¨¦n con nuestra inteligencia actuante. Distingui¨® las diferencias que existen entre futurolog¨ªa -"esa seudociencia fantasmal que estuvo de moda hace unos a?os"- y profec¨ªa, y habl¨® de las similitudes entre profetas religiosos y profetas laicos, de entre los que destac¨®, como el m¨¢s importante, a Carlos Marx. Luego habl¨® del compromiso del profeta, que es alguien que act¨²a por rebeld¨ªa contra lo establecido y se compromete con el futuro. "Hay tambi¨¦n la profec¨ªa del presente, que es lo que a muchos nos gustar¨ªa hacer: tendr¨ªamos la funci¨®n de ver crecer la yerba, de profetizar el presente, de advertir de lo que est¨¢ pasando ante nosotros, que, sin embargo, no vemos". A?adi¨® que la filosof¨ªa suele levantar el vuelo al atardecer, cuando las cosas ya han sucedido, "pero para que cumpla una funci¨®n real y activa del futuro no debe quedarse retrasada".
Directo y apasionado
Cuando acab¨® Aranguren, que cada d¨ªa se parece m¨¢s a ese viejo m¨¦dico de los westerns en el que nadie repara, pero que suele salvar a la parturienta cuando las cosas se ponen mal para la diligencia, cuando acab¨®, tom¨® la palabra Luis de Pablo, con un tono directo y apasionado, para enfocar el futuro desde su punto del vista de artista o, sobre todo, de compositor: "El futuro de la m¨²sica me interesa en la medida en que voy a seguir viviendo, y yo me lo ir¨¦ sacando de la manga, como una urgencia personal. Esto puede parecer forzosamente egoc¨¦ntrico, aunque las cosas tampoco son tan sencillas como las acabo de referir, porque cualquier actividad con proyecci¨®n hacia el futuro es tambi¨¦n una apuesta"."Lo que pasa", sigui¨®, "es que la apuesta, en un medio como el nuestro , para un compositor, es casi como la ruleta rusa." Dijo tambi¨¦n que los modelos para el cambio que se est¨¢n considerando son modelos del pasado. "Porque se habla de crear m¨¢s orquestas, construir m¨¢s locales, de dar m¨¢s conciertos, y eso no basta, aunque, por supuesto, no estoy en contra. Yo pienso que lo que nos falta es capacidad imaginativa suficiente como para pensar nuevas situaciones culturales y musicales a escala colectiva".
El hombre del futuro
El bi¨®logo Rodr¨ªguez Delgado entr¨® con br¨ªo en el tema, dividiendo en tres las materias sobre las que se puede labrar el futuro. Para empezar, la tecnolog¨ªa, a la que, acus¨® de haber fracasado totalmente, "a pesar de los maravillosos hallazgos de la microelectr¨®nica. Estamos fracasando porque no estamos resolviendo los problemas m¨¢s importantes de los seres humanos, sino que se est¨¢ creando una terrible capacidad destructora, desconocida, puesta al servicio de cerebros que todav¨ªa no han aprendido a ser inteligentes". Aqu¨ª se produjeron aplausos que mezclaban la simpat¨ªa por el conferenciante con el desaliento ante el panorama. No contento con ello, sigui¨®:"La biolog¨ªa, que es mi terreno, tambi¨¦n ha fracasado. Inmersos en esos temas maravillosos de controlar el cerebro por ondas de radio sabiendo que pr¨®ximamente ser¨¢ posible modificar la biolog¨ªa del organismo y curar cosas que ahora no imaginamos..., hemos sido incapaces, sin embargo, de aumentar la felicidad, de disminuir la miseria y establecer la paz". Hubo un suspiro de desolaci¨®n en el p¨²blico, y entonces continu¨®: "Quiz¨¢s es posible una esperanza, porque hemos aprendido a conocer, a crear y a controlar no solamente m¨¢quinas, sino tambi¨¦n genes y conducta humana. Esta es la maravilla y tambi¨¦n el riesgo con que nos enfrentamos. Y hemos aprendido, sobre todo, que la biolog¨ªa de los seres humanos es muy parecida, a pesar de las diferencias de culturas y pa¨ªses".
Y para acabar: "El futuro del hombre va a depender de su inteligencia, y aunque la filosof¨ªa tambi¨¦n ha fracasado hasta ahora, ya no puede permit¨ªrselo, porque de la interpretaci¨®n de tantas posibilidades depende la esperanza del ma?ana. Y si no podemos hacer que sovi¨¦ticos y americanos acepten la paz en una mesa, podemos luchar por construir dentro de nosotros un ser m¨¢s espiritual, m¨¢s feliz, m¨¢s libre y m¨¢s dirigido hacia el futuro".
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