Estados Unidos es el ¨²nico interlocutor v¨¢lido para la URSS, seg¨²n constat¨® Cheysson en Mosc¨²

El resultado de las pr¨®ximas elecciones generales en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) ser¨¢ un factor determinante en el comportamiento de la URSS respecto a las relaciones, Este-Oeste, y ese escrutinio pesar¨¢, de manera m¨¢s concreta, sobre el problema de los euromisiles. La reciente visita a Mosc¨² del ministro franc¨¦s de Relaciones Exteriores, Claude Cheysson, ha confirmado este an¨¢lisis: seg¨²n Cheysson, Yuri Andropov, en una entrevista de hora y media, no se dirigi¨® a ¨¦l como representante de Francia, sino "a los pa¨ªses de la OTAN y, en particular, a EE UU, el ¨²nico interlocutor que cuenta para Mosc¨²"

.?Qu¨¦ le dijo a Cheysson el "hombre sobrio, preciso, que no manifiesta emoci¨®n alguna, que se ci?e a los hechos, y a un razonamiento matem¨¢tico, y que impresiona por su aspecto no romantico"?, seg¨²n el retrato que de Andropov hace el ministro galo. En primer lugar, Cheysson revela que Andropov ley¨® gran parte de sus respuestas.

A prop¨®sito de la defensa europea dice Cheysson que el l¨ªder sovi¨¦tico habl¨® como si no le hubiese escuchado a ¨¦l: "El que nosotros deseemos ser independientes no le interesa nada. El tiene en cuenta nuestras fuerzas (los misiles franceses y brit¨¢nicos), pero no nuestros razonamientos. Contabilizando las fuerzas brit¨¢nicas Y. francesas, lo que busca la URSS es la superioridad sobre los norteamericanos. Los sovi¨¦ticos quieren, por lo menos, implantar 162 euromisiles m¨¢s (es la suma de los ingleses y franceses). Cuando Andropov no responde es cuando se le dice que, con su comportamiento, nos. empuja, a los franceses, a reintegrarnos en la OTAN. Y esto es sorprendente".

Con su tradicional elocuencia antidiplom¨¢tica, Cheysson, a su regreso de Par¨ªs, ha dejado bien claro que, con Andropov, como con su colega moscovita, Andrei Gromiko, el di¨¢logo de sordos fue perfecto. A pesar de todo, Cheysson estima que los sovi¨¦ticos har¨¢n algo para que no fracasen las actuales conversaciones de Ginebra sobre la reducci¨®n de armas nucleares t¨¢cticas, porque, en caso contrario, ser¨ªa ineludible la instalaci¨®n de los euromisiles americanos en Europa occidental.

A pesar de la nulidad tangible del resultado, la visita de Cheysson a Mosc¨² representa un inicio de di¨¢logo franco-sovi¨¦tico. Desde que el actual presidente socialista, Fran?ois Mitterrand, llegara al poder, las relaciones diplom¨¢ticas entre ambos pa¨ªses se hab¨ªan congelado, en respuesta sovi¨¦tica al an¨¢lisis de las relaciones Este Oeste realizado por Mitterrand. El presidente galo, en primer lugar, anot¨® la superioridad estrat¨¦gica de la URSS respecto a los americanos. En segundo lugar, la RFA, aliado occidental seguro en otros tiempos, empez¨® a flojear. El deseo m¨¢s o menos expl¨ªcito y permanente de la URSS de separar las defensas de Europa y de Estados Unidos, sumado a todo la anterior, hizo que Mitterrand elaborara las coordenadas de la diplomacia socialista francesa: favorecer la cohesi¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica; alineamiento con la noci¨®n norteamericana de Defensa; apoyo a la implantaci¨®n de los misiles Pershing en Europa occidental y, en consecuencia, apoyo a quienes, en la RFA, defienden el mantenimiento de este pa¨ªs en la regi¨®n pol¨ªtica europea occidental .

Todo este esquema diplom¨¢tico-estrat¨¦gico va a someterse a una prueba de fuego con las elecciones generales alemanas. Si ganan los democristianos habr¨¢ perdido virtualidad la diplomacia cori¨¢cea (seg¨²n Cheysson) de la URSS, que se ver¨¢ forzada a hacer concesiones sobre los euromisiles. Si la victoria es socialdem¨®crata, con el apoyo de los verdes, habr¨¢ comenzado una nueva y aguda etapa de la diplomacia de despu¨¦s de Yalta, con un posible objetivo ¨²ltimo germano-sovi¨¦tico: que Berl¨ªn vuelva a ser la capital de Alemania.