Guerra sucia

Los jugadores sevillistas y b¨¦ticos perdieron los papeles en el partido de Copa jugado en Heli¨®polis. Los forofos, tambi¨¦n. Fue como si de pronto hubieran hecho aparici¨®n los odios ancestrales. B¨¦ticos y sevillistas no se limitaron esta vez a la guasa. Para el Currobetis, blanco y verde, verde y blanco, fue toda una afrenta morir en la Copa ante el rival de toda la vida. Fue la revancha m¨¢s so?ada por la vieja guardia sevillista que ya estaba harta de tutearse con quien siempre ha sido considerado inferior. El Betis tendr¨¢ que anotarse, como fecha aciaga, la del mi¨¦rcoles 23 de febrero en que fue vencido y desarmado en Heli¨®polis.Quienes vieron el encuentro hablan de una guerra sucia. De una violencia desaforada. Incluso el ¨¢rbitro tuvo la sensaci¨®n de que iba a quedarse s¨®lo en el c¨¦sped. Desgraciadamente, al final del encuentro apareci¨®, con su habitual exaltaci¨®n, Marcel Domingo, un entrenador que no se merece el Betis. Marcel Domingo ha sido uno de los personajes m¨¢s conflictivos del f¨²tbol espa?ol de los ¨²ltimos a?os. Su ¨²ltima experiencia en Francia tampoco result¨® afortunada.

Domingo va por la vida de salvador y de estrella, pero no recuerdo que haya salido de ning¨²n club importante por la puerta grande. De las salidas de pata de banco que tenga s¨®lo ser¨¢ responsable el presidente del Betis. La biograf¨ªa de su entrenador era de sobra conocida.