Entrev¨ªas
Al Este del Ed¨¦n de Vallecas est¨¢ Entrev¨ªas. Vallecas es algo as¨ª como la ciudad sagrada del proletariat. Voy a Entrev¨ªas, vuelvo a Entrev¨ªas, para hablar con la juventud, para dejar que me hablen mientras hago como que les hablo. Desde Entrev¨ªas no se ven las torres ominosas de Jeri?ac.El ladrillo docente, la acacia sesgada por trenes que no avisan, el Rey Carlos III vestido de co?ac, las funciones teatrales de obreros para obreros y un guardia municipal (antes no hab¨ªa, nunca hab¨ªa habido) regulando el paso por el estrecho t¨²nel que da entrada a la ancha barriada. Eso es Entrev¨ªas. Desde Entrev¨ªas, ya digo, no se ven los campanarios de Rumasa/ Rumasina. Paco Ord¨®?ez me dice que Pinochet tampoco paga, y nos debe miles de millones a los espa?oles. Pues se nacionaliza a Pinochet. El mundo iba a agradec¨¦rnoslo. Lo que pasa es que los siete grandes Aguirres/Banesto no iban a quererlo ni como botones. Los glosador¨¦s que en su d¨ªa glosaron a Pinochet, ahora: hacen tomasianas distinciones entre "dictadura militar" y "tiran¨ªa personal", para dejar s¨®lo al tirano-, que es impresentable. Como est¨¢ con las nacionalizaciones, el psocialismo, Paco Ord¨®fiez, ya que no a Pinochet, ha nacionalizado a Pablo Neruda, tray¨¦ndose in¨¦ditos y manuscritos del gran poeta, que ha pagado a buen precio. A Pinochet hay que incautarle los poetas c¨®mo a Ruiz-Mateos los contables. El cesarismo americano, antes, nos deb¨ªa los crucifijos, y ahora los tractores. Boyer debe nacionalizar aquellas dictaduras, que todas -nos son deudoras. No veo mejor pol¨ªtica americanista.Entrev¨ªas espera que le nacionalicen las chabolas -todo se andar¨¢-, que la chabola madrile?a y el valdepe?as que beb¨ªa en las comidas don Felipe.IV son las ¨²nicas cosas que le quedaban a Rumasa/Rumasina por comprar con dinero del Banco de Espa?a, o sea, nuestro, de todos. Me dicen en Entrev¨ªas que, de no ser por la oportuna nacionalizaci¨®n, en tres meses esto habr¨ªa dejado de llamarse Espa?a, para llamarse Rumaspa?a. Mientras veraneo en el febrero de Entrev¨ªas, entre las v¨ªas y los campos, me entero de que en un concurso quieren nacionalizarme por insolvente. Somos un pa¨ªs de pestes y grandes retiradas de toreros. Hay que ver lo que fue la retirada de Bombita, oiga, c¨®mo estaba la calle de Alcal¨¢. Ahora ha venido la peste de las nacionalizaciories, tan as¨¦ptica de n¨²meros por parte del ministro y otras autor?dades monetarias. S¨®lo que Ruiz Mateos se pasa la nacionalizaci¨®n en Somosaguas, y yo, en Entrev¨ªas. Tengo al cobro un tal¨®n modesto de la Banca March y he estado mirando a ver, hombre, por si estuviera esa Banca en la pedrea inversa de Rumasa/Rumasina, pero no. Cuando las torres de Jeri?ac, hubo mucha pol¨¦mica de Prensa y parece que entre algunos urbanistas y te¨®ricos circul¨® lo colorado. Rumasa las empez¨® por el tejado. Todo un s¨ªntoma de c¨®mo ha hecho su imperio del rev¨¦s. Me escribe P¨¢niker, un, talento que debi¨¦ramos nacionalizar, por acabar con la intelligentzia catalana, que es nuestra punta de lanza en Europa: "No es culpa m¨ªa que digas siempre cosas tan inteligentes". Entrev¨ªas manual y m¨®dulo del tiempo laboral, qu¨¦ sitio para quedarse. Natacha pasa la moda -?nacionalizada?- de Montesinos. Adolfo Dom¨ªnguez, su arruga bella. Donde la arruga es bella es en Entrev¨ªas, querido Adolfo. -
Alfredo Schinidt habla de "Marxismo e Historia". 0 sea, de la nacionalizaci¨®n a la depuraci¨®n. Yo me he autodepurado en Entrev¨ªas. Le damos un homenaje al general Guti¨¦rrez Mellado por el libro que le ha hecho Jes¨²s Picatoste. Hablar¨¢, entre otros, Juli¨¢n Mar¨ªas. El general ayud¨® mucho a que el sesienteco nos nos nacionalizase a todos a patadas. Cada cual tiene su manera de nacionalizar. Boyer se lo hace m¨¢s fino. En el aire de estraza de Entrev¨ªas se ve todo muy claro.
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