Los chinos negocian en Mosc¨² la normalizaci¨®n de relaciones
El viceministro chino de Asuntos Exteriores, Qian Qichen, lleg¨® ayer a Mosc¨² para iniciar una segunda fase de los contactos diplom¨¢ticos con el Kremlin, que se reanudaron el pasado mes de octubre despu¨¦s de un par¨¦ntesis de tres a?os. Qian Qichen tendr¨¢ nuevamente como interlocutor a su colega sovi¨¦tico, Le¨®nidas Ilitchov.Las fuentes oficiales y oficiosas sovi¨¦ticas contin¨²an guardando un espeso silencio al respecto, pero se cree que esta segunda fase - al igual que la primera- tendr¨¢ una duraci¨®n de unas tres semanas. Posteriormente -a¨²n no se conoce la fecha-, Qian Qichen y Le¨®nidas Ilitchov volver¨¢n a reunirse, presumiblemente en Pek¨ªn, para proseguir este di¨¢logo que amenaza con ser largo.
El viceministro chino realiz¨® en el aeropuerto de Pek¨ªn unas breves declaraciones, en enigm¨¢tica met¨¢fora meteorol¨®gica, que pueden ser interpretadas con optimismo: "El tiempo aqu¨ª no es tan fr¨ªo", afirm¨®. "Espero que el tiempo en Mosc¨² tampoco lo sea".
El influyente comentarista del diario Izvestia Alexandr Bovin tambi¨¦n se mostr¨® optimista -aunque de manera m¨¢s claraen unas afirmaciones hechas en Tokio al peri¨®dico japon¨¦s Yomiuri Shimbun. Bovin afirm¨® que ni Mosc¨² ni Pek¨ªn pretenden normalizar sus relaciones con precipitaci¨®n y que, en cambio, prefieren hacerlo a trav¨¦s de una pol¨ªtica de peque?os pasos.
El periodista sovi¨¦tico agreg¨® que "pueden esperarse algunos progresos" en las diferencias fronterizas entre ambos pa¨ªses. Este es precisamente uno de los tres problemas cuya soluci¨®n reivindica China. Los otros dos son la retirada de tropas sovi¨¦ticas de Afiganist¨¢n y de los efectivos militares vietnamitas que se encuentran en Camboya. En cuanto a las diferencias fronterizas, Pek¨ªn reivindica unos 10.000 kil¨®metros cuadrados de la URSS cercanos a la frontera afgano-sovi¨¦tica, as¨ª como varias islas de los r¨ªos Usuri y Amur. Tambi¨¦n pide una reducci¨®n de los efectivos militares sovi¨¦ticos -que ascender¨ªan a un mill¨®n de soldados- que se encuentran desplegados a lo largo de la frontera entre ambos pa¨ªses. Los sovi¨¦ticos mantienen que esta retirada se producir¨ªa, en todo caso, como efecto y no como condici¨®n previa del proceso de normalizaci¨®n.
Los contactos chino-sovi¨¦ticos se reanudaron el pasado mes de octubre, despu¨¦s de un par¨¦ntesis de tres a?os. La causa de esta interrupci¨®n de las negociaciones fue la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afiganist¨¢n. En aquella ocasi¨®n, los contactos entre ambos pa¨ªses acababan justamente de reabrirse despu¨¦s de a?os de tensi¨®n, por lo que no se hab¨ªa obtenido a¨²n el m¨¢s m¨ªnimo acercamiento.
Par¨¦ntesis de tres a?os
En los dos ¨²ltimos meses de 1982 se observ¨® una serie de s¨ªntomas que hac¨ªan pensar en un deshielo de las relaciones. El pasado de noviembre, el embajador chino en Mosc¨² volvi¨® a ocupar su puesto en la tribuna de la plaza Roja durante el desfile militar conmemorativo de la revoluci¨®n.El representante de Pek¨ªn ante el Kremlin hab¨ªa estado ausente los dos a?os anteriores, adhiri¨¦ndose a esta forma de protesta -adoptada tambi¨¦n por los embajadores de los pa¨ªses de la OTAN, que han seguido manteni¨¦ndola- contra la presencia sovi¨¦tica en Afganist¨¢n.
D¨ªas despu¨¦s, el recientemente nombrado l¨ªder comunista de la URSS, Yuri Andropov, estrechaba con cordialidad las manos del entonces ministro de Exteriores chino, Huang Hua, durante la recepci¨®n que sigui¨® al entierro de su antecesor, Le¨®nidas Breznev.
Andropov -al igual que lo hab¨ªa hecho Breznev durante sus ¨²ltimas semanas de vida- aprovech¨® sus primeras intervenciones p¨²blicas para mostrarse partidario de la normalizaci¨®n de relaciones con el Gobierno de Pek¨ªn. El proceso de acercamiento -seg¨²n estiman los observadores occidentales en Mosc¨²- parece, no obstante, ir para largo.
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