La confusi¨®n sentimental de 'Elena y los hombres'
Elena y los hombres (1956) est¨¢ despu¨¦s de French Can-Can en la filmografla de Jean Renoir y antes de Anastasia en la de Ingrid Bergman. Estas dos vecindades no son ajenas al propio filme, Jean Renoir, y no s¨®lo por el apellido, era un cineasta que asumi¨® el patrimonio de las artes pl¨¢sticas. A prop¨®sito de Elena..., se han llegado a descifrar -influencias del per¨ªodo azul de Picasso. Tanto da. Si en El r¨ªo la India era un motivo pict¨®rico, aqu¨ª, como en French Can-Can, lo es cierto ambiente parisino. Cuando Renoir decidi¨® utilizar.el color no lo hizo para aproximarse a la naturaleza. El cineasta quer¨ªa negar la evidencia. Renoir reivindic¨® para Elena... la po¨¦tica de lo inveros¨ªmil. Los ambientes son obvias postales y los mismos personajes hacen juego con la posticer¨ªa del decorado. De hecho, en el Sme s¨®lo hay una mujer, Ingrid Bergman. El mismo t¨ªtulo lo indica. El ¨²nico nombre propio es el de la mujer. Los hombres son un reba?o gen¨¦rico -preferentemente uniformado- que mariposea a su alrededor.Renoir ha reconocido que la raz¨®n ¨²ltima del filme era poder trabajar con Ingrid Bergman. Pero no quer¨ªa la Bergman que vend¨ªa Hollywood. y esper¨® a que declinara su estrella. Con todo, a Renoir le fallaron parcialmente los c¨¢lculos. La siguiente pel¨ªcula de la actriz fue Anastasia; con ella, la Bergman redimi¨® su culpa ante Hollywood y Hollywood la volvi¨® a tener en su redil. Cuando Elena... lleg¨® a las pantallas norteamericanas, Bergman volv¨ªa a ser la hero¨ªna de grandes acontecimientos sentimentales y Elena... era la ridiculizaci¨®n misma de eso. Sin muchas contemplaciones, Hollywood masacra la pel¨ªcula y se intent¨® acomodar este vodevil a las normas de la verosimilitud pasional y a la se?or¨ªa del g¨¦nero. Porque, para m¨¢s inri, Elena... es, y por partes,' una comedia cl¨¢sica, un vodevil y tiene, como dice el propio Renoir, "un tercer acto de confusi¨®n sentimental"..
Elena es una princesa venida a menos cuyo entretenimiento es molestar a Cupido, ajetreado con los continuos flechazos que provoca ' . La dama vive en el Par¨ªs de final de siglo. Un Par¨ªs en el que Juliette Greco, rodeada de una tur¨ªstica bohemia, canta una canci¨®n -indescifrable. Mel Ferrer consigue de una manera m¨¢s que ambigua sus prop¨®sitos galantes. Jean Marais desfila sin tanta fortuna. Durante el rodaje se hizo una versi¨®n en ingl¨¦s con un coro de actores que s¨®lo chapurreaba este idioma, que lo recitaba de o¨ªdas. Se termin¨® casi de casualidad y fue un elemento que ayud¨® a que el filme levantara, todav¨ªa m¨¢s, sus anclas de la realidad cotidiana, m¨¢s insulsa sin esa princesa berginaniana.
Elena y los hombres se emite hoy a las 21.35 horas por la primera cadena.
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