Verstringe /2
Titulo as¨ª, Verstrynge/2, o sea, porque tengo como el runr¨²n por dentro de haber escrito alguna otra vez de este joven, que se peina como el primero de la clase y se deja la patilla por media oreja, lo que manifiesta sus dudas entre ir de patillero/pasota o de n¨²mero-uno-de-su-promoci¨®n.
Pero la med¨ªa patiji.a se la peina para Abajo, ordenadamente, como nos la peinara mam¨¢ a todos los hijos de Greta Garbo, y no sabe que hay que despein¨¢rsela hacia atr¨¢s, contra la breja, cojno alborotada por el viento de la Historia, que eso le da mucha velocidad a la cabeza y hasta una orla revoluc¨ªonaria, porque este joven a lo que viene, mayormente, es a hacer la revoluci¨®n que su padre pol¨ªtico, Fraga Iribarne, dej¨® pendiente para siempre entre tel¨¦fonos dulcemente quebrados a hachazos y bombas de Palomares perseguidas en calzoncill¨®n er¨®tico, como Antonio Garrigues-Walker (otro alcaldable) persegu¨ªa sirenas por las aguas fiduciarias de Sotogrande, cuando yo iba. Verstrynge/2 tiene el l¨®bulo de la oreja unido al arranque de la mand¨ªbula, como Catherine Bassetti y todas las razas arias que a siglos recelan del jud¨ªo (Catherine no recela de nadie, que es todo amor). Verstrynge/2 usa gafas redondas de aro fino, entre John Lennon y el occiso McLuhan, porque son las gafas de la nueva izquierda (tan vieja que Marx, frente a ella, celebra ahora su prinier centenario). El tir¨®n de la izquierda es tan fuerte entre las derechas, desde la "nostalgia del lodo" hasta "la arruga es bella", pasando por el m¨ªserabilismo ex¨ªstentialista de los cincuenta (Sartre/Pem¨¢n), que Charles Baudelaire, Odaylo Paz y Herrero de Mi?¨®n est¨¢n perplejos:
-?Pero este chico por qu¨¦ se viste, de Gramsei en Celso Garc¨ªa?
Ser¨¢ por el centenario de Marx, hombre. Un homenaje cronol¨®g¨ªco, digamos. La uni¨®n de "las fuerzas del trabajo y la cultura", softada por Granisci en una c¨¢rcel modelo de Italia (un modelo de c¨¢rcel), se consuma en la chaqueta de Verstrynge/2 (lo escribo as¨ª, tambi¨¦n, porque ¨¦l es el segundo de s¨ª mismo).
Lo cual que lo de las fuerzas del trabajo y la cultura me lo reactualiza Santiago Carrillo en reciente carta personal. Uno, aqu¨ª, ya se sabe, de correa transmisora, que de algo tenemos que estarlos autodidactas que no estamos en el subsidio ni comemos del gallo de S¨®crates, que es el gallo de la pasi¨®n sepia y secreta de la derecha por este columnista/calumn¨ªsta, aparte las impecables rese?as que hacen de mis movidas l¨ªterarias, m¨¢s retrato a plumilla del grande y entra?able Mampaso, que siempre se agradece. Acquaroni me sacaba m¨¢s guapo, pero tambi¨¦n es que uno era m¨¢s joven, que ahora estamos asimismo en el Umbral/2. La otra noche, en casa de la persa Parvi, entre valets con alma de Marif¨¦ de Triana y anecdotarios de Luis Antonio de Villena, una se?ora empez¨® a hablarme, como actualidad urgente, de la barra de pan y del quiosquero, pero Ra¨²l del Pozo estuvo al quite, que siempre ha sido un poco capa (hoy maestro) de la novillada literaria:
-Eso pertenece a la ¨¦poca rosa de Umbral, se?ora. .
Lo cual que Verstrynge/2 tuvo una ¨¦poca -Verstrynge/1- tambi¨¦n rosa, s¨®lo que de camisa negra y ultraviolencia, como ¨¦l mismo ha contado, honestamente, en los desayunos del Ritz. (Miguel Angel Aguilar sostiene que algunos pol¨ªticos acuden al desayuno period¨ªstico del Ritz bajando directamente de la suite compartida: es un acanallado.) La camisita pegamoide (la pegamoidad la tengo definida como la derecha de la movida madrile?a/rock, ver mi Diccionario cheli) y el cintur¨®n vaquero, con dedo pulgar enfundado, como Gary Cooper y como yo, no quiere decir que Verstrynge/2 est¨¦ en el "alto mediod¨ªa" (aqu¨ª le siguen llamando "Solo ante el peligro" al mayor westem intelectual del cine). Es pol¨ªticamente, un ni?o privado de ambiente familiar.
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