"En mis libros plasmo una realidad que me inspira compasi¨®n", dice Mar¨ªa Gripe
Mar¨ªa Gripe, la popular autora sueca de literatura infantil y juvenil, lleg¨® anteayer a Madrid, en su primera visita a Espa?a. Sus libros, traducidos a numerosos idiomas, han levantado pol¨¦mica en diversos pa¨ªses y han sido merecedores de recibir premios tan prestigiosos como el Nils Holgerson en 1963 o el Hans Christian Andersen, el galard¨®n m¨¢s cotizado internacionalmente. Sobre su obra declara que "s¨®lo plasmo una realidad que se da y que me inspira compasi¨®n".
A lo largo de toda la semana, la autora asistir¨¢ a diversos actos organizados por la editorial SM, entidad que ha publicado la mayor¨ªa de las obras de la escritora aparecidas en nuestro pa¨ªs.De nacionalidad sueca, la autora pertenece a la tendencia literaria que en sus or¨ªgenes se denomin¨® corriente alemana, en la que por primera vez se tratan en libros dirigidos al lector infantil temas que de alguna forma se hab¨ªan evitado y el adulto rechazaba ofrecerlos literariamente a los ni?os. Su preocupaci¨®n por el ni?o abandonado ps¨ªquica o f¨ªsicamente por los padres y su inquietante b¨²squeda por lograr un entorno familiar m¨¢s favorable es una constante que se da en las obras de Mar¨ªa Gripe.
"Esun hecho real que hay ni?os que no son queridos por sus padres, que no son deseados, y yo intento plasmar esa realidad, ya que es algo que se puede dar perfectamente en la vida de un ni?o".
Pregunta. En sus libros aparecen ni?os protagonistas en situaciones dif¨ªciles, y siempre nos muestra de ellos una visi¨®n introspectiva e intimista. Ello ocurre de forma especial en obras como la serie de los Elvis (Editorial Alfaguara), El pap¨¢ de noche (Editorial Juventud) o en La hija del espantap¨¢jaros (Editorial SM). ?Intenta mostrar Mar¨ªa Gripe a trav¨¦s de estos personajes cu¨¢l ser¨ªa el proceso de formaci¨®n y evoluci¨®n de la mente de un pensador?
Respuesta. No hay nada premeditado en mis personajes. En el caso de Elvis, que ser¨ªa el m¨¢s destacado, explico que es evidente que el ni?o es m¨¢s Inteligente que sus padres y que ¨¦stos, l¨®gicamente, no aceptan. esta situaci¨®n. No obstante, tanto en mis libros como en la vida real, los ni?os tienen un raro instinto para buscarse puntos de referencia y personas m¨¢s convenientes para su desarrollo mental que les hace salvarse y crecer.
P. El que su obra presente de forma continua el pensamiento y no la acci¨®n exteriorizada hace que ¨¦sta est¨¦ llena de elementos autobiogr¨¢ficos?
R. L¨®gicamente, es mi mundo interior el que me permite plasmar lo que luego aparece en mis obras, aunque sea algo exterior lo que lo provoque. Ser¨ªa un proceso similar al de un embarazo. S¨ª, en mis libros, en alguna medida, aparecen elementos autobiogr¨¢ficos.
P. Otro elemento casi constante en sus obras es la figura femenina especialmente deteriorada, negativa y pasiva, sobre todo en la madre de sus protagonistas, frente a una figura masculina -que a veces recae en el padre, pero otras no- que es m¨¢s abierta, m¨¢s activa y que no da tanto una imagen trivial, superficial e irresponsable. ?Cu¨¢l es la causa de esta caracter¨ªstica de su obra?
R. No tengo un especial inter¨¦s en ofrecer una imagen de la mujer desde un ¨¢ngulo de estupidez; es m¨¢s, creo que no lo hago. Yo s¨®lo plasmo una realidad que se da y que, de hecho, me inspira compasi¨®n. Pero en mi ¨²ltimo libro sobre Elvis, la madre intenta salir de ese mundo est¨²pido en el que se halla sumida, y en otra obra que a¨²n no est¨¢ publicada en Espa?a aparece la figura femenina activa y positiva.
'Los s¨ªmbolos son un m¨¦todo de expresi¨®n'
P. Su obra ha sido definida en muchas ocasiones como una literatura simbolista, y sin embargo, usted habla de que no hay nada premeditado en sus libros, a pegar de que uno de ellos (El abrigo verde, editorial SM) est¨¢ iniciado con una cita de Laing.R. Depende de lo que entendamos por s¨ªmbolos. No los uso como s¨ªmbolos claros y reconocidos, sino que los tomo como m¨¦todo de expresi¨®n, como recurso expresivo cuando me cuesta expresar algo. Pero no son s¨ªmbolos en cuanto que no hay claves dentro de ellos. Quiz¨¢ en la obra Los hijos del vidriero (editorial SM) s¨ª se d¨¦ en alg¨²n momento esta simbolog¨ªa. Respecto a la frase de Laing, aparece porque vi que defin¨ªa perfectamente en muy pocas palabras la filosofia del libro y lo que yo quer¨ªa expresar a lo largo de ¨¦l.
P. Los expertos dicen que la obra de Mar¨ªa Gripe es una de las que m¨¢s se prestan a un estudio psicoan¨¢litico. ?Est¨¢ usted de acuerdo?
R. Toda mi literatura viene de m¨ª misma. Admito que es un reflejo que viene de m¨ª. Por lo visto, mi obra sirve para trabajos de diversa ¨ªndole. Un experto sueco que trabaja con ni?os autistas me escribi¨® para comentarme que la obra Los hijos del vidriero le hab¨ªa servido de gran ayuda para lograr que estos ni?os rompieran con su aislamiento y les sirviera para entrar en contacto con el mundo exterior.
P. Sus libros son ilustrados en su mayor¨ªa por Harald Gripe, con quien lleva casada m¨¢s de tres d¨¦cadas. ?Harald Gripe ilustrador traduce la imagen prefijada que Maria Gripe tiene de sus personajes o es un profesional libre que transmite lo que ¨¦l ve en las obras?
R. Al principio trabaj¨¢bamos de forma conjunta y lleg¨¢bamos paralelamente a la creaci¨®n del personaje, pero esto vimos que nos limitaba. Ahora yo escribo el texto y, una vez finalizado, Harald trabaja la ilustraci¨®n libremente. Siempre me he encontrado satisfecha de la imagen visual de mis personajes, hasta el punto que Elvis lo cre¨¦ despu¨¦s de ver su imagen ilustrada por Harald como personaje secundario en un libro anterior m¨ªo. Vi a aquel ni?o y pens¨¦ que se merec¨ªa que creara un personaje s¨®lo para ¨¦l.
P. ?Por qu¨¦ no se r¨ªen nunca sus personajes?
R. No hab¨ªa ca¨ªdo en este hecho. Mis personajes los veo susceptibles de re¨ªr, pero en las situaciones que yo plasmo en el libro esto no se da, aunque s¨ª aparecen situaciones felices.
Las obras de Mar¨ªa Gripe han causado un positivo y gran impacto en los j¨®venes lectores del mundo. En nuestro pa¨ªs son ya numerosos los libros traducidos.
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