Espa?a y el movimiento de los pa¨ªses 'no alineados'
El autor de este art¨ªculo, jefe de la delegaci¨®n espa?ola que acaba de asistir en Nueva Delhi, en calidad de invitada, a la cumbre del movimiento de pa¨ªses no alineados, muestra aqu¨ª hasta qu¨¦ punto la pol¨ªtica exterior espa?ola coincide, en sus intereses, con los de estas naciones y c¨®mo nuestra presencia en este foro no entra en contradicci¨®n con la vocaci¨®n occidental de Espa?a.
Nacido al principio de los a?os sesenta como producto de los dos fen¨®menos m¨¢s caracter¨ªsticos de la posguerra, la guerra fr¨ªa y la descolonizaci¨®n, y al mismo tiempo como un planteamiento superador del afroasiatismo de Bandung, el movimiento de los no alineados ha significado, para un n¨²mero creciente de pa¨ªses -sus miembros se han cuadruplicado entre 1961 y 1983-, la posibilidad de contar con un espacio pol¨ªtico propio como marco adecuado para proteger su independencia, desarrollar una pol¨ªtica exterior propia y aportar una contribuci¨®n activa en el escenario de las relaciones internacionales.
El no alineamiento, por su permanencia, continuo crecimiento y acci¨®n coordinada ante los principales problemas pol¨ªticos y econ¨®micos del mundo actual, es ya hoy un elemento estructural de las relaciones internacionales contempor¨¢neas.
La evoluci¨®n, desde Bandung a Belgrado y desde Belgrado a Nueva Delhi, muestra dos grandes rasgos inmediatos: en primer lugar, la incorporaci¨®n al neutralismo positivo de origen asi¨¢tico y africano de un grupo de pa¨ªses europeos; y en segundo lugar el ingreso, cada vez en mayor n¨²mero, de pa¨ªses latinoamericanos y de la zona angl¨®fona del -Caribe. Este proceso de ampliaci¨®n geogr¨¢fica, completado con la reciente incorporaci¨®n de un Estado oce¨¢nico, Vanuatu, da ya al movimiento una imagen universal.
Como segundo rasgo, ese concepto inicial del neutralismo, incluso en su versi¨®n de positivo, ha dado paso, hoy d¨ªa, a una plataforma pol¨ªtica mucho m¨¢s rica que -sobre la base tradicional del anticolonialismo, de la oposici¨®n a la pol¨ªtica de bloques y de la coexistencia pac¨ªfica- incluye como objetivos globales la reestructuraci¨®n del orden internacional (econ¨®mico, jur¨ªdico, de la informaci¨®n, etc¨¦tera) y la democratizaci¨®n de las relaciones internacionales.
La perspectiva espa?ola
Por lo que respecta a Espa?a, resulta evidente que nuestro espacio prioritario de acci¨®n pol¨ªtica internacional es, por razones hist¨®ricas, geogr¨¢ficas, econ¨®micas, culturales e, incluso, de concepciones ¨¦tnicas y sociales, el mundo occidental, con su sistema de valores, sus instituciones y sus intereses.
Resulta tambi¨¦n innegable que es Espa?a uno de esos pa¨ªses occidentales que, con unas dimensiones espec¨ªficas irrenunciables que configuran nuestra personalidad internacional, pueden reforzar, si son adecuadamente desarrolladas, nuestro papel en el seno del mundo occidental y no deben, por tanto, ignorarse a la hora de elaborar y realizar una pol¨ªtica exterior coherente, progresista y fruct¨ªfera. Y ocurre que, justamente, esas dimensiones propias de nuestro posicionamiento en el escenario mundial coinciden con muchos de los focos de preocupaci¨®n principal de los no alineados: problemas del mundo ¨¢rabe, Latinoam¨¦rica, Mediterr¨¢neo, norte de ?frica, etc¨¦tera.
Asimismo, los grandes temas doctrinales de los no alineados -apoyo a los procesos de descolonizaci¨®n; lucha contra el racismo, contra las injerencias, contra el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, etc¨¦tera; esfuerzos en pro del desarme y la desnuclearizaci¨®n; reestructuraci¨®n de un orden econ¨®mico internacional injusto; democratizaci¨®n de las relaciones internacionales, etc¨¦tera- no pueden sino encontrar el apoyo de Espa?a, pues responden inequ¨ªvocamente a nuestra concepci¨®n igualitaria del hombre y a nuestra visi¨®n de la sociedad internacional, una sociedad crecientemente compleja e interdependiente.
Por ello, no debe sorprender que Espa?a haya estado presente durante la pasada semana, como pa¨ªs invitado, en la VII cumbre del movimiento en Nueva Delhi (ya lo estuvo en la cumbre de La Habana de 1979), as¨ª como en la reuni¨®n extraordinaria del bur¨® de coordinaci¨®n del mes de enero, en Managua, dedicada a los problemas latinoamericanos.
A este respecto, cabe hacer dos observaciones elementales. La primera es destacar el hecho de que la asistencia a esas reuniones en calidad de meros invitados (y no de observadores, como a veces se afirma err¨®neamente) no entra?a con tradicci¨®n alguna con la opci¨®n occidental b¨¢sica de nuestra pol¨ªtica exterior; antes bien, significa una prueba de sensibilidad hacia los grandes problemas mundiales y un correcto entendimiento global de nuestras posibilidades y nues tros intereses.
La segunda observaci¨®n es que el propio movimiento de los no alineados -101 miembros y m¨¢s de dos tercios,de la humanidad- reconoce justamente en Espa?a, al invitarla junto a otros pa¨ªses europeos occidentales (entre ello uno plenamente integrado en la OTAN, como es Portugal) esos rasgos originales de la personalidad internacional de nuestro pa¨ªs. Con ello, los no alineados nos indican que no identifican a Espa?a como un pa¨ªs neocolonialista, y que esperan de nosotros una acci¨®n m¨¢s decidida en defensa de sus causas justas, en general en las ¨¢reas regionales objeto de su preocupaciones.
Espa?a en Nueva Delhi
Por todo ello, Espa?a ha estado presente en Nueva Delhi, la pasada semana, con una delegaci¨®n de funcionarios especializados del Ministerio de Asuntos Exteriores que he tenido el honor de presidir.
En todos nuestros contactos con delegaciones africanas, ¨¢rabes, asi¨¢ticas, europeas o latinoamericanas, hemos podido comprobar la simpat¨ªa con que se acog¨ªa la presencia espa?ola en la cumbre y la confianza con que se nos facilitaba informaci¨®n e, incluso, se nos brindaba manifiesta comprensi¨®n y apoyo para nuestros propios planteamientos.
En conclusi¨®n, pues, la presencia de Espa?a en la capital india merece un enjuiciamiento positivo: se ha dado una prueba de inter¨¦s por los problemas del Tercer Mundo desde nuestra perspectiva occidentalista; se ha puesto de manifiesto la vocaci¨®n universalista de nuestra diplomacia y la sensibilidad de Espa?a hacia la injusta suerte de los pueblos subdesarrollados; finalmente, se ha obtenido un amplio caudal de informaci¨®n en relaci¨®n tanto con los m¨¢s graves problemas pol¨ªticos actuales -Palestina y Oriente Medio, Ir¨¢n-Irak, Afganist¨¢n, sureste asi¨¢tico, Sahara occidental, ?frica austral, Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA), oc¨¦ano Indico, Centroam¨¦rica, etc¨¦tera- como con los de naturaleza econ¨®mica -negociaciones globales, Nuevo Orden Econ¨®mico Internacional, renegociaci¨®n de la deuda, cooperaci¨®n Norte-Sur y Sur-Sur, VI Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), etc¨¦tera-, informaci¨®n que ser¨¢ de indudable utilidad para la m¨¢s correcta formulaci¨®n de nuestra pol¨ªtica exterior.
es subsecretario de Asuntos Exteriores.
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