Izquierdas, y derechas

Meses atr¨¢s, en un reportaje sobre escritores latinoamericanos exiliados en Espa?a, la periodista que me entrevistaba me pregunt¨®: "?Se considera usted de izquierdas o de derechas?". Inmediatamente, sin pensarlo dos vedes (y creo que hasta con un poco de pasi¨®n), le contest¨¦ que de izquierda. Fui sincero, pero me doy cuenta de qu¨¦ obr¨¦ como por un reflejo condicionado. Quiz¨¢ la respuesta necesitaba ser matizada. Mas el caso es que toda mi vida he estado adscrito a la izquierda. Tengo m¨¢s de cincuenta a?os y creo que desde los quince de alg¨²n modo he militado en organizaciones que quer¨ªan cambiar radicalmente el mundo, o las he apoyado. Desde ni?o, en mi hogar (un hogar de neta cepa anarquista), el t¨¦rmino revoluci¨®n era tan natural como el sol.

Continuando con esta emergencia infantil, del mismo modo que cuando iba al cine a ver una pel¨ªcula de vaqueros inmediatamente me preocupaba por saber qui¨¦n era el bueno y qui¨¦n el malo, as¨ª durante muchos a?os identifiqu¨¦ al burgu¨¦s con el derechista y al revolucionario con el izquierdista. Ahora s¨¦ que no es as¨ª, y lo siento, porque antes todo era much¨ªsimo m¨¢s sencillo, transparente.

En este western, sus papeles se confunden y no pocas veces representan lo contrario de lo que aparentan.

Tal sucede, con cierta izquierda radical¨ªsima latinoamericana (y no s¨®lo en ese continente).

Tan extrema es que acaba defendiendo lo que la ultraderecha: si los fascistas soportaron el Estado totalitario de Mussolini y los nazis el Tercer Reich de Hitler, la izquierda marxista (por lo menos la m¨¢s rabiosa) hace suya la defensa de la llamada dictadura del proletariado, que como la historia ha probado s¨®lo nominalmente es del proletariado, y en verdad la preposici¨®n que le cuadra no es de, sino sobre, contra o cualquier otra semejante.

?Se puede ser de izquierda y apoyar una dictadura abominando la libertad? Pienso que no, pienso que es un monstruoso, contrasentido. Sin embargo, de hecho ha ocurrido as¨ª. En todos los pa¨ªses donde domina la izquierda marxista-leninista (y bueno es recordarlo, lament¨¢ndolo, en el centenario de la muerte de Karl Marx) la libertad ha sido suprimida.

?Puede entonces autoproclamarse de izquierdas alguien que ampara el estrangulamiento de la libertad, que dice s¨ª a las dictaduras? Recientemente se ha acusado a los disidentes de los reg¨ªmenes totalitarios marxistas-leninistas de haberse pasado a la derecha, de haber traicionado, desertado de sus convicciones por abandonar sus pa¨ªses.

?Es as¨ª, o, por el contrario, se trata de un rescate? Si determinada izquierda es opresi¨®n, ?negar esa izquierda no es una forma de asumir la verdadera?

( ... )De izquierdas es, en suma, el que quiere para los pueblos, en palabras de Fidel Castro, "libertad con pan, pan sin terror". /

. Escritor cubano. .