Occidente
La vieja geograf¨ªa ya no sirve: el Occidente ha dejado de medirse cent¨ªmetro a cent¨ªmetro a la izquierda de los mapas azules y naranja de la infancia. La topograf¨ªa ha muerto y ahora quien dibuja el mundo es la Estrategia. Y qu¨¦ Occidente tan desmesurado ha dibujado, hinchado de may¨²sculas y de ¨¦nfasis, con un bodoque de miedo por fronteras. Occidente es el Todo, la Bella contra la Bestia, el Orden contra el Caos. Occidente es una unidad de destino at¨®mico en lo universal.Los socialistas se llenan los bolsillos de Occidente y trompetean nuestra vocaci¨®n occidental. Pobres m¨ªos: bien s¨¦ que el nuevo Occidente no perdona, y puede que, precisamente por ser ellos de izquierdas, los Estrategas Dibujantes les est¨¦n obligando a gritar m¨¢s alto su fidelidad filial al padre Oeste. Pero aun as¨ª dir¨ªa yo que el. PSOE se excede en su entusiasmo. A mi alrededor s¨®lo escucho ataques a la Rusia imperialista, Rusia feroz y repugnante. Yo no dudo un ¨¢pice, o sea, nada, que los rusos sean todo lo perversos que se dice, malvad¨ªsimos tipejos deleznables. Pero echo de menos semejante actitud cr¨ªtica respecto a este Occidente que nos ata y que a veces nos mata, como en esa sangrienta trastienda en Centroam¨¦rica. Seamos l¨®gicos: si pertenecemos a Occidente, ?no deber¨ªamos vigilar m¨¢s la canallada propia que la ajena? Que los rusos son malos ya se sabe: concentr¨¦monos en lo que somos responsables.
Es obvio que la neutralidad total no existe. Pero existen neutralidades a cachitos, como la de Finlandia, o Suecia, o Suiza, pa¨ªs ¨¦ste poco sospechoso de afinidades bolcheviques. Aqu¨ª, sin embargo, la sola menci¨®n de esta neutralidad parcial se entiende como un ataque vergonzoso al Padre Amado, a la B¨¦lica Paz Universal, a Reagan y a las hamburguesas de McDonald (que son como peque?os misiles digestivos). Que somos occidentales est¨¢ claro: lo que no est¨¢ tan claro es que seamos Occidente. Yo no pretendo trasplantar la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica al desierto de Gobi o al Pac¨ªfico. Yo lo ¨²nico que quiero es ser occidental a secas, ocupar mi viejo rinc¨®n en el Oeste. Quiero seguir siendo ese Finisterre de las antiguas geograf¨ªas, desde el que se puede contemplar pl¨¢cidamente c¨®mo se oculta el sol entre los mares.
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