Gromiko considera inaceptable la 'soluci¨®n intermedia' sobre euromisiles propuesta por Ronald Reagan

El jefe de la diplomacia sovi¨¦tica, Andrei Gromiko, consider¨® ayer inaceptable la oferta de Washington sobre una posible soluci¨®n intermedia para disminuir equilibradamente el n¨²mero de misiles de alcance medio estacionados en Europa. Igualmente, Gromiko -ministro de Asuntos Exteriores de la URSS desde hace m¨¢s de un cuarto de siglo- despej¨® parte de las inc¨®gnitas sobre su futuro pol¨ªtico, afirmando que su reciente nombramiento como primer vicepresidente del Consejo de Ministros significar¨ªa s¨®lo un aumento del volumen de su trabajo.

Andrei Gromiko, que roza ya los 74 a?os de edad, se dirigi¨® ayer por la ma?ana a los corresponsales occidentales en Mosc¨² a lo largo de una conferencia de Prensa que caus¨®, aparentemente, m¨¢s cansancio a los propios periodistas que al ya anciano ministro.Aguantando m¨¢s de dos horas a pie firme -sin apoyarse tan siquiera en la mesa ni beber un sorbo de agua-, Andrei Gromiko elimin¨® los rumores que afirmaban que pronto ser¨ªa jubilado como ministro de Asuntos Exteriores.

Con un tono pausado y algo doctoral, Andrei Gromiko fue repasando las diversas razones por las que Mosc¨² no acepta la soluci¨®n intermedia de Ronald Reagan.

En efecto, y como se esperaba, Gromiko rechaz¨® la opci¨®n intermedia, y dio tres razones sobre las que cimentar su niet (no). "Primero", insisti¨®: "Washington sigue sin tomar en cuenta los 162 cohetes nucleares franceses y brit¨¢nicos". "Segundo: Estados Unidos olvida los llamados sistemas de bases avanzadas que tiene situados en Europa o en los mares cercanos a la URSS: aviones de bombardeo que pueden partir de bases cercanas a sus fronteras y buques portaviones capaces de asestar golpes nucleares contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica". Tercero y ¨²ltimo: Gromiko afirm¨® que Reagan comienza ahora a considerar tambi¨¦n -a la hora de trazar un balance de fuerzas- los cohetes sovi¨¦ticos situados en la parte asi¨¢tica de la URSS.

Seg¨²n el ministro de Asuntos Exteriores sovi¨¦tico, Estados Unidos supera actualmente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica en un 50% de potencial nuclear. Pero, de instalarse los euromisiles, esta proporci¨®n se elevar¨ªa hasta alcanzar un 250%.

"Ronald Reagan", afirma Gromiko, "sab¨ªa ya que se iba a en contrar con una respuesta adversa por parte sovi¨¦tica cuando realiz¨® la propuesta de la opci¨®n intermedia". El jefe de la diplomacia sovi¨¦tica hizo esta sugerencia dando a suponer que Washington no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s en hacer progresar las conversaciones de Ginebra sobre arsenal nuclear de alcance medio con base en Europa. "Si la posici¨®n de Estados Unidos sigue siendo la misma que ha tenido hasta ahora", recalca, "no existe ninguna posibilidad de acuerdo".

Matizando m¨¢s sus puntos de vista, el ministro de Asuntos Exteriores de la URSS agrega que no le sirve la tesis norteamericana que afirma que los aviones bombarderos de Estados Unidos pueden tener usos no b¨¦licos ni nucleares, por lo que deb¨ªan ser excluidos del recuento de fuerzas. Por lo mismo, afirm¨®, podr¨ªa decirse que los cohetes intercontinentales pueden ser tambi¨¦n usados con fines meteorol¨®gicos o de otro tipo an¨¢logo.

Gromiko no insisti¨® en lo ya sugerido por la Prensa sovi¨¦tica sobre la posibilidad de que la URSS apunte nuevos misiles contra el territorio norteamericano si Washington planta los euromisiles, pero agreg¨®, no obstante, que los euromisiles alcanzar¨ªan el territorio sovi¨¦tico en un tiempo que era seis o siete veces menor de lo que un cohete sovi¨¦tico tardaba en llegar a territorio estadounidense.

Si bien en esta ocasi¨®n la Prensa sovi¨¦tica mostr¨® gran comedimiento a la hora de rechazar la nueva propuesta de la Casa Blanca, los observadores occidentales en Mosc¨² daban ya como seguro que el Kremlin terminar¨ªa rechaz¨¢ndola.

Posiblemente por razones de cortes¨ªa, los sovi¨¦ticos prefirieron guardar silencio oficial hasta ayer, cuando Gromiko volvi¨® a celebrar una conferencia de Prensa abierta a todos los corresponsales, por primera vez en cuatro a?os.