Nostalgia de encaje antiguo
Emily Dickinson muri¨® hace casi cien a?os (1886), a la edad de 56 a?os. Su condici¨®n de "la mejor poetisa de Estados Unidos" no fue descubierta hasta despu¨¦s de su muerte, y muy poco a poco, m¨¢s bien por los lectores -venta creciente de sus libros- que por los cr¨ªticos y los editores: su rotura de t¨®picos -m¨¦tricos y de tema- la hicieron demasiado sospechosa para el conservadurismo dominante. Con el descubrimiento de sus versos vino el de su vida y de su leyenda. Solterona vestida siempre de blanco, solitaria en su casa de Amherst (Massachusetts) con su hermana Lavinia (solterona tambi¨¦n: dicen que por amor a ella), apasionada por la cocina, las flores, los p¨¢jaros y los ni?os, vivaz, m¨®vil, brillante en sus frases, t¨ªmida al mismo tiempo, poco dispuesta a la fe, puede que nutrida por un amor secreto e imposible... Y muerta de consunci¨®n nerviosa (nervous exhaustion), que, al final, apenas la dejaba salir de su alcoba...Emily es un mon¨®logo escrito por William Luce: apenas, se nos dice, ha puesto palabras propias, sino que ha montado sobre las palabras de la escritora (escrib¨ªa cartas casi incesantemente y se contaba a s¨ª misma) lo que podr¨ªamos llamar una autobiograf¨ªa teatral. Quiz¨¢ se necesitar¨ªan m¨¢s referencias culturales -¨¦poca, personaje, lugar, entorno- de las que se tienen aqu¨ª para completar el inter¨¦s del mon¨®logo. El inter¨¦s por lo que se escucha se pierde pronto, y deriva hacia otras cosas. Naturalmente, hacia la interpretaci¨®n. Y hacia el movimiento. Agotado pronto el placer est¨¦tico del fino, delicado, elegante escenario de Andrea d'Odorico, le sucede el de la continua superposici¨®n de breves piezas de vestuario sobre el traje blanco, para caracterizar ¨¦pocas y situaciones: cada una es un hallazgo.
Emily, de William Luce
Textos de Emily Dickinson recopilados por Timothy Helgeson; traducci¨®n y adaptaci¨®n al castellano de Fernando Masllorens y Federico Gonz¨¢lez del Pino, poemas traducidos por Silvina Ocampo. Interpretaci¨®n de Analia Gad¨¦. Escenograf¨ªa de Andrea d'Odorico. Direcci¨®n de Miguel Narros. Estreno: Infanta Isabel, 1 de abril de 1983.
El director, Miguel Narros, a?ade el movimiento incesante: Emily es como uno de sus p¨¢jaros bati¨¦ndose contra las paredes de su jaula: finge cocinar, teje, escribe, toma t¨¦, descuelga retratos, va de un sill¨®n a otro: finge di¨¢logos con personajes invisibles, imita sus voces, sugiere sus respuestas. Todo lo hace Anal¨ªa Gad¨¦ de una manera impecable, con una voz rica -sobre todo en los graves, en la pro fundidad: menos firme cuando imita el agudo de la ni?ez- y con el adem¨¢n preciso. No deja de percibirse su lucha y la de Miguel Narros por animar el texto, que, sin embargo, no, sale de su frialdad: salvo en los momentos en que se escuchan los poemas de Ernily Dickinson (una buena versi¨®n castellana de Silvina Ocampo).
La destreza y el oficio de Miguel Narros, la est¨¦tica de Andrea d'Odorico y el arte de Anal¨ªa Gad¨¦ est¨¢n en este caso por encima de toda duda posible. Para ellos fueron las ovaciones y los bravos al final de la representaci¨®n (s¨¢bado por la tarde). Pero la emoci¨®n, sin duda, est¨¢ m¨¢s all¨¢ de todo esto, y no se present¨®.
Babelia
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