La carnitina y su supuesta mejora del rendimiento deportivo
Desde el ¨²ltimo mundial de f¨²tbol se ha escrito bastante sobre los efectos que la ingesti¨®n de carnitina sint¨¦tica parece producir sobre la mejora en el rendimiento de ciertos deportistas. Pero, que yo sepa, nadie ha publicado nada que pruebe que la ingesti¨®n diaria de apreciables cantidades de carnitina produzca efectos positivos, a nivel molecular, en el funcionamiento de las c¨¦lulas musculares esquel¨¦ticas y cardiacas en personas sanas. Soy de los convencidos de la necesidad de la investigaci¨®n en el deporte, como en cualquier otra faceta de la vida, para progresar. Y aplaudo cualquier iniciativa en ese sentido. Pero la aparici¨®n de noticias que pueden inducir a pensar en milagros farmacol¨®gicos para obtener mejores resultados deportivos es peligrosa. Primero, porque puede provocar que muchas personas piensen que la carnitina puede ser una panacea para evitar situaciones desesperadas de clubes en trance de descender de categor¨ªa o para apuntalar la obtenci¨®n de alg¨²n t¨ªtulo. Y segundo, porque no me gusta todo lo que sea a?adir elementos artificiales, por muy legales e inocuos que parezcan ser, al organismo humano para obtener de ¨¦ste un aparente mejor rendimiento. Ello acabar¨ªa convirti¨¦ndonos en m¨¢quinas traga-f¨¢rmacos, que, te¨®ricamente, lograr¨ªan mejores prestaciones moment¨¢neas a costa, probablemente, de m¨²ltiples problemas fisiol¨®gicos futuros.Se ha probado experimentalmente que la funci¨®n de la carnitina como coenzima de las enzimas transferasa y trallocasa de acilos grasos es la de facilitar el transporte de estos compuestos a trav¨¦s de la membrana interna mitocondrial, para que sean posteriormente degradados por la ruta de la boxidaci¨®n, para la obtenci¨®n de energ¨ªa qu¨ªmica en forma de ATP, tras una larga serie de reacciones en cadena, que incluyen otras varias rutas metab¨®licas. En esa funci¨®n transportadora, la carnitinano se gasta, sino que precisamente la difusi¨®n facilitada del compuesto acilo graso-carnitina hacia el interior de la mitocondria se hace posible por la salida en sentido contrario hacia el citosol de la carnitina, que ha liberado su carga de acilos grasos para que sean oxidados. El h¨ªgado y el ri?¨®n se encargan de biosintetizar toda la carnitina que los otros tejidos, y especialmente el miocardio y el m¨²sculo esquel¨¦tico, necesitan para cumplir con ¨¦xito esa funci¨®n. Lo hacen utilizando como precursores los amino¨¢cidos lisina y metionina, que se ingieren en la dieta, sobre todo, en prote¨ªnas de la carne. La cantidad diaria de carnitina eliminada por la orina es peque?a, aproximadamente un 7% del total de la misma contenido en el cuerpo. Por tanto, en personas sanas -y los deportistas lo deben ser- parece improbable que se produzca una carencia de esta coenzima, salvo en casos de dieta estrictamente vegetariana, pues en estos alimentos no hay ni carnitina ni sus amino¨¢cidos precursores.
Hip¨®tesis discutible
Me parece, por tanto, una hip¨®tesis bastante discutible que la toma de carnitina por v¨ªa oral produzca una activaci¨®n (no se puede hablar de acci¨®n reconstituyente) de la utilizaci¨®n de los ¨¢cidos grasos como fuente de energ¨ªa en esfuerzos prolongados. Cuando el organismo en ejercicio, tras haber gastado parte de sus reservas de carbohidratos, pone en marcha la degradaci¨®n de los l¨ªpidos para obtener energ¨ªa, llegar¨¢n al m¨²sculo ¨¢cidos grasos tra¨ªdos por la sangre desde el tejido adiposo. Cuanto m¨¢s ejercicio se haga, m¨¢s consumo de esa materia org¨¢nica se llevar¨¢ a cabo a nivel mitocondrial, y para ello la carnitina existente en la c¨¦lula se esforzar¨¢ en facilitar el transporte de los acilos grasos hasta las enzimas de la ruta de la b-oxidaci¨®n. Si se toma carnitina ex¨®gena -y, te¨®ricamente, gracias a ello introducimos m¨¢s material combustible al interior de la mitocondria- no por ello aumentaremos la capacidad enzim¨¢tica de oxidar mayor n¨²mero de acilos grasos. El n¨²mero de enzimas oxidativas no ha variado y, al saturarse de sustrato, llegan a su m¨¢xima velocidad de acci¨®n, y por mucho que aumentemos la concentraci¨®n del sustrato dicha velocidad no aumentar¨¢. Sin embargo, si el organismo, por medio de un entrenamiento adecuado hacia la adquisici¨®n de mayor resistencia muscular, desarrolla arm¨®nicamente todas las etapas de la ruta metab¨®lica completa del consumo de ¨¢cidos grasos como fuente de energ¨ªa, lo har¨¢ biosintetizando mayores concentraciones de todos los participantes en dicha ruta, incluida la carnitina. Esto es apoyado por el hecho comprobado experimentalmente de que un maratoniano puede llegar a utilizar siete veces m¨¢s l¨ªpidos como fuente de energ¨ªa que una persona sedentaria, sin ingesti¨®n alguna de carnitina sint¨¦tica. La explicaci¨®n es que, por el entrenamiento, el n¨²mero y tama?o de sus mitocondrias musculares aumenta, as¨ª como la concentraci¨®n de todas las enzimas implicadas en la ruta de oxidaci¨®n total de ¨¢cidos grasos de cadena larga, que son los que se unen a la carnitina. En este caso, como en el de otros intentos de mejorar el rendimiento muscular experimentados previamente, se debe recordar que al activar una sola etapa de una ruta metab¨®lica, salvo que sea la etapa limitante de la velocidad de la misma, cosa que aqu¨ª no sucede, no se influye en el rendimiento total de ¨¦sta. La c¨¦lula regula sus funciones de forma muy precisa y s¨®lo el desarrollo simult¨¢neo y equilibrado de todos los componentes celulares implicados en una determinada funci¨®n har¨¢ que ¨¦sta mejore. Y para conseguirlo, el ¨²nico secreto es el entrenamiento adecuado que estimule el aumento funcional de forma natural.
Otro aspecto a tener en cuenta es la duda de si los deportistas de competici¨®n, al exigir a su cuerpo un mayor esfuerzo f¨ªsico, necesitar¨¢n no s¨®lo alimentarse m¨¢s, sino adem¨¢s completar la dieta con ciertos f¨¢rmacos, so pena de no rendir al m¨¢ximo. Hasta ahora, la ¨²nica conclusi¨®n v¨¢lida obtenida tras muchos experimentos en los laboratorios de fisiolog¨ªa del esfuerzo m¨¢s famosos es que, puesto que el deportista gasta m¨¢s calor¨ªas diarias que una persona sedentaria, ingiere m¨¢s alimentos naturales para obtenerlas. Y si la dieta es completa y equilibrada (50%-55% carbohidratos, 30%-35% l¨ªpidos, 15% prote¨ªnas), ir¨¢n en ella suficientes cantidades de vitaminas, minerales y otros elementos esenciales para el organismo (como algunos amino¨¢cidos y ¨¢cidos grasos que no podemos biosintetizar). Por ello, no se necesita suplementar la comida con preparados sint¨¦ticos de dichos elementos, porque la carencia de los mismos no se producir¨¢ en personas sanas y bien alimentadas. Con mayor raz¨®n no har¨¢ falta tal suplemento en el caso de mol¨¦culas que, como la carnitina, pueden ser fabricadas por el propio organismo. De hecho, el excederse en la ingesti¨®n sint¨¦tica de algunos de estos elementos puede desequilibrar la armon¨ªa celular y producir efectos secundarios (por ejemplo, el exceso de algunas vitaminas liposolubles, de hierro en hombres, etc¨¦tera). Y todav¨ªa puede ser peor en el caso de falsas vitaminas, como la B-15, que se puso de moda durante los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨². Este preparado sint¨¦tico, que no es una vitamina natural, contiene componentes que pudieran ser cancer¨ªgenos. La carnitina, tomada en exceso podr¨ªa, ya dentro de las c¨¦lulas, inhibir la s¨ªntesis de l¨ªpidos necesarios para la estructura de sus membranas o como material de reserva energ¨¦tica. Aunque lo m¨¢s probable es que sea eliminada v¨ªa orina en mayor proporci¨®n de lo habitual.
El rendimiento, cuesti¨®n compleja
Por tanto, no creo aconsejable atribuir los ¨¦xitos deportivos de determinados equipos de f¨²tbol a la ingesti¨®n de ciertos productos, aunque ambas cosas puedan coincidir en el tiempo. El rendimiento ¨®ptimo de un conjunto de deportistas es algo mucho m¨¢s complejo, que a veces cuesta optimizar al principio de un campeonato. Por ello, cuando se encarrila el ¨¦xito, achac¨¢rselo a la carnitina o al uso de bombonas de ox¨ªgeno durante los descansos del partido es minusvalorar las cualidades f¨ªsicas y t¨¦cnicas de unos deportistas
La b¨²squeda constante de nuevos m¨¦todos cient¨ªficos de perfeccionamiento deportivo deber¨¢ ser un apoyo fundamental para mejorar las condiciones innatas de cualquier persona, haciendo que siga el entrenamiento m¨¢s adecuado para alcanzar sus m¨¢ximas cotas de rendimiento. Pero estos m¨¦todos nunca deber¨¢n emplearse antes de que todas sus innovaciones hayan sido exhaustivamente experimentadas y comprobadas. Adem¨¢s, ser¨ªa deseable que esas investigaciones sigan la senda de intentar conseguir un mejor conocimiento de lo ya existente en nuestro cuerpo y de c¨®mo funciona sin adiciones artificiales.
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