Espa?a espera una respuesta de Marruecos sobre las restricciones en la costa del S¨¢hara
El Gobierno espa?ol espera una respuesta de Marruecos a la protesta presentada al embajador de este pa¨ªs en Madrid, en relaci¨®n con la implantaci¨®n de una nueva zona de seguridad de 222 millas en las costas del Sahara. Seg¨²n fuentes oficiales, el Gobierno espa?ol no adoptar¨¢ una posici¨®n oficial al respecto, en tanto no se produzca la esperada respuesta marroqu¨ª, informa Efe.Fuentes diplom¨¢ticas se?alaron que Espa?a no puede negociar con Marruecos sobre las aguas del antiguo Sahara occidental, ya que esto podr¨ªa interpretarse como un reconocimiento impl¨ªcito de la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre ese territorio.
Las restricciones a la pesca en el banco sahariano impuestas por Marruecos desde el d¨ªa 30 de marzo pasado por no explicitados motivos de seguridad, que en verdad no constituyen m¨¢s que la refundici¨®n ampliada de todas las anteriores restricciones por los mismos motivos, sustrae pr¨¢cticamente por completo la costa sahariana a la actividad de los pesqueros espa?oles, informa Domingo del Pino.
Las medidas actuales, anunciadas por el Gobierno marroqu¨ª al d¨ªa siguiente del viaje a Marruecos del jefe del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, afectan fundamentalmente a la flota canaria de cefal¨®podos, que se ve virtualmente condenada al amarre, de la misma forma que antes tuviera que hacerlo, y por motivos id¨¦nticos, la flota sardinal. Las diferencias sobre cooperaci¨®n y pesca en discusiones es que ¨¦stas, por su car¨¢cter militar, no son negociables y se consideran inapelables.
Reducir el esfuerzo pesquero
Toda una franja que va desde Cabo Bojador, al sur de El Aaiun, hasta el puerto de La G¨¹era, en el extremo sur de la costa sahariana, es decir, toda la costa sahariana ¨²til desde el punto de vista de la pesca, queda prohibida a los pesqueros espa?oles a menos de doce millas de la costa. Esto, unido a la aparentemente irreversible decisi¨®n de Marruecos de que sea reducido dr¨¢sticamente el esfuerzo pesquero espa?ol en sus aguas, constituye una modificaci¨®n sensible de los presupuestos sobre los cuales se negociaba el acuerdo global de cooperaci¨®n y pesca que hab¨ªan servido de base para la oferta espa?ola de contrapartidas financieras y de cooperaci¨®n t¨¦cnica.Esta decisi¨®n marroqu¨ª, de una seriedad importante por s¨ª sola, se ha amalgamado sin raz¨®n en los medios de informaci¨®n espa?oles con nuevos apresamientos de pesqueros y con las temporales limitaciones impuestas a los vuelos entre la Pen¨ªnsula y las Canarias. Conviene, pues, separar lo uno de lo otro y evitar as¨ª un factor m¨¢s de complicaci¨®n en una situaci¨®n que se complica suficientemente por s¨ª misma.
Hecha esta salvedad, es necesario a?adir que dos datos de suma importancia van a condicionar en el futuro las relaciones hispanomarroqu¨ªes: Ceuta y Melilla, y la reducci¨®n del esfuerzo pesquero que solicita Marruecos. El presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, declar¨® a su regreso de Marruecos su agradecimiento a sus interlocutores marroqu¨ªes, por no haber suscitado durante su visita la cuesti¨®n, siempre pol¨¦mica y visceralmente tratada en ambos pa¨ªses de Ceuta y Melilla.
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