La AImoraima
Una de las escasas justificaciones hist¨®ricas de la l¨ªrica es que la realidad se metaforiza as¨ª misma. La Almoraima, finca Ruiz-Mateos, es ese cortijo que Espa?a ha sido siempre para la derecha del Hondo Sur. El se?or Boyer, ya que no puede expropiar Espa?a a sus detentadores (incluso l¨ªricos), expropia la met¨¢fora de Espa?a, expropia La Almoraima. (Y las fincas que han venido luego, en la provincia de C¨®rdoba, mientras Fraga le dec¨ªa al laring¨®logo que la garganta profunda es suya y nadie se la mira ni expropia.) Me lo preguntaba la otra noche Mercedes Mil¨¢, entre ingenua y incons¨²til, en su programa:Parece que desde hace alg¨²n tiempo defiendes cerradamente al presidente Gonz¨¢lez.
Hay una parte de defensa (innecesaria, claro, ociosa), al hombre que juega la estrategia de la honestidad (naipe in¨¦dito que desconcierta mucho a la clase pol¨ªtica de derecha/izquierda), y una parte de previsi¨®n o cauci¨®n ante lo que pudiera o quisiera ser la alternativa Gonz¨¢lez/Guerra.
Uno, como don Quijote, se fabrica sus celadas con lo que puede. Toda Espa?a es La Almoraima. Toda Espa?a ha sido siempre un predio de la derecha/derecha, una tierra que ellos identifican siempre con la idea de Patria, cuando lo cierto es que la noci¨®n de Patria es m¨¢s afin a la Historia que a la cristalograf¨ªa. Un feldespato no es la Patria.
Los grandes memoriones del conservadurismo manejan ideas de Tejero, ahora en juicio, lo cual que un juicio a Tejero es la Real Academia, un proceso estil¨ªstico a su famosa carta de vinos arrojar¨ªa muchas verdades sobre Espa?a.
Somos tercermundistas, s¨ª, no por atender/entender al Tercer Mundo, como cree la porci¨®n de queso parlamentario que le ha quedado al inmanentismo en las Cortes.
Somos tercermundistas porque habitamos un paleocapitalismo agrario, r¨²stico y ped¨¢neo, que siempre es m¨¢s reaccionario y menos avizor que el capitalismo industrial. O sea, La Almoraima. Y cuando han conseguido la fusi¨®n/confusi¨®n Espa?a/Almoraima, o cualquier otro predio, dedican el solar de don Pelayo y de Isabel a la caza de la perdiz versicolor. Tampoco es que hagan un uso muy levantado de la patria/Almoraima.
El Instituto de Estudios de Administraci¨®n Local dedica un ciclo de conferencias al tema de la ciudad, con Tierno, Borja, Clavero y Aranguren en la ficha t¨¦cnica. El impar Aranguren reflexiona sobre la "Ciudad industrial". Reflexi¨®n anticipada a Espa?a, como todas las suyas (y por eso iluminadora desde el futuro, no desde el pasado, que es lo habitual de nuestro pensamiento). Porque Madrid no es Manhattan y Bilbao no es Manchester. Incluso un ensayo de modernidad blanca tan vasto como el del Opus, sabemos ahora que se ha mantenido de donaciones agrarias como la de don Zoilo (vinos, fincas), tal esos 1.500 quilos que se auditan ahora (aunque yo no tengo claro qui¨¦n dona a qui¨¦n). Todos vivimos de La Almoraima, desde hace siglos, o sea, de lo que da una finca que no da nada.
Espa?a/Almoraima es la met¨¢fora o el signo (ni Jakobson lo ten¨ªa claro, como se ha dicho aqu¨ª) de una incultura/ agricultura paleocapitalista y supersticiosa: habitaci¨®n negra de Ruiz-Mateos. En el Festival Internacional de Teatro de Madrid se presenta, a Christa Leem, la mujer que ha conseguido renovar el estrip/tease, esa vieja devoci¨®n. Pero son ¨¦stos milagros de Corte. En la cheka/h¨®rreo de nuestra Historia, todo sigue igual. La verdad, en Espa?a, contin¨²a siendo Genoveva de Brabante. Nunca la Alicia de Carroll, pura y rica de verdades.
Se galvaniza al pintor Lezcano -1870/1929- en el restaurado palacio O'Reilly (en casa de Aurora tengo dada alguna conferencia con azucarillo g¨®tico en agua de plata). Lafourcade, viejo luchador, habla en el Poveda de "Amor y psicolog¨ªa".
Vuelve Peter Brook, tras el lontano Marat/Sade. Pero todo este Madrid es interior a Madrid. Espa?a/Almoraima est¨¢ en La Almoraima y las otras fincas expropiadas. El espa?ol siempre es de pueblo.
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