Crimen contra la 'fuerza moral'
FELIPE GONZ?LEZ explic¨® muy certeramente que la "respuesta socialista" a la crisis mundial, a la que se trataba de dar forma en el XVI Congreso de la Internacional, s¨®lo dispone de "una fuerza moral"; poco despu¨¦s el asesinato del enviado de la OLP al Congreso daba fe de la existencia de las otras fuerzas y de su capacidad para deshacer. La atribuci¨®n de un crimen tan eficaz, tan Heno de consecuencias, a una rama palestina extremista o al "patriotismo jud¨ªo" -seg¨²n una de las reivindicaciones- es, con una observaci¨®n suficientemente distanciada, indiferente: la violencia y el asesinato pol¨ªtico tienen siempre una misma filiaci¨®n. Hay un bando de los asesinos y otro de quienes no lo son. El hecho es que cada vez que se aproxima una negociaci¨®n en el campo del oriente ¨¢rabe se produce un acontecimiento que la impide: casi va siendo una regla en los asuntos del mundo.La presencia de la OLP en la Internacional Socialista ten¨ªa una considerable importancia en estos momentos: Israel hac¨ªa todo lo posible por impedirla, y en este caso puede hablarse de todo Israel, puesto que la misi¨®n de Shimon Peres, jefe de la oposici¨®n (laborista) y su actividad previa tend¨ªan a impedirla. No puede decirse que las bases para un arreglo en el oriente ¨¢rabe estuvieran demasiado bien encaminadas: el plan de Fez, el de Reagan, las negociaciones de Jordania con la OLP, no supon¨ªan impulsos suficientes para llegar a una paz; pero s¨ª unos puntos de partida de lo posible. El asesinato de Albufeira lo retrasa todo una vez m¨¢s. Es indudable que esto beneficia los puntos de vista del grupo Sharon-Beguin en lo inmediato, pero tambi¨¦n a los extremistas isl¨¢micos, para quienes un acuerdo es una concesi¨®n y una forma de retrasar la gran revoluci¨®n. En suma, el bando de los violentos.
El asesinato de Isam Sartaui tiene otros aspectos negativos que sobrepasan el caso local que lo ha producido; arroja sobre todo el Congreso de la Inte¨ªmacional la enorme duda de si representa algo posible. La "fuerza moral" aparece en los discursos y en el comunicado; pero en s¨ª es una abstracci¨®n de las notables diferencias que separan a los partidos de la Internacional Socialista, sujetos unos a la moderaci¨®n y el sostenimiento de sistemas muy establecidos y muy tradicionales, en pugna y lucha abierta otros; y, entre esos dos extremos, toda una gama de posiciones, circunstancias, coyunturas y matices. La idea general de la Internacional es la de conseguir una reducci¨®n de la lucha de clases que hoy se presenta a escala planetaria y convertirla en una reforma general, en una democracia universal donde las desigualdades sean menores y los enfrentamientos puedan hacerse por medio de sistemas permeables y no de clases, razas, pueblos o castas: es decir, romper los confinamientos y los compartin¨²entos estancos. Es una vieja lucha moral que sus miembros no siempre han conseguido llevar a la pr¨¢ctica y que en las circunstancias actuales del mundo se presenta como ut¨®pica: y la sangre vertida a la puerta misma del Congreso da esa media de lo ut¨®pico.
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