Tres armas mexicanas contra Trump
El coctel de medidas que Sheinbaum escoja implementar ante las tarifas de Trump tendr¨¢ efectos diferenciados dentro de M¨¦xico

Sheinbaum anunci¨® que el pr¨®ximo domingo, en un mitin p¨²blico, dar¨¢ a conocer las medidas arancelarias y no arancelarias que implementar¨¢ en respuesta a la guerra comercial de Trump. Sobre la mesa est¨¢n dos posibles l¨ªneas de acci¨®n.
La primera es que M¨¦xico responda imponiendo aranceles quir¨²rgicos a Estados Unidos. Estos aranceles, no generalizados, ir¨ªan dirigidos a industrias con dos caracter¨ªsticas clave.
En primer lugar, aquellas cuyos productos sean f¨¢cilmente sustituibles por importaciones de otros pa¨ªses. Por ejemplo, se podr¨ªa aplicar un arancel a la carne de pierna y paleta de cerdo, muy utilizada en los tacos al pastor, pero que podr¨ªa ser reemplazada por productos de Canad¨¢ o Europa. Lo mismo aplicar¨ªa para el pollo, que podr¨ªa importarse desde Brasil.
En segundo lugar, se sugiere implementar aranceles a productos que afecten directamente los intereses de pol¨ªticos republicanos. El ma¨ªz amarillo, ciertos tipos de quesos, el whisky bourbon, los ar¨¢ndanos y las manzanas de Washington son bienes producidos en estados trumpistas.
El objetivo es lograr que los empresarios afectados exijan un cambio en la pol¨ªtica arancelaria de Estados Unidos. Esta no es una t¨¢ctica nueva; en 2019, en respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero y al aluminio, el gobierno de L¨®pez Obrador aplic¨® impuestos a 186 fracciones arancelarias de productos agropecuarios y sider¨²rgicos.
No obstante, dentro de la coalici¨®n gobernante no existe un respaldo un¨¢nime a los aranceles quir¨²rgicos. Hay quien considera que la medida es inefectiva, pues afecta directamente a la econom¨ªa mexicana sin que necesariamente se logre el objetivo pol¨ªtico esperado.
El problema es que la estrategia se basa en supuestos demasiado optimistas que podr¨ªan no materializarse. Se asume, entre otras cosas, que los empresarios reaccionar¨¢n a los aranceles mexicanos, que se comunicar¨¢n con Trump, que este los escuchar¨¢ y que, finalmente, cambiar¨¢ de opini¨®n.
La posibilidad de que todo esto suceda es como apostar a una carambola de tres bandas. De hecho, cuando se implementaron aranceles quir¨²rgicos en 2019, Trump no reaccion¨® de inmediato. Los aranceles al acero y al aluminio se mantuvieron casi un a?o y ni siquiera es posible determinar si el cabildeo empresarial tuvo realmente algo que ver con que se quitaran.
Es por todo lo anterior que un segundo, dentro de la coalici¨®n gobernante, propone una estrategia contraria: no tomar represalias. Sugieren aceptar los aranceles de Trump y continuar con las negociaciones como si nada hubiera ocurrido.
En su opini¨®n, esta respuesta es mejor porque los aranceles de Trump tendr¨¢n un efecto inmediato en la depreciaci¨®n del peso. Por simple aritm¨¦tica, esto volver¨¢ a las exportaciones mexicanas m¨¢s baratas y competitivas, mitigando el efecto de los aranceles estadounidenses.
El problema con esta visi¨®n es que se requerir¨ªa una p¨¦rdida de valor muy significativa en el peso mexicano para compensar los aranceles. El tipo de cambio tendr¨ªa que alcanzar aproximadamente 25.6 pesos por d¨®lar, un nivel sin precedentes en la historia mexicana.
En mi opini¨®n, ninguna de las medidas propuestas por los dos grupos tendr¨¢ el efecto deseado. No hacer nada no es pol¨ªticamente viable, ya que da?ar¨ªa la imagen de Morena. La estrategia de aranceles quir¨²rgicos tampoco lo es, dado que, a mediano plazo, Estados Unidos tiene mayor capacidad para resistir una guerra comercial que M¨¦xico.
Me parece que el camino m¨¢s viable para M¨¦xico es implementar medidas no arancelarias. Esta propuesta no solo existe dentro de M¨¦xico. Por ejemplo, Shang-Jin Wei, execonomista en jefe del Banco Asi¨¢tico de Desarrollo, ha sugerido reaccionar a los aranceles estadounidenses relajando las sanciones por violaciones a la propiedad intelectual o imponiendo restricciones a las operaciones de bancos estadounidenses.
En el caso mexicano, esto significar¨ªa encontrar formas de afectar a Estados Unidos que sean beneficiosas para nosotros, en vez de solo dolorosas para nuestro vecino. Relajar de manera informal y subrepticia la protecci¨®n a la propiedad intelectual de productos americanos me parece un camino muy prometedor. Esto permitir¨ªa que empresas mexicanas pudieran aprender a hacer productos que actualmente solo se pueden fabricar en Estados Unidos y fomentar¨ªa el desarrollo local.
Un aspecto crucial para M¨¦xico es intentar que las medidas no sean implementadas unilateralmente, sino en coordinaci¨®n con otros pa¨ªses. La unidad europea y latinoamericana es crucial para arrinconar a Estados Unidos.
Entiendo que dentro de la coalici¨®n gobernante no hay apetito por relajar las medidas de propiedad intelectual, sino que la respuesta ser¨¢ m¨¢s bien una combinaci¨®n de aranceles selectivos y fortalecimiento del mercado interno. Esto es, reforzar iniciativas como el ¡°Plan M¨¦xico¡± y ¡°Hecho en M¨¦xico¡±, que sustituyen productos estadounidenses por nacionales.
Adem¨¢s de ello, se contemplan limitaciones a las exportaciones asi¨¢ticas e incluso una posible salida del Tratado de Integraci¨®n Progresista de Asociaci¨®n Transpac¨ªfico (TIPAT), que desde 2019 permite la entrada de productos vietnamitas a M¨¦xico. La salida del TIPAT buscar¨ªa evitar que productos vietnamitas reemplacen a los chinos y obstaculicen la venta de productos mexicanos.
Espero que las medidas sean ambiciosas. Este es el momento en el que M¨¦xico debe repensar su modelo econ¨®mico de crecimiento. El que hemos tenido hasta ahora no result¨® tan exitoso y lo ser¨¢ a¨²n menos con Trump.
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