El ex presidente argentino Galtieri, sancionado con 60 horas de arresto
El teniente general (retirado) Leopoldo Fortunato Galtieri, presidente argentino durante la guerra de las Malvinas, ha sido arrestado por sesenta d¨ªas en el Campo de Mayo, en la periferia del gran Buenos Aires. La sanci¨®n fue impuesta por el teniente general Nicolaides, jefe del Ej¨¦rcito de Tierra, a cuenta de sus declaraciones sobre las responsabilidades de la guerra publicadas por el diario Clar¨ªn.Para encontrar otra sanci¨®n de este porte hay que retrotraerse al arresto del ex presidente y teniente general Ongan¨ªa, en 1976, por rebelarse contra la dictadura, militar de Videla, que entonces se implantaba. Galtieri puede comparecer ante una corte marcial si lo decide el tribunal de honor que examina sus declaraciones.
Galtieri fue sorprendido en su cordialidad et¨ªl¨ªca por un per¨ªodista que convers¨® largamente con ¨¦l para la redacci¨®n de un libro y bajo condici¨®n de no publicar sus palabras durante un tiempo prudencial. Atribuy¨¦ndose a Galtieri la autor¨ªa de un folleto an¨®nimo sobre la guerra, el periodista dio por roto el pacto y public¨® parte de sus conversaciones con el ex presidente en el aniversario de la ocupaci¨®n de las islas.
Galtieri reprochaba abiertamente al general Meri¨¦ndez (gobernador militar de Malvinas) no haberse mostrado m¨¢s aguerrido, y formul¨® cr¨ªticas m¨¢s humildes a sus compa?eros de armas por la escasa preparaci¨®n de la tropa, y a la Aviaci¨®n, por las deficiencias de su despliegue t¨¢ctico. En su dispersi¨®n de responsabilidades lleg¨® a culpar a la poblaci¨®n (por su entusiasmo desbordado) de la prolongaci¨®n de la guerra.
Te¨®ricamente, Galtieri es arrestado por hacer declaraciones sin autorizaci¨®n del mando, pero eso est¨¢ aqu¨ª a la orden del d¨ªa. Sin autorizaci¨®n se exculp¨® p¨²blicamente el general Men¨¦ndez y sin autorizaci¨®n el general Camps (jefe de la polic¨ªa de Buenos Aires durante lo m¨¢s cruel de la represi¨®n) ha publicado un yo acuso contra los desaparecidos tenido por muchos como apolog¨ªa del crimen.
Por una parte, Galtieri es un buen chivo expiatorio para un Ej¨¦rcito al que se le est¨¢n exigiendo a gritos responsabilidades por sus desmanes y su incompetencia; por otra parte, Nicolaides (que debe su prestigio y autoridad a no haberse corrompido econ¨®micamente) quiere acallar la querella militar por la guerra perdida.
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