Reagan presiona al Congreso para que rechace la congelaci¨®n del armamento nuclear

La C¨¢mara de Representantes norteamericana puede aprobar, a pesar de las presiones del Gobierno, una resoluci¨®n que insta a Estados Unidos y a la Uni¨®n Sovi¨¦tica a congelar y reducir sus arsenales nucleares de manera mutua y verificable. El presidente Reagan y sus consejeros, entre ellos el titular de Defensa, Weinberger, se han reunido ayer durante horas con 25 legisladores dem¨®cratas para tratar de evitar la aprobaci¨®n.

Simult¨¢neamente, Reagan intenta la confirmaci¨®n por el Senado de Kenneth Adelman, de 36 a?os de edad, al frente de la Agencia para el Control de las Armas y el Desarme.Los congresistas dem¨®cratas no salieron convencidos de la Casa Blanca y acusaron a la Administraci¨®n de querer "desvirtuar" el contenido de la resoluci¨®n, para hacerla fracasar. Incluso el portavoz presidencial, Larry Speakes, dijo a los periodistas que ser¨¢ "muy dif¨ªcil" que el Gobierno derrote el proyecto de ley, "ya que de la manera en que est¨¢ presentado es dif¨ªcil para un miembro del Congreso votar en contra".

El ambiente parlamentario est¨¢ muy caldeado y unos y otros reconocen que las votaciones ser¨¢n "muy cerradas". La Administraci¨®n Reagan ha censurado en los ¨²ltimos meses a los partidarios y promotores de la congelaci¨®n, insistiendo en que tal medida dejar¨ªa a la Uni¨®n Sovi¨¦tica con una clara ventaja estrat¨¦gica sobre EE UU y transmitir¨ªa al Kremlin una se?al de debilidad norteamericana.

Los funcionarios gubernamentales, sobre todo en el Pent¨¢gono, arguyen que la aprobaci¨®n de esta resoluci¨®n por el poder legislativo invitar¨ªa a los sovi¨¦ticos a intensificar su carrera militar.

200 votos seguros

En principio son 200, sobre 435, los representantes que apoyan la moci¨®n, que ya fue votada y rechazada solamente por dos votos a finales de 1.982, antes que el partido dem¨®crata reforzara sus posiciones. Aunque el portavoz presidencial neg¨® que se se pretendiera llegar a un compromiso entre la Casa Blanca y los congresistas dem¨®cratas, el parlamentario de este partido William Hughes se?al¨® que Reagan, ante la fuerte oposici¨®n del Congreso, podr¨ªa "buscar alg¨²n grado de acomodo entre las respectivas posiciones".

La Administraci¨®n estadounidense tambi¨¦n ha redoblado sus esfuerzos destinados a conseguir el visto bueno del Senado al nombramiento de Kenneth Adelman como jefe de la Agencia para el control de las Armas y el Desarme. Hoy se votar¨¢ la designaci¨®n de Adelman y la opini¨®n general en la C¨¢mara Alta es que el tema se decidir¨¢ por uno o dos votos.

El comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado se neg¨® el pasado febrero a recomendar la confirmaci¨®n de Adelman como m¨¢ximo funcionario del control armamentista. Reagan, que junto con el vicepresidente Bush telef¨®neo el martes a los parlamentarios vacilantes para pedirles su voto, ha reafirmado que sigue apoyando a Kenneth Adelman para este cargo.

La temperatura pol¨ªtica del Congreso a prop¨®sito del armamento nuclear, reflejo del clima de efervescencia que reina en EE UU sobre el tema, subi¨® el martes algunos grados por la renovada oposici¨®n de un sector de parlamentarios al despliegue de los controvertidos misiles MX.

Los congresistas m¨¢s cr¨ªticos aseguran que los supercohetes no ser¨¢n invulnerables a un ataque sovi¨¦tico y por lo tanto no merece la pena gastarse en ellos los miles de millones de d¨®lares previstos.