Monse?or Suqu¨ªa
Ya lo tengo contado: para De Gaulle, el Partido Comunista era "el partido del extranjero". En Espa?a, el partido del extranjero es siempre la Iglesia, o sea, el Vaticano. Juan Pablo II, alias Wojtyla, nombra ahora a don ?ngel Suqu¨ªa como arzobispal de Madrid / Alcal¨¢. Este monse?or era arzobispo de Compostela y le hab¨ªa soltado ya al Ap¨®stol cuatro frescas y unas cuantas verdades de las suyas. O sea, un reaccionario. Alfonso Guerra le ha dado por bueno. Cuando el R¨¦gimen, que aquello s¨ª que era un R¨¦gimen, los archiarzobispales pasaban por la oficina de Franco, que les daba el visto bueno. Ahora pasan por Guerra. Alfonso Guerra, imagino, no va a decir aquello de que Espa?a ha dejado de ser cat¨®lica, sino que, con diez millones (que pueden contabilizarse como veinte: siempre hay una hija progre que a¨²n no vota) de "votos prestados", me parece a m¨ª como que passa de archiarzobispales. La otra noche me llevaron Haro y Marsillach al Molino Rojo, en Tribulete, a ver a una strip-tease / woman mala y unos ventr¨ªlocuos buenos. Uno de ellos saca un mu?eco muy bien hecho -pasota en ch¨¢ndal-, pero le falla el lenguaje, claro, que por la boca muere el pez, aunque el pez sea acad¨¦mico, o sobre todo, si es acad¨¦mico. A trav¨¦s de ese mu?eco del bajomadrid hablaba el momento espa?ol. Una hora de Espa?a. Claro que la hora la pod¨ªan haber puesto un poco m¨¢s pronto. Espa?a no ha dejado de ser cat¨®lica, como pre tend¨ªa don Manuel Aza?a, pero el catolicismo ha dejado de ser espa ?ol, o sea nacionalcat¨®lico, que no conozco hombre -y vecino- m¨¢s internacional, europeo y mon daine (siempre con sus galgos afganos y su media voz) que Luis Apost¨²a, Subsecretario o as¨ª de Asuntos Religiosos y de la cosa. Rafael Lapesa evoca a Am¨¦rico Castro, que nos desvel¨® / debel¨® la Espa?a de las tres culturas, cuan do jud¨ªos, moros y cristianos ¨¦ra mos un fecundo coloquio de ocho siglos. A Garc¨ªa Nieto le dan un al muerzo acad¨¦mico y no me invitan. Por el bigote blanco de Pepe veo c¨®mo el tiempo nerudiano "sube sus hilos" a nuestro pelo. Mi peluquero me aconseja darme brillo en las canas, "como el conserje". Me cuesta explicarle que la redenci¨®n de los conserjes, para el regeneracionismo, es algo m¨¢s que abrillantarles las canas, como si fueran cardenales. Carmen Garc¨ªa Bloise dice que en los Ayuntamientos van a gobernar "absoluta mente solos". Peor para el PSOE. El soliloquio no es bueno y produ ce gastroenteritis. Hay que dialo gar hasta con monse?or Suqu¨ªa. Antonio Garrigues y yo estamos juntos, una vez m¨¢s, en un estreno -La clase muerta, de Kantor, pero en el patio de butacas- y vemos un escueto, vertiginoso y prodigiosamente dialogado espect¨¢culo de Peter Brook (el del Marat / Sade, ya saben). A la salida, alguien me dice:-Garrigues ya tiene gestos de alcalde. Se ha despedido de ti como un regidor.
Al bello Antonio le viene de familia la connivencia vaticana, y una vez, reci¨¦n entrevistado con Wojtyla, me dijo que el Papa era hombre admirable y sab¨ªa muchos idiomas. Lo que yo digo: que tiene el don de las lenguas (ya conferido por Cristo a sus ap¨®stoles), pero no el don de la lengua. En castellano / lat¨ªn, cuando los Mundiales, aqu¨ª en la Castellana s¨®lo dijo obviedades. Sin embargo, sigue siendo el m¨¢s poderoso partido del extranjero en Madrid.
Areilza me presenta a Foncillas, nuevo embajador en Bonn, y me gusta nuestra nueva y joven diplomacia. En chez San Pedro es donde lo tenemos m¨¢s crudo. Hacen acad¨¦mico de Jurisprudencia a Azc¨¢rraga, guionista de Bot¨®n de ancla. De las epidemias, de las academias, l¨ªbranos Se?or (Rub¨¦n). "?Tantos millones de hombres hablaremos ingl¨¦s?". En Espa?a hablaremos lat¨ªn.
Taranc¨®n profetiz¨® la democracia un d¨ªa que yo llevaba una muchacha al gran ginec¨®logo Hern¨¢ndez. Estuvimos los tres oyendo al cardenal por la radio, ella en la postura cl¨ªnica preceptiva.
Pero a Taranc¨®n le quitan y la chica ya no es tan chica. El tiempo pasa para todos. Menos para la Iglesia.
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