'M¨²sica callada' y 'm¨²sica cantada' en Frederic Mompou
Ayer fue un d¨ªa grande en la m¨²sica espa?ola: Frederic Mompou cumplio 90 a?os en su Barcelona natal, rodeado por sus amigos y acompa?ado de su m¨²sica ¨ªntima. En el Palau de la M¨²sica Catalana, la Generalitat organiz¨® un concierto de v¨ªsperas en el que actuaron Rosa Sabater, Gim¨¦nez Attenelle, Carmen Vil¨¢ y Antoni Besses, pianistas, y Carmen Bustamante, soprano. A trav¨¦s del buen arte de estos artistas catalanes ha sido recordado y entra?ado el Mompoti de la m¨²sica callada y el de la m¨²sica cantada.
Entre el paisaje exterior y la m¨¢s abstracta interiorizaci¨®n se mueve la obra de Mompou. Paisatges y Suburb¨ªs, por una parte; channes y m¨²sica callada, por otra. Contemplaci¨®n y tenue pintura frente a intimidad e intensa delectaci¨®n sonora. "El gusto y el sentido de la sonoridad", dice Viadimir Jankelevitch que unifica la entera creaci¨®n de nuestro gran m¨²sico. Constituye tambi¨¦n el secreto de -su originalidad, la raz¨®n de su po¨¦tica (con Val¨¦ry cercano y Verlaine al fondo) y la explicaci¨®n de su permanente modernidad.La m¨²sica callada, punto extremado del int¨ªmismo de Mompou, nace a partir de 1959 como expresi¨®n de la soledad sonora. No es la m¨²sica del silencio, sino el mismo silencio haciendo sonar sus presentidas vibraciones; silencio vital del compositor que agudiza el o¨ªdo para escuchar en lontananza y percibir las resonancias del paisaje y las de su intimidad m¨¢s rec¨®ndita.
Cuaderno de piezas breves
Hasta 1967 no termina Mompou el cuarto y ¨²ltimo cuaderno de estas piezas, m¨¢s que breves, condensadas y circunscritas a lo m¨ªn¨ªmo necesario. Nadie en m¨²sica ha retorcido el pescuezo a la elocuencia como Frederic Mompou, hasta que llegara otra gran condensa-ci¨®n de la m¨²sica europea: la de Ant¨®n von Webern.Componer era, para Paul Val¨¦ry, "organizar el entorno y las profundidades de las cosas expl¨ªcitamente dichas"; superar en el orden musical abstracto el "ensamblaje instant¨¢neo de un sonido y una significaci¨®n de cada palabra". S¨®lo un poder receptivo, una sensibilidad identificativa tan agudos como los de Mompou, pueden trascender la palabra al lenguaje musical. En ¨¦l, materia y forma se confunden hasta alcanzar soluciones expresivas de m¨¢xima penetraci¨®n y poder afectivo.
Amistad creadora con Val¨¦ry
Frederic Mompou y Paul Val¨¦ry se conocieron en 1925; coincidieron en la amistad porque antes, sin saberlo, hab¨ªan coincidido en la actitud creadora, y mientras el m¨²sico catal¨¢n compon¨ªa sus Charmes, el franc¨¦s poetizaba los suyos.M¨¢s tarde, diversos poemas de Val¨¦ry pasaron a los pentagran¨ªas de Mompou, hasta llegar el ciclo de canciones con orquesta estrenado en 1973. Palabra, melod¨ªa, armon¨ªa, sonoridad, obedecen a una sola intencionalidad (los sonidos se unen por la ra¨ªz y no por el costado, como de las palabras dec¨ªa Ortega).
Con la po¨¦tica de Val¨¦ry, algunas otras completan el sentido de la palabra cantada. de Mompou: en catal¨¢n, Jan¨¦s, Carner, Garc¨¦s; en castellano, Juan Ram¨®n, B¨¦cquer y, por encuna de todos, san Juan de la Cruz, con el que los cantares de Mompou se hacen m¨²sica del alma.
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