El pacto municipal hizo que el 70% de los espa?oles viviera de los ayuntamientos de izquierda
El cuarto aniversario de los pactos municipales se cumple precisamente ma?ana, 18 de abril. Han transcurrido cuatro a?os desde la firma del acuerdo que puso en manos de la izquierda 1.800 municipios de toda Espa?a, en los que reside el 70% de la poblaci¨®n. De ellos, 19,1 millones de personas (50% de los espa?oles) ha tenido alcaldes socialistas. La aplicaci¨®n de los pactos municipales PSOE-PCE-PSA, con el apoyo parcial de alguna otra fuerza, ha constituido el hecho m¨¢s relevante de los cuatro a?os de ayuntamientos, en la primera experiencia democr¨¢tica de Administraci¨®n local desde la guerra civil.
Un abrazo entre Alfonso Guerra y Santiago Carrillo, iniciado por ¨¦ste ¨²ltimo, rubric¨® para el p¨²blico el acuerdo final, tras arduas negociaciones que pasaro n por momentos tensos hasta el ¨²ltimo momento. Era la madrugada del 18 de abril de 1979: mientras decenas de bulliciosos periodistas aguardaban, al otro lado de la puerta, lo que todos cre¨ªan el anuncio del inminentefinal, en el interior de la sala se hab¨ªa hecho un silencio sepulcra? tras haber aseverado unos y otros que, definitivamente, 0 se quedaban con la Diputaci¨®n madrile?a o no hab¨ªa acuerdo. Durante un buen rato todos los negociadores se miraron sin decirse nada. Por fin a uno de ellos se le ocurri¨® romper el hielo con un comentario sobre cer¨¢mica; r¨¢pidamente se enganch¨® Guerra con excursiones verbales por el tema y en la distensi¨®n subsiguiente alguien dijo: "Hombre, c¨®mo- vamos a romper esto por una diputaci¨®n".Entonces surgi¨® la idea del camino intermedio: la Diputaci¨®n para los socialistas, si los comunistas obten¨ªan, am¨¦n de la primera tenencia de alcald¨ªa, la Gerencia Municipal de Urbanismo. Sali¨® S¨¢nchez Montero a consultar con Tamames, sali¨® Guerra a consultar con alguien, y a las dos de la madrugada, despu¨¦s de una intervenci¨®n cuasi dram¨¢tica del dirigente socialista -"no os dais cuenta del sacrificio que esto supone para nosotros"-, el pacto era un hecho. Qui¨¦n iba a decirles al socialista Revilla y a los comunistas Tamames y Mangada que tras la re?ida disputa sus sillones (la Diputaci¨®n, la primera tenencia de alcald¨ªa y la Gerencia de Urbanismo de Madrid, respectivamente) cuatro a?os m¨¢s tarde los tres estar¨ªan fuera de sus respectivos partidos. Y es que la pol¨ªtica de estos cuatro a?os se ha llevado or delante a tantas personas que las miradas retrospectivas producen, adem¨¢s de curiosidad, asombro ante el dinamismo de la situaci¨®n.
Los pactos echan a andar
El caso es que en la tarde del 18 de abril el escollo estaba resuelto y de ese modo se puso en marcha el acuerdo global PSOE-PCE, ampliado al PSA en Andaluc¨ªa y con el apoyo parcial de Convergencia Democr¨¢tica de Catalu?a. Los protagonistas de la negociaci¨®n confiesan ahora que montaron aquel tinglado sin una idea muy precisa de lo que hac¨ªan y, sobre todo, con pocas seguridades de que el pacto pudiera funcionar bien, puesto que.su aplicaci¨®n quedaba en manos de millares de personas. Unos y otros reconocen que los incidentes del camino han sido m¨ªnimos para la magnitud de la empresa, pese a sonadas rupturas locales del pacto, generalmente recompuestas por intervenci¨®n las direcciones de los partidos.
Los adversarios pol¨ªticos de a izquierda se?alaron en un pmer momento el peligro de entrega socialista en manos del PCE. A¨²n no hab¨ªa terminado la campa?a municipal del 79 y UCD hab¨ªa denunciado ya la intenci¨®n socialista de "constituir en los nuevos ayuntamientos pactos frentepop¨²listas con el PCE y otras fuerzas de izquierda", contestada por el PSOE con la aseveraci¨®n de que pactar¨ªa "con aquellos candidatos honrados no comprometidos con el franquismo". Despu¨¦s hubo ofertas centristas tanto a socialistas como a comunistas, en un ¨²ltimo intento de impedir la alianza de izquierda. Tras un examen de lo ocurrido en cuatro a?os, hay bastante coincidencia en que el PSOE es el partido que mayor rentabilidad pol¨ªtica ha obtenido de los pactos. Inicialmente, todo parec¨ªa sugerir que los comunistas eran los principales beneficiarios del pacto: desde su modesto 11% de votos acced¨ªan al gobierno municipal en dos tercios de las ciudades del pa¨ªs, obteniendo incluso algunas alcald¨ªas importantes, como la de C¨®rdoba y ciudades del cintur¨®n de Barcelona. Esta situaci¨®n se mantuvo durante los dos primeros a?os de vigencia del acuerdo. Pero las cosas cambiaron con la crisis de dicho partido, materializada en el congreso de 1981.
La crisis comunista
Carlos Alonso Zald¨ªvar, responsable municipal del PCE hasta dicho a?o, expulsado posteriormente y actualmente retirado de la pol¨ªtica, eval¨²a as¨ª lo sucedido: "El 10? Congreso del partido supuso la liquidaci¨®n de la pol¨ªtica municipal seguida hasta entonces. Del Comit¨¦ Central desaparecieron una quincena de cargos municipales, no entr¨® nadie nuevo (ni siquiera alcaldes como Julio Anguita) y s¨®lo quedaron dos personas vinculadas directamente.a la actividad municipal: Juan Francisco Pla y Pedro Zamora".
"Por parad¨®jico que pueda parecer, el congreso de un partido que hab¨ªa accedido al poder a trav¨¦s de los ayuntamientos liquid¨® al equipo municipal. Y ¨¦ste- no era una broma: adem¨¢s de los dirigentes, trabajaban personas como Eduardo Mangada, actualmente al frente de Coplaco; Mart¨ªn Palac¨ªn, actual director general de Tr¨¢fico; Amparo Rubiales, hoy en el Gobierno andaluz; Ignacio Quintana, actual director general de la Juventud; Javier Garc¨ªa Fern¨¢ndez, que est¨¢ en la Secretar¨ªa de Estado para las Cortes, y otros muchos que har¨ªan interminable la relaci¨®n. A partir de 1981 se evapora todo este equipo, no se crea otro similar y aunque se sustituy¨® al responsable municipal, el PCE ha vivido de las inercias anteriores".
"Mi conclusi¨®n", finaliza Zald¨ªvar, "es que el PCE, contra toda l¨®gica, ha despreciado o marginado un ¨¢rea que era de lo m¨¢s prometedora, sin comprender que la l¨®gica invitaba a que la corriente renovadora tuviera su principal implantaci¨®n entre quienes estaban m¨¢s en contacto con la sociedad. El resultado es que el PSOE va a-capturar ahora un trabajo que, en buena parte, era del PCE".
Para el ex dirigente comunista, la crisis no se produjo por conspiraci¨®n de los municipalistas para hacerse con el poder en el partido -"esto es lo que cre¨ªa Carrillo"-, sino que estaba en la l¨®gica que la corriente renovadora tuviera sus m¨¢s firmes apoyos en los cargos locales, "los m¨¢s cercanos a las realidades de la sociedad".
Juan Francisco Pla, actual responsable municipal comunista, acepta que el IT- Congreso de su partido produjo "desgarramientos", aunque entiende que la actual direcci¨®n ha trabajado para borrar la imagen negativa del per¨ªodo posterior, tratando de recuperar el papel tradicional de constituirse en "vanguardia de las causas nuevas" y confiando en que ello permita "que muchas personas que nos han abandonado empiecen a reconsiderar si ¨¦ste es de nuevo su partido". El responsable municipal comunista, que califica de "seria" la derrota sufrida por el PCE el pasado 28 de octubre, entiende que el PSOE, a pesar de su mayor¨ªa, se ve enfrentado a presiones de todo tipo por parte de la derecha "y da la impresi¨®n de que el impulso del cambio se est¨¢ ?le-vando muy despacio, por no se?alar situaciones m¨¢s que ambiguas, como son la postura ante la OTAN o la gesti¨®n de la empresa p¨²blica".
En este contexto valora Pla las posibilidades de recuperaci¨®n comunista: "El PCE es una fuerza m¨¢s inclinada a resistir las presiones. Y adem¨¢s, tenemos la esperanza de que los votantes com prendan la eficacia de nuestra gesti¨®n municipal". Los problemas pol¨ªticos de car¨¢cter interno que dan para el 112 Congreso, previsto para final de a?o, que sin duda es tar¨¢ marcado por la efectividad de su actual direcci¨®n para enderezar el escorado rumbo del partido.
La crisis interna del PCE puso en peligro la continuidad de los pactos, pero al final el PSOE decidi¨® mantenerlos por falta de mejores alternativas y procurando a¨ªslar esta colaboraci¨®n pol¨ªtica de socialistas y comunistas respecto a las batallas mantenidas en otros terrenos, como el sindical.
Un pa¨ªs 'pol¨ªticamente virgen'
Desde los tecnificados despachos que se alzan tras la fachada de la casa en que vivi¨® Pablo Iglesias (sede central del PSOE) las preocupaciones del comienzo de campa?a distan mucho de parecerse a las del campo comunista. Para el vicecoordinador electoral,
El pacto, municipal hizo que el 70% de los espa?oles viviera de los ayuntamientos de izquierda
Luis P¨¦rez, todos los sondeos coinciden en mostrar que "la ilusi¨®n de la gente se mantiene y hay m¨¢s confianza que nunca en las instituciones democr¨¢ticas. La gente tiene una idea sensiblemente m¨¢s ¨¦tica y elevada de las instituciones p¨²blicas que en los pa¨ªses latinos, donde en general se considera a log pol¨ªticos el prototipo de la corrupci¨®n y del descr¨¦dito. Por decirlo de un modo expresivo, ¨¦ste es un pa¨ªs casi virgen desde el punto de vista pol¨ªtico".El corolario a que parece conducir tal exposici¨®n es que, vistas las cosas desde la perspectiva electoral, un per¨ªodo de estabilidad puede favorecer la traslaci¨®n del ¨¦xito de las legislativas a los coinicios locales. Esas perspectivas vienen abonadas tambi¨¦n por el balance del pacto municipal, presentado habitualmente por el PSOE como un mero acuerdo para la distribuci¨®n de alcald¨ªas. Los cuatro a?os de pacto han transcurrido sin un programa com¨²n PSOE-PCE y en la pr¨¢ctica s¨®lo ha servido para garantizar "mayor¨ªas estables", concentrando en los alcaldes y sus colaboradores inmediatos toda la capacidad de decisi¨®n. Ello ha permitido a los socialistas un protagonismo muy superior al de sus compa?eros de coalici¨®n, mientras que el dominio de las grandes ciudades ha anulado, o al menos disminuido, el efecto pol¨ªtico del mayor n¨²mero global de concejales obtenido por UCD.
Los dirigentes socialistas se lamentan de las dificultades legales en que se han desenvuelto los ayuntamientos: "Al no haber cambiado la normativa legal que la regulaba", dice el responsable municipal del PSOE, Luis Fajardo, "los dem¨®cratas elegidos tuvieron que gobernar bajo la presi¨®n de la estructura estrecha e inflexible de la Administraci¨®n local del franqu¨ªsmo", con retoques muy ligeros a la misma y sin un sistema legal de financiaci¨®n sustancialmente distinto, hasta el punto de que los avances en ese terreno han sido el fruto de presiones peri¨®dicas. Pero la gesti¨®n en medio de la inestabilidad puede haber contribuido a la popularidad de los alcaldes.
Una vez hecha la imagen de los ediles socialistas, el siguiente paso es el descrito por el programa electoral del PSOE con un lema sonoro: el gran salto hacia adelante de la vida local. El desbordante optimismo socialista y su moral de victoria vienen avalados por el ¨¦xito con que sus filas se han conducido durante los cuatro a?os transcurridos. Con ese fundamento afirma su coordinador general de esta campa?a, Guillermo Galeote, que ', antes de que se celebraran las elecciones municipales de 1979, la visi¨®n socialista de los pueblos y las ciudades parec¨ªa una utop¨ªa ( ... ) Preciso es continuar lo que ya se ha puesto en obra".
Un nuevo mapa pol¨ªticoLa campa?a para las municipales se inicia en un cuadro pol¨ªtico y electoral completamente distinto al que exist¨ªa hace cuatro a?os. UCD, con su 34% de votos en las legislativas del 1 de marzo de 1979, hab¨ªa afirmado su primac¨ªa sobre la entonces d¨¦bil fuerza a su derecha, Coalici¨®n Democr¨¢tica, al tiempo que al PSOE le hab¨ªa resultado imposible morder electorado centrista, y en cambio el ascenso de los nacionalismos andaluz y vasco se hab¨ªa hecho, en gran parte, a su costa.
En aquella ocasi¨®n, los resultados de las municipales no fueron globalmente tan importantes como la imagen que dio el posterior pacto con el PCE y el PSA. Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, ministro del actual Gobierno, analiz¨® as¨ª la cuesti¨®n en su libro La pol¨ªtica de la transici¨®n: "Si se examinan los resultados municipales, continuaron presentes dos caracter¨ªsticas de las elecciones generales de 1979 muy negativas para el Partido Socialista. Por un lado, el PSA volvi¨® a atraer una cantidad importante de votos del PSOE: 188.125 votantes en la totalidad de la regi¨®n, 17,3% del voto regional ( ... ) Por otro lado, las elecciones municipales confirmaron la p¨¦rdida de fuerza del PSOE en Euskadi". Cuatro a?os despu¨¦s, el Partido Socialista ha recuperado el control de Andaluc¨ªa -le falta el de Euskadi, donde se avecina una dura batalla electoral, y tambi¨¦n es d¨¦bil la implantaci¨®n en Navarra y Castilla-Le¨®n-, mientras el mapa pol¨ªtico general ha contemplado la desaparici¨®n de UCD, el ascenso de AP, la primac¨ªa socialista y el descenso comunista a su nivel electoral m¨¢s bajo.
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