La cooperaci¨®n militar entre Rabat y Washington, patente en las maniobras frente al Sahara
Las maniobras militares conjuntas marroqu¨ª-norteamericanas, que tienen lugar actualmente, sugieren que los acuerdos bilaterales, firmados entre los dos pa¨ªses en mayo de 1982, tienen un alcance muy superior a lo que, de forma embarazosa, manifestaron entonces los responsables marroqu¨ªes en el sentido de que se trataba simplemente de obtener ayuda frente a la agresi¨®n exterior y dar ciertas facilidades menores a la fuerza de intervenci¨®n r¨¢pida norteamericana.
Despu¨¦s de los ejercicios navales de noviembre pasado entre unidades de la Sexta Flota norteamericana en el Mediterr¨¢neo y fuerzas de la base naval marroqu¨ª de Alhucemas, que consistieron en un ejercicio de desembarco de unos 1.000 marines en aquella bah¨ªa, estas maniobras iniciadas ahora, que tienen como escenario el Mediterr¨¢neo sur y zonas de la costa atl¨¢ntica marroqu¨ª as¨ª como el estrecho de Gibraltar, superan en importancia a aquellas primeras.Participan en ellas, seg¨²n informaciones francesas, fuerzas norteamericanas estacionadas en Europa, unidades de la Sexta Flota, el modern¨ªsimo portaviones USS Vinson, que durante los dos d¨ªas finales de la semana pasada recibi¨® al pr¨ªncipe heredero, a la Prensa y a los dignatarios del r¨¦gimen, junto con un crucero lanzamisiles.
El hecho es que los acuerdos marroqu¨ª-norte americanos en 1982 colocan todas las bases a¨¦reas marroqu¨ªes a disposici¨®n de Estados Unidos para su fuerza de despliegue r¨¢pido y para determinados almacenamientos cualificados de armamento los puertos de Casablanca, la base aeronaval de Kenitra, Sidi Slimane, y probablemente la misma de Alhucemas est¨¢ tambi¨¦n disponible para la flota norteamericana.
Se trata, pues, de una implicaci¨®n militar de Marruecos del lado de Estados Unidos que tiende probablemente en un plazo medio a convertir a Marruecos en una pieza clave en el dispositivo defensivo militar occidental.
Lo parad¨®jico de esta creciente cooperaci¨®n, que ha dado ya como resultado la duplicaci¨®n del personal norteamericano en Marruecos, es la aparente oposici¨®n del Congr¨¦so norteamericano, o al menos su rechazo a que no est¨¦ condicionada a la adopci¨®n por Marruecos de una postura m¨¢s flexible sobre el S¨¢hara.
Es curioso hacer notar tambi¨¦n que el subsecretario de Estado norteamericano, Lawrence Eagleburguer, quien visitara hace poco m¨¢s de una semana Argelia y Tunicia, hubiese preferido despachar a Rabat a su adjunta, Robin Raphael, para conversar con los marroqu¨ªes, curiosamente sobre "las relaciones Marruecos-Argelia" y sobre "el refer¨¦ndum en el S¨¢hara", seg¨²n dijo el comunicado oficial.
Algunas zonas oscuras de esta m¨¢s reciente evoluci¨®n en el Magreb, que parece sugerir que al mismo tiempo que Estados Unidos avanza decididamente por el camino de la completa cooperaci¨®n militar con Marruecos, pero reclama seg¨²n se cree algo m¨¢s que un refer¨¦ndum, podr¨¢n tal vez ser explicados un d¨ªa.
Lo cierto es que en algunos sectores pol¨ªticos de Marruecos comienza a surgir un nuevo rumor, obviamente dif¨ªcil de confirmar como todos, de que la soluci¨®n prevista para el S¨¢hara occidental ser¨ªa en realidad una amplia autonom¨ªa interna bajo la tutela mancomunada de Argelia y Marruecos y en menor medida Mauritania.
Lo que parece evidente es que un refer¨¦ndum, honesto y justo parece conflevar para su organizaci¨®n tantas dificultades que resulta casi pr¨¢cticamente imposible su realizaci¨®n sin un completo acuerdo previo entre los reg¨ªmenes de Marruecos y Argelia.
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