Las invariables se?as de identidad de la obra de Crist¨®bal Halffter

Los reyes de Espa?a, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa, presidieron el jueves en el Palacio Real el acto de concierto en el que fue estrenado el Concierto para flauta y sexteto de cuerda, escrito por Crist¨®bal Halffter por encargo del Patrimonio Nacional en homenaje a los monarcas.Antes de comenzar la actuaci¨®n -del Cuarteto Hisp¨¢nico Numen el director gerente del patrimonio, Ram¨®n Andrada Pfeiffer, explic¨® en ce?idas palabras el plan de en cargos que se iniciaba con el de Halffter y la intenci¨®n que anima al organismo: continuar la historia musical de la Real Casa con las aportaciones de los autores espa?oles e hispanoamericanos de hoy.

Simult¨¢neamente se pidieron partituras a Halffter, Montsalvatge, Encinar y Ginastera y, a la recepci¨®n de la primera, se dispuso la audici¨®n celebrada ahora en un ambiente de excepci¨®n y con una acogida entusiasta.

Crist¨®bal Halffter es, desde hace a?os, un maestro que supo asimilar las diversas corrientes imperantes en Europa a partir de los a?os cincuenta sin renegar, por ello, de sus se?as de identidad y de las caracter¨ªsticas de su personalidad.

El resultado es una obra rica, amplia, variada y expresiva, que ha situado al compositor madrile?o entre el grupo de creadores musicales que cuenta ya a la hora de historiar la m¨²sica de nuestro tiempo.

Con frecuencia, el expresivismo de la m¨²sica de Crist¨®bal, Halffter se manifiesta violento y realista bien por el propio impulso de su pensamiento musical, bien porque se ponga al servicio de un humanismo erizado ante el imperio de la fuerza o frente a otros problemas del mundo contempor¨¢neo.

Existe otro Crist¨®bal Halffter, por el que siento especial predilecci¨®n, quiz¨¢ porque se manifiesta con menor frecuencia: aquel po¨¦tico y l¨ªrico que busca el m¨¢ximo refinamiento sonoro, las atm¨®sferas de un cuasi expresionismo ib¨¦rico en algo relacionado con la pintura de la escuela espa?ola actual.

El m¨¢gico juego

Hay una cierta magia expresiva, a la que contribuye el juego de los timbres y la creaci¨®n de sensaciones espaciales, en la que Crist¨®bal sume un sexteto, una orquesta, un coro o unos sintetizadores.En un punto intermedio entre este ¨²ltimo Halffter y el que renueva solucione! del pasado, incluso soluciones formales, se sit¨²a el Concierto para flauta y sexteto, de estructura tripartita y, como en la tradici¨®n, de contenido hondamente expresivo o ¨¢gilmente virtuosista en una combinaci¨®n de pensamiento/sentimiento y decoratividad.

El solista, Vicente Mart¨ªnez, toc¨® muy bien con las flautas en Do y en Sol, y ajust¨® su discurso a la textura ambiental del doble tr¨ªo de cuerda en el'que lucieron los instrumentos Stradivarius, Guarnerius y Amati de la Corte de Espa?a. El Cuarteto Hisp¨¢nico Numen, Pamies, Macedo y Mart¨ªnez, dieron una muy seria y calibrada versi¨®n de la obra de Halffter; antes, el Cuarteto toc¨® muy bien p¨¢ginas de Carlos Ord¨®?ez y Mozart.