Reivindicaci¨®n del Primero de Mayo
Algunos contenidos hist¨®ricos del Primero de Mayo -movimiento obrero, clases sociales, anticapitalismo...- parece que suenan a muchos como expresiones del pasado, seg¨²n el autor de este art¨ªculo. Y seg¨²n ¨¦l, tambi¨¦n la ley del lucro privado sigue siendo el eje del capitalismo; las contradicciones, cambiando de aspecto, contin¨²an siendo esencialmente las mismas, y las clases, con diferencias en el nivel de vida mejorado en la historia, contin¨²an siendo antag¨®nicas. Por eso, dice, el movimiento obrero tiene que continuar celebrando primeros de mayo y poniendo en ellos sus movilizaciones reivindicativas.
El Primero de Mayo es, desde hace ya casi un siglo, la fecha en que los trabajadores, en todo el mundo, exteriorizamos de forma global, expresa y p¨²blica, nuestra identidad diferenciada como clase social, en el marco de una sociedad dividida en clases y sectores, con intereses no s¨®lo distintos sino, en una serie de aspectos, antag¨®nicos. No es casual que el Primero de Mayo nazca en el capitalismo ni que su esencia originaria sea anticapitalista. Tampoco es casual que la forma de celebrarlo sea a trav¨¦s de manifestaciones y actos de masas, que el contenido sea profundamente reivindicativo frente al sistema, solidario entre los trabajadores, internacionalista y de clara vocaci¨®n unitaria.
Sin duda, el que los trabajadores como un todo seamos los sujetos y protagonistas de esta efem¨¦ride no significa que individualmente, cada uno, la vea como acabo de describirlo. Porque una cosa es que se forme parte de una clase social y otra que se tenga. conciencia de ello y se extraigan las consecuencias correspondientes. Pero que estas situaciones se den no suponen, ni mucho menos, que el sentido del Primero de Mayo se haya cambiado.
Otra cosa es que en el seno del movimiento obrero, que desde su origen hasta hoy es plural y cruzado por ideolog¨ªas de diverso signo, cada fuerza actuante enfoque de diferente manera el Primero de Mayo. Algo de esto pasa aqu¨ª este a?o, pero no es comentarlo lo que pretendo con estas l¨ªneas.
Lo que pretendo es Ilamar la atenci¨®n sobre algunos conceptos acabados de citar -movimiento obrero, clases sociales y sus antagonismos, anticapitalismo...- que se relacionan de forma directa con el Primero de Mayo. Porque me consta que dichos conceptos suenan para muchos como expresiones de un pasado ya superado por el desarrollo mismo de la sociedad capitalista.
Efectivamente, los cambios producidos desde el Primero de Mayo de 1889 -que fue cuando se instituy¨® en el Congreso Internacional Obrero de Par¨ªs- hasta el presente, con movimientos intersectoriales de la mano de obra, primero del campo a la industria y ahora de la industria a los servicios, con mayores posibilidades de acceso a la informaci¨®n y la cultura, con la progresiva traslaci¨®n del trabajo repetitivo o de esfuerzo f¨ªsico a la m¨¢quina; con la paulatina sustituci¨®n del obrero por el t¨¦cnico; con el cambio en las condiciones sociales, econ¨®micas y laborales de los asalariados.
Todos estos cambios en la forma de trabajo y existencia de los trabajadores han dado pie a una ofensiva de matriz ideol¨®gica, destinada a conseguir que consideremos que el sistema capitalista es el mejor de los posibles; que las clases sociales no existen y que lo ¨²nico real es que entre los humanos los hay capaces que acaban teniendo m¨¢s e incapaces que les pasa lo contrario; que la lucha de clases es lo que intentan practicar quienes doctrinariamente creen en ella; que los conflictos vienen unas veces porque hay patronos poco dialogantes y trabajadores que se pasan de la raya, y otras veces por las l¨®gicas diferencias de enfoque o intereses que se dan en todos los niveles de la vida; que lo del movimiento obrero puede valer para los trabajadores de mono azul, sin ninguna o poca cualificaci¨®n profesional, pero que resulta obsoleto para la gran mayor¨ªa.
La verdad capitalista contin¨²a
Y aunque la magnitud del asunto no hace recomendable tratarlo en tan corto espacio y de forma tan simple, he querido hablar de ello para reivindicar la vigencia del Primero de Mayo en los t¨¦rminos que le dieron origen.
El sistema capitalista sigue rigi¨¦ndose por la ley econ¨®mica fundamental del lucro privado, cuyas consecuencias, se diga lo que se quiera, son antagonismos permanentes y choques entre asalariados y patronos, aunque f¨ªsicamente esos patronos se expresen a trav¨¦s de portavoces tambi¨¦n asalariados; tiene que producir y produce inexorablemente paro por sus propias leyes de desarrollo y funcionamiento, que si cuando se enunciaron hace siglo y medio pod¨ªan ser discutibles, los hechos avalan su acierto, pues jam¨¢s ha dejado de haber parados, aunque en determinadas etapas las cifras sean m¨¢s alarmantes que en otras, como ahora ocurre.
Aunque el obrero de mono sepa ahora leer, y en alg¨²n caso, m¨¢s bien minoritario, sus hijos alcancen un t¨ªtulo profesional medio o alto, sigue vendiendo su fuerza de trabajo en un mercado -el del trabajo- sin duda mejor regulado que hace un siglo, precisamente por la lucha de clases, pero mercado al fin. Y esos hijos m¨¢s ilustrados, lo normal es que no encuentren d¨®nde plasmar sus conocimientos porque no hay empleo para ellos y, si lo encuentran, har¨¢n con bata blanca un trabajo tan alienante como el de su padre, s¨®lo que sin mancharse las manos.
S¨ª. El obrero de hace un siglo no viv¨ªa igual que el obrero de hoy. Hay, aproximadamente, la misma diferencia que la de la f¨¢brica y el capital de entonces y las multinacionales del presente. Entonces, hacer una bicicleta exig¨ªa m¨¢s esfuerzo de t¨¦cnica, capital y trabajo que echar en la actualidad un turismo al mercado. Pero entonces y ahora una minor¨ªa explotaba en su beneficio a la gran mayor¨ªa.
Lo que ha cambiado guarda relaci¨®n con la lucha de los trabajadores por su emancipaci¨®n. Sin olvidar que el avance es algo m¨¢s bien para minor¨ªas, si lo vemos a escala mundial, pues tres de cada cuatro habitantes del planeta est¨¢n en el subdesarrollo y unas cuantas decenas de millones se mueren literalmente de hambre cada a?o.
Al movimiento obrero, que comprende a los de mono azul y bata blanca, le quedan decenios por delante para seguir celebrando primeros de mayo con movilizaciones reivindicativas, solidarias, internacionalistas, anticapitalistas y unitarias. El que no sea f¨¢cil no niega su necesidad.
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