El PSC-PSOE gana en Catalu?a, y en Barcelona con coalici¨®n
Pasqual Maragall ser¨¢ el nuevo alcalde de Barcelona, con el apoyo de los votos eurocomunistas o los de Esquerra Republicana, puesto que los socialistas alcanzar¨¢n casi la mayor¨ªa absoluta, a juzgar por los resultados del sondeo realizado en la capital catalana. ?stos muestran tres fen¨®menos significativos: una gran estabilidad del electorado, tanto en el bloque de la izquierda como en el de la derecha, respecto a las anteriores municipales de 1979, si bien con trasvases internos en ambos frentes; el total hundimiento de las alternativas centristas no nacionalistas, y una apreciable intenci¨®n de voto aliancista, in¨¦dita en el ¨¢mbito municipal.En el conjunto de Catalu?a, los socialistas confirmar¨¢n su car¨¢cter de primer partido municipal catal¨¢n, con cuatro de cada 10 votos emitidos, seguidos por Converg¨¨ncia i Uni¨®, con un 23,9% del electorado, y por el voto eurocomunista, que se situar¨¢ en el 10,3%.
Otros aspectos destacables de la encuesta, en lo que se refiere a la ciudad de Barcelona, consisten en que la coalici¨®n Converg¨¨ncia i Uni¨® mantiene sus buenos resultados en relaci¨®n a las legislativas de octubre pasado, superando los que obtuvo en las anteriores municipales de 1979, y en que el PSUC registra una recuperaci¨®n de 4 puntos del electorado que le abandon¨® el 28 de octubre.
La primera lista barcelonesa ser¨¢ la del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE), que encabeza el actual alcalde, Pasqual Maragall, si bien no alcanzar¨¢ por s¨ª misma las 22 concejal¨ªas necesarias para alzarse con la mayor¨ªa absoluta, aunque se acercar¨¢ much¨ªsimo a ella, si obtiene los 20 o 21 concejales que le augura el sondeo. Las posibilidades que los socialistas tendr¨¢n para conservar el bast¨®n de mando de la ciudad ser¨¢n posiblemente dos: o bien sumar a sus 20-21 esca?os los 4-5 del equipo comunista encabezado por Sol¨¦ Tura, o los 2 que conservar¨¢ Esquerra Republicana, cuyo electorado se manifiesta muy estable.
El conjunto de la izquierda anota una intenci¨®n de voto equivalente al de las anteriores municipales, tanto en porcentaje como en atribuci¨®n de regidur¨ªas, pese a la consolidaci¨®n del trasvase de parte de la clientela comunista hacia el PSC. As¨ª, los socialistas se anotan el 43,7% de los votos de todos los barceloneses no abstencionistas, 10 puntos porcentuales m¨¢s que en 1979, y los eurocomunistas registran una intenci¨®n de voto del 8,9%, 10 puntos menos que en aquella convocatoria municipal.
En un c¨®mputo global, la izquierda obtendr¨¢ entre 24 y 26 esca?os, cifra sensiblemente aproximada a los actuales 25 concejales de socialistas y comunistas (16 del PSC por 9 del PSUC). Con un casi exacto porcentaje de votos, la matem¨¢tica electoral repercutir¨¢ en un mayor n¨²mero de concejal¨ªas para este conjunto. El Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC), de car¨¢cter prosovi¨¦tico, quedar¨¢ apeado del consistorio, al no alcanzar el requisito m¨ªnimo del 5% del electorado, al igual que Nacionalistes d'Esquerra y otras formaciones menores.
Trias no ser¨¢ alcalde
En la otra ribera, una hip¨®tesis clara se extrae del c¨®mputo estad¨ªstico preelectoral: Ram¨®n Trias Fargas no ser¨¢ alcalde, pese a que su coalici¨®n nacionalista de centro, CiU, mejorar¨¢ -a tenor del sondeo, que le otorga un 22,2% de los votos y de 11 a 12 concejales- los resultados de las ¨²ltimas municipales (18,4% de los votos y 8 puestos en el Pleno). Los convergentes lograr¨¢n, seg¨²n estas cifras, conservar casi intacto el capital electoral de las legislativas de octubre, confrontaci¨®n en la que obtuvieron el 23% de los votos emitidos.
Ni siquiera con una hipot¨¦tica, y compleja, alianza poselectoral con los fraguistas y el equipo esquerrista de Joan Hortal¨¤, lograr¨ªa Trias Fargas obtener la vara de alcalde, puesto que en el mejor de los casos esa compleja alianza a tres s¨®lo obtendr¨ªa 19 puestos, todo ello en el supuesto de que las urnas confirmen los pron¨®sticos y no se registren variaciones sustanciales en los ¨²ltimos d¨ªas, puesto que las diferencias entre ambos bloques, aunque n¨ªtidas en la encuesta, no son muy amplias.
En el interior del frente de la derecha y el centro-derecha, que permanece estable, la encuesta anuncia una recomposici¨®n de fuerzas. El desastre de Centristes de Catalunya-UCD, que en 1979 obtuvieron un 16,70% de los votos y colocaron 8 concejales, es total. Ninguna de las listas que aspiran a subrogarse en sus resultados, a t¨ªtulo de herencia directa, como el CDS, lo conseguir¨¢.
Este electorado se repartir¨¢ el pr¨®ximo domingo en tres partes, dos de ellas para AP y la tercera para CiU: la lista aliancista que encabeza Alexandre Pedr¨®s obtendr¨¢ presumiblemente el 11 % de los votos, inaugurando su presencia en el Ayuntamiento; el incremento de CiU, que se cifra en casi 4 puntos respecto a las municipales de 1979 (del 18,4% pasar¨ªa al 22,1 %) debe corresponder, en buena l¨®gica, a que se convertir¨¢ en la lista recipiendaria de un tercio de los votantes centristas.
Clase y religi¨®n
Otro aspecto de inter¨¦s sociol¨®gico que ofrece el sondeo en la ciudad de Barcelona estriba en la influencia de los factores religioso, de sexo y edad en la actitud del voto. As¨ª, por ejemplo, el 43,8% de los encuestados barceloneses que se declaran cat¨®licos votar¨¢n socialista, porcentaje sensiblemente igual al 43,7% de votos globales que recibir¨¢ Pasqual Maragall. Tambi¨¦n el porcentaje de votos cat¨®licos que recibir¨¢ Esquerra Republicana (5,5%) equivale al de su peso total en las urnas (5,6%). Por el contrario, una mayor influencia de las creencias religiosas se registra en la intenci¨®n de voto aliancista y convergente: AP obtendr¨¢ la confianza del 11 % del electorado y del 14,1% de los cat¨®licos; y CiU, la del 22,1 % de la masa votante y el 26% de los votos de los cat¨®licos.
Entre los que se declaran ateos, el 45,1% votar¨¢ socialista; el 21,2%, comunista; y s¨®lo un 4,4% se inclinar¨¢ por Alexandre Pedr¨¢s y un 13,2%. depositar¨¢ su confianza en Trias Fargas. En resumen, si la intenci¨®n de voto de los cat¨®licos mantiene un paralelismo m¨¢s o menos acentuado con el porcentaje general del voto, en el caso de los ateos no ocurre lo mismo, de forma que ¨¦stos optan en mucha menor medida que el conjunto de los ciudadanos por CiU y por la coalici¨®n fraguista.
Por clases sociales, la alta y media-alta repartir¨¢ sus preferencias entre el PSC (30,1%); CiU (28,7%) y AP (21,9%), seguidos inmediatamente por el PSUC y ERC. La clase media afluir¨¢ en un 44,6% a la lista socialista; en un 24,7% a CiU; en un 10,6% a AP; y en un 7,9% al PSUC. La clase media-baja y baja concentrar¨¢ sus papeletas en el PSC (53%) y, en menor medida (un 10,8%, respectivamente) en el PSUC y en CiU, mientras que apenas votar¨¢ a AP (un 3,6%) y a ERC (un 2,4%).
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