Dal¨ª y la fotograf¨ªa
La exposici¨®n antol¨®gica de Salvador Dal¨ª que se celebra en el Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo, en Madrid, est¨¢ teniendo un notable ¨¦xito de p¨²blico. Uno de sus aspectos importantes es la fotograf¨ªa, elemento que se analiza en el art¨ªculo siguiente. Como complemento de la muestra, la Caja de Pensiones de Barcelona -La Caixa- organiza una serie de actos en Madrid entre los d¨ªas 3 y 24 de mayo. Se proyectar¨¢n las pel¨ªculas Un chien andalou, hecha en 1929 por Dal¨ª y Luis Bu?uel, y Spellbound, filme de Alfred Hitchcock. Tambi¨¦n se pronunciar¨¢n cuatro conferencias: Salvador Dal¨ª: un mundo en im¨¢genes, La cuarta dimensi¨®n: matem¨¢ticas y Salvador Dali; Dali: tradici¨®n y vanguardia, y El surrealismo en Dali.
Era m¨¢s que interesante plantearse una muestra fotogr¨¢fica en torno a Dal¨ª, sobre todo si, como en este caso, iban a poder mostrarse al mismo tiempo, pod¨ªanverse en una misma pared al misrio nivel de imagen: las secuencias de los dos sue?os que originan Un chien andalou y la secuencia ort¨ªrica de Recuerda, fotografias, fotogramas ampliados, y los textos escritos en torno a ellas por Bu?uel, Dal¨ª y Hitchcock; era una propuesta visual que nos descubrir¨ªa en parte los motivos de esas im¨¢genes y sus posteriores influencias. As¨ª, la navaja b¨¢rbara de Bu?uel, de 1929, en Recuerda (1945), se convierte en tijeras que tambi¨¦n cortan un ojo (pero en un decorado). El proceso daliniano de generar im¨¢genes a partir de estos filmes es evidente: Proyecto de arquitectura (1976), gouache realizado a partir de un anuncio en un peri¨®dico, ya exist¨ªa en otro de los decorados de Recuerda.Dal¨ª ha escrito: "Adem¨¢s del implacable rigor a que el testimonio fotogr¨¢fico somete nuestro esp¨ªritu, ¨¦ste es siempre y esencialmente el veh¨ªculo m¨¢s seguro de la poes¨ªa y el proceso m¨¢s ¨¢gil para percibir los m¨¢s delicados trasvases en tre la realidad y la superrealidad". Philippe Halsman y ¨¦l tuvieron muy en cuenta esas palabras y elaboraron fotograf¨ªas que algunos no consideraron en otro tiempo y que actualmente est¨¢n en museos y prestigiosas colecciones de todo el mundo. As¨ª, la fotograf¨ªa en la que el rostro de Dal¨ª aparece como uno de los relojes blandos de la obra La persistencia de la memoria (1931), cuadro actualmente en el MOMA de Nueva York, o Dal¨ª Gioconda, que va m¨¢s all¨¢ de aquella otra Gioconda con bigotes de Marcel Duchamp, a quien, por otra parte, HaIsman y Dal¨ª tuvieron muy en cuenta al hacer aquella sesi¨®n cronofotogr¨¢fica, que tan oportunamente trae a la memoria las experiencias y ense?anzas de Marey: vistas esas fotograf¨ªas, comprendernos mejor cuadros como Desnudo bajando la escalera, de Duchamp.
Entrevista fotogr¨¢fica
La colaboraci¨®n qwue comenzaran en 1941 hace que actual mente Yvonne Halsman, la viuda del fot¨®grafo, pueda haber catalogado m¨¢s de un centenar de fotografias in¨¦ditas realizadas por su marido en colaboraci¨®n con Dal¨ª. En torno a esa memorable colaboraci¨®n es obligatorio destacar un libro, aut¨¦ntica y ¨²nica entrevista fotogr¨¢fica: Los bigotes de Dal¨ª (1954). Y much¨ªsimas fotograf¨ªas enormemente populares, algunas de las cuales completar¨¢n esta exposici¨®n en Barcelona y su posterior itinerario.
Dal¨ª escribi¨®: "La nueva forma de creaci¨®n espiritual que representa la fotograf¨ªa sit¨²a todas las fases de la realizaci¨®n del hecho po¨¦tico en su justa medida".
El discurso visual y po¨¦tico daliniano est¨¢ igualmente contenido en sus fotografias. Dal¨ª us¨® y se sirvi¨® de la fotograf¨ªa siempre: pensando, pintando, reclamando la atenci¨®n sobre ¨¦l, etc¨¦tera,
A Dal¨ª podemos conocerle mejor a partir de esos retratos que le han hecho, algunos de ellos aut¨¦nticas obras maestras. Desde la fotograrla de grupo de su compa?ero de la Academia de San Fernando, Manuel Belio, en 1921, hasta la fotograf¨ªa de Jordi Socias, en 1979, podemos saber m¨¢s de Dal¨ª si miramos atentamente. Ray, Scavullo y Brassai nos han mostrado la profundidad, la inquietud y el misterio que refleja Dal¨ª; Lacroix, el dolor por la muerte del amigo: la fotograf¨ªa La constante tr¨¢gica de la muerte fue tomada el mismo d¨ªa en que muri¨® Pi?ero, arquitecto; autor de la maravillosa c¨²pula del teatro-museo de Figueras.
Cecil Beaton nos muestra, en otra sesi¨®n memorable, el refinamiento que ¨¦l sabe transmitirnos como casi ning¨²n otro ser¨ªa capaz de hacerlo. Y, en fin, ver a algunos de nuestros mejores fot¨®grafos junto a aqu¨¦llos tan famosos y sentir la enorme alegr¨ªa de constatar que ellos podr¨ªan serlo igualmente si tuviesen las mismas oportunidades.
Como habr¨¢ podido apreciar el lector, esto no es una cr¨ªtica; se trata simplemente de unas l¨ªneas que intentan aproximarle a la muestra fotogr¨¢fica que nos ocupa, de la cual no hay cat¨¢logo ni otra informaci¨®n ¨²til al posible visitante, y eso s¨ª debo decirlo un tanto preocupado, pues es triste -aunque por otra parte lo compense la alegr¨ªa- ver convertida en libro esta exposici¨®n, aunque ser¨¢ en lenguas diferentes a las nuestras: franc¨¦s y alem¨¢n. Lo har¨¢ el Museo Cantonal de Lausanne (Suiza).
Escribi¨® Dal¨ª: "Saber mirar es todo un nuevo sistema de aprend¨ªzaje espiritual. Saber mirar es toda una forma de inventar. Y ninguna invenci¨®n ha sido tan pura como la creada por la mira anest¨¦sica del ojo desnudo, sin pesta?as, del Zeiss: destilado y atento, invulnerable a la roja floraci¨®n de la conjuntivitis".
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