Estrellita
Ay, Estrellita, pu?ado de encajes temblorosos, la peineta ligeramente escorada y el caracol, tan fiel, sobre la frente. Estrellita aferrada al micro, abrazada a las flores del triunfo, pisando de nuevo un escenario, como antes.Se han llevado a Estrellita Castro a actuar en un mitin de AP, Verstrynge de lobezno y ella de reina, hermanados los dos en lo huesudo, tan distintos en la naturaleza de sus huesos. Por eso, cuando Estrellita subi¨® a las tablas mitineras, asegur¨® conocer y respetar mucho al candidato apista, pero se apresur¨® a precisar que con Tierno le sucede lo propio, mismamente. Es la batalla privada de Estrellita, y en la guerra de la supervivencia cabe todo. No se me vaya a enfadar el se?or alcalde, no vaya a granjearme un enemigo.
Representa Estrellita a esa tercera Espa?a, ni de derechas ni de izquierdas, sino de estricto miedo. Miedo al poder y al poderoso, miedo por no saber. Con Franco se foment¨® este susto, esta fragilidad del ciudadano. No destacar, no molestar, no definirse. La ignorancia como valor, salvoconducto de integraci¨®n, destino eterno. Lo peor del franquismo no fue la fascistizaci¨®n de la vida, sino la creaci¨®n de una sociedad de mediocres, de un pa¨ªs de sombras, sin enjundia, la conciencia deshuesada, la voluntad an¨¦mica. Franco fue un pionero de la Historia: gest¨® la primera generaci¨®n de aut¨¦nticos pasotas. Quiz¨¢ sea ¨¦sta la verdadera esencia del fascismo. Estrellita fue folkl¨®rica oficial, d¨®cil pinturera rizo en rostro. Encarnaba a una mujer racial de cart¨®n piedra, inexistente, y sin embargo empiezo a comprender ahora que, en su tipismo, respond¨ªa a la realidad de este pa¨ªs. No en la mantilla, no en la boquita de pi?¨®n, no en el caracolillo petrificado al agua, sino en su indefensi¨®n e inexperiencia. Ahora, mientras el ambiente hierve de fiebre electoral y los partidos entrecruzan sus mensajes, Estrellita sigue igual, a¨²n con el diminutivo ani?ando su vejez, a¨²n virginal en la pol¨ªtica, peg¨¢ndose pesta?as postizas que abanicaron pasadas juventudes, hinc¨¢ndose esa peineta que escora, zozobra y se resbala. Sigue disfrazada de s¨ª misma, cada dia m¨¢s menuda, camino del olvido. Con Estrellita desaparecer¨¢ un mundo de silencios, Estrellita caracol tierna y medrosa.
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