V¨ªctor Manuel: flores de progres¨ªa
Un poema no es necesariamente canci¨®n, pero hay canciones que aspiran a la poes¨ªa, que se nutren de ella. V¨ªctor Manuel siempre ha estado en esa senda. Naci¨® con el auge p¨²blico de la poes¨ªa social, y desde ah¨ª —y sin perder el eco— ha evolucionado hacia un lirismo intimista y esteticista en ocasiones, pero que nunca olvida la cotidianeidad ni el p¨²blico. Anteanoche sali¨® al escenario del teatro Monumental de Madrid como un chico grand¨®n e ingenuo, con algo de tierno, y un aura de desma?amiento menesteroso y campechano. Lo que la gente quer¨ªa. O¨ªrle cantar, viejas y nuevas canciones, como a ese muchacho l¨ªrico y entra?able que nunca se ha olvidado de su pueblo, ni del abuelo picador, ni del largo camino (que quiz¨¢ nunca se termine de recorrer) para ser libre.
V¨ªctor Manuel mueve su voz —con retintines astures— entre dos grandes campos: la conciencia c¨ªvica de su origen po¨¦tico, la tradici¨®n del cantautor comprometido, y el mapamundi del amor, que se torna ocasionalmente erotismo. Antibelicismo, anhelos de justicia, el encomio para la vieja aldeana noble y recia que luch¨® por sacar sus hijos adelante (Mar¨ªa coraje), y dos canciones m¨¢s, en las que era imposible no ver la infausta sombra del oneroso 23-F. Porque hablaba de que la patria se lleva junto al coraz¨®n y no de procesi¨®n por la calle, y otra nueva m¨¢s fuerte, m¨¢s alta de ritmos, con una indefinici¨®n atractiva aunque evidente: D¨¦jame en paz, que no me quiero salvar. En el infierno no estoy tan mal...
Confieso, con todo, que el V¨ªctor Manuel que m¨¢s me gusta es el de las canciones de amor, no siempre desesperadas. Desde Ay amor o S¨®lo pienso en ti, hasta una de las nuevas, Mujer, acompasada con reminiscencias de rock. El cantante —que apost¨® fuerte en la velada— se pone en ellas poeta l¨ªrico, apasionado, trovador, amante, lobo en celo, incluso m¨¢gico entre lunas de invisibles hilos y sirenas. Es un rom¨¢ntico que sabe sintonizar con lo que el sentimiento amoroso tiene de m¨¢s elemental, de menos enrevesado, pero tambi¨¦n de m¨¢s dulce, de m¨¢s accesible a todos. Uno de los nuevos temas que interpret¨® —del reciente ¨¢lbum Por el camino— se titula, y es de amor, No hemos inventado nada. Absoluta verdad que ¨¦l nunca intenta contradecir y que ha transformado, adem¨¢s, en canci¨®n. Muy cerca de m¨ª, en el teatro, hab¨ªa una deliciosa pareja de unos veintipocos a?os. Cuando los temas eran c¨ªvicos se agitaban separados, fervorosos, vibrando a favor de la libertad y de la justicia. Cuando hablaban de amor, se enlazaban, pareja eterna, y escuchaban arrobados en m¨¢s ¨ªntimo fuego. Para ellos pudo explicar el cantante que tal tema er¨®tico eran gui?os, juegos privados entre su chavala y ¨¦l. O entre los que le o¨ªan. Perpetua y dulce juventud de siempre: amar el amor y amar la libertad, M¨¢s canciones sobre mitolog¨ªa asturiana, sobre Mieres, sobre Madrid; m¨¢s fuerza en los temas nuevos, m¨¢s dulzura en los de siempre, pero sobre todo, entre el ¨¦xito, entre los aplausos, eso, eternos progres, dulc¨ªsimos progres del hombro, esperando justicia y amor: los significados de la siempre apetecida libertad.
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