El rosal necesita abundancia de sol

Si hay una planta agradecida, es sin duda, el rosal. Pero quiz¨¢ muchos olvidan que los primeros cuidados hay que proporcion¨¢rselos desde el momento de la plantaci¨®n: los errores en esta etapa se pagan luego con creces.Los rosales se compran a ra¨ªz desnuda o en maceta. Los que van a ra¨ªz desnuda, normalmente van envueltos en pl¨¢stico para que no se sequen las ra¨ªces, y deben plantarse lo m¨¢s r¨¢pidamente posible; no obstante, pueden mantenerse en la bolsa durante unos cuantos d¨ªas sin que la planta sufra. Una precauci¨®n que debe observarse con los rosales a ra¨ªz desnuda es la poda antes de plantar: la cabellera de ra¨ªces debe recortarse, aproximadamente, a la mitad de largo de manera que quede un conjunto proporcionado, sin ra¨ªces que sobresalgan. En los rosales adquir¨ª dos en maceta o con su cepell¨®n, la plantaci¨®n debe hacerse sin tocar las ra¨ªces, separando ¨²nicamente la maceta o la envoltura protectora y plantando con toda la tierra que lleven.

Casi en cualquier sitio, puede haber un rosal, y eso significa que estas plantas pueden ocupar macetas, jardineras o macizos en plena tierra. Lo que s¨ª debe preocupar es la orientaci¨®n, que debe ser luminosa y soleada; en una situaci¨®n de sombra, los rosales no florecer¨ªan adecuadamente. Tanto en terreno natural como en recipientes, los rosales deben disponer de un buen drenaje. Esto es, que el agua sobrante del riego o de la lluvia escurra y no se acumule en la tierra, provocando encharcamientos. Pero, a su vez, la tierra que soporta a los rosales debe ser una tierra fuerte, de buena retenci¨®n de agua, para satisfacer las necesidades de la planta. En relaci¨®n con este ¨²ltimo punto, hay que tener en cuenta la distancia m¨ªnima a que deben plantarse los rosales para que no entren en competencia por el agua y los nutrientes: en los rosales de pie bajo, la distancia es de un poco m¨¢s de un palmo, mientras que en los trepadores no debe ser inferior a un metro. Todo ello, a condici¨®n de que el terreno est¨¦ bien preparado.

Hay, naturalmente, muchos tipos de rosales, pero los m¨¢s comunes son los de pie bajo, los de pie alto (o vara), los trepadores y los miniaturas. Los de pie bajo est¨¢n formados directamente por encima del injerto, con lo que s¨®lo levantan unos palmos del suelo; los de vara est¨¢n injertados en lo alto de un tallo que suele medir unos ochenta cent¨ªmetros, con lo que su aspecto es el de un peque?o arbolillo. Otros tipos, como los arbustivos, no pueden adquirirse en cualquier vivero, pero son invalorables a la hora de dar car¨¢cter al jard¨ªn.