Buero Vallejo, pregonero de San Isidro: "Vuestros son los festejos, porque es vuestra la madurez"
El dramaturgo Antonio Buero Vallejo pronunci¨® anoche el preg¨®n de las fiestas de San Isidro, en la plaza Mayor, ante varios miles de personas que se congregaron frente al estrado dispuesto al efecto. El pregonero, que estuvo acompa?ado por el alcalde, Enrique Tierno, y por gran parte de los concejales, invit¨® a los madrile?os a divertirse. "Vuestros son los festejos", dijo, "porque es vuestra la madurez".
"Algo tiene esta acogedora poblaci¨®n", asegur¨® Buero Vallejo, "que a todos, aun cuando de ella no seamos naturales, nos madrile?iza hondamente". Y no s¨®lo su condici¨®n de larga capitalidad, no 'las esperanzas cortesanas', prisiones, seg¨²n nos avisa la Ep¨ªstola moral a Fabio, 'do el ambicioso muere y donde al m¨¢s activo nacen canas', las que motivan; es, quiz¨¢, la atracci¨®n irresistible ejercida por la human¨ªsima singularidad de este pueblo. Un pueblo, si no carente de listillos y troneras, abundante a la vez en solidarios impulsos; castizo y, al tiempo, saturado de universalidad; ducho en picard¨ªas propias de a?ejas pobrezas, catedr¨¢tico en los timos de la estampita, las misas o el portugu¨¦s, pero capaz, sin embargo, como pocos, de generosidad, coraje y sacrificio".Dirigi¨¦ndose especialmente al p¨²blico que asist¨ªa al acto, Antonio Buero dijo: "Sois la ciudad que se reconoce a s¨ª misma a pesar de los nuevos barrios todav¨ªa sin car¨¢cter, de las nuevas t¨¦cnicas que todo, lo mecanizan, de los invasores rascacielos, de las discotecas y el rock. El inconfundible Madrid sobrevive a todo eso, no por par¨¢lisis, sino por personalidad".
Buero centr¨® el siguiente pasaje de su preg¨®n en el escenario del acto, la plaza Mayor, y record¨® que en otros tiempos "en este cuadril¨¢tero" se desarrollaron "los carnavales, las verbenas, las bodas reales", y tambi¨¦n "autos de fe en los que se achicharraba a desdichados r¨¦probos para librarlos del infierno". "Fiestas de toros y ca?as", prosigui¨®, "regocijaron a los, se?orones Y al pueblo llano. Las canonizaciones m¨¢s sonadas desde aqu¨ª se publicaron. En la de San Isidro, el siempre oportuno Lope estren¨® dos comedias ante estas fachadas. Ejecuciones a garrote y a deg¨¹ello tambi¨¦n deleitaron, de tanto en tano, a apasionados mirones de toda condici¨®n. A cantazo limpio, los amotinados de 1766 dispersaron a la guardia valona que disparaba contra ellos, y el calesero Bernardo areng¨® a los chisperos desde donde yo hablo ahora, antes de trasladarse a la cercana plaza de la Armer¨ªa para imponer al rey ilustrado una demanda de apariencia popular y solapadamente movida por oscuras fuerzas reaccionarias."
Plaza de la Constituci¨®n
Reflej¨® despu¨¦s los continuos cambios de nombre de la plaza Mayor. "Como plaza de la Constituci¨®n", dijo, "fue bautizado m¨¢s tarde este lugar por los doceanistas, pero Fernando VII cambi¨¦ el letrero por el de plaza Real, sustituido despu¨¦s de nuevo por el 'de la Constituci¨®n' y nuevamente desconstitucior¨ªalizado por el inefable Fernando en 1823... Y a¨²n volvi¨® a ser la plaza de la Constituci¨®n en 1835, y de 'la Rep¨²blica' en 1873, para ser al a?o siguiente 'de la Constituci¨®n'... y, naturalmente, para volver a dejar de serlo. Significativa y curiosa zarabanda que da risa, mas no olvidemos que la tocata de este bade era casi siempre sangrienta. Plaza de la Constituci¨®n es ya de nuevo, desde hace unos a?os, sin necesidad de rebautizarla as¨ª. Esperemos que, para nuestros descendientes, lo siga siendo y que eflos contin¨²en llam¨¢ndola, simplemente, plaza Mayor".
Antonio Buero termin¨® su intervenci¨®n afirmando: "Vuestros son los festejos, porque es vuestra la madurez. Isidros de dentro y de fuera: a la fiesta. Bien merecida la ten¨ªais ya cuando otro inmenso y dolorido poeta, Miguel Hern¨¢ndez, ocasional isidro en tiempos de prueba para los eternos Gabrielillos Araceli y Fortunatas de esta capital supo cantaros. Permitidme que concluya con sus propias palabras, porque en vuestro honor se escribieron: '?Ay r¨ªo Manzanares,/ sin otro manzanar/ que un pueblo que te hace/ tan grande como el mar!".
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